Ser un hombre, un buen hombre, implica respetar a tus compañeras de universidad. No permanezcas impasible ante el machismo, no lo ejerzas y no lo disculpes.
Hay miles de artículos, ensayos y demás escritos que recomiendan a la mujer qué actitudes debe tomar, a quién puede recurrir, cómo debe actuar, etc. ante los casos de agresiones o vejaciones machistas. A día de hoy, toda mujer sabe lo que se supone que debe hacer al respecto, pero muy pocos de esos textos les dicen a los hombres qué actitudes deben evitar.
Esta situación resulta algo chocante porque lo normal, en cualquier otro delito, es que las políticas de prevención traten de educar al agresor y no a la víctima. Por eso, y por las muchas universidades que cada vez más se suman a la lucha efectiva por la igualdad de sexos, hoy queremos dirigirnos a ellos para afrontar este grave asunto desde una perspectiva igualitaria.
Tomar conciencia
Lo que una mujer siente, o cómo la desigualdad y la estructura patriarcal le afectan psicológicamente es, a menudo, tan difícil de entender para los hombres como resolver un cubo de Rubik en 20 segundos. Aun así, hay que intentarlo. En diez años, han muerto en España más de 700 mujeres, y cada hora y media, aproximadamente, se produce una agresión sexual. Y eso que sepamos, porque la gran mayoría de agresiones y abusos no se denuncian jamás. Y no es solo esto: la presión social a la que están sometidas las mujeres en cuanto a sus preferencias sexuales, a su forma de vestir, a los estudios que deben cursar, los trabajos que pueden desarrollar, cómo se deben comportar, cuánto tienen que pesar, etc. son inimaginables para los hombres. Cuando has nacido en una sociedad que está montada así desde siempre y tú eres de los afortunados que han nacido en el lado bueno, es difícil empatizar con los que nacieron en el otro lado.
¿Qué hacer?
1. No juzgues
Decir cosas como “esa va provocando”, “mira cómo se viste”, “se nota que quiere algo” aumenta la desigualdad y puede acomplejar a alguien o darle mala fama en el trabajo o en la universidad. Piensa que las mujeres están sometidas a mucha presión social en cuanto a su imagen. Las chicas, como cualquiera, quieren gustar, pero los modelos femeninos a los que pueden seguir generalmente también sufren la discriminación de tener que venderse como iconos sexuales en vez de por su talento. La verdad es que da igual cómo se vista una mujer, si enseña o no enseña, si le queda bien o le queda mal, la cuestión es respetarla. No critiques su aspecto, no la menosprecies, juzga a las personas por cómo son y no por lo que llevan puesto, pero sobre todo, no creas que el largo de la falda de una mujer te está dando derechos sobre su cuerpo.
2. No insultes
Hay insultos especialmente vejatorios que fomentan esa desigualdad entre hombres y mujeres. Llamar zorra o puta a una mujer es machista. Lo es aunque también las mujeres lo digan. Si usas un insulto, usa uno que pueda valer para todos, porque zorro no significa lo mismo, ¿a que no? Intenta sacar los apelativos que hagan referencia a la sexualidad de tu lenguaje. Y nunca, nunca insultes a tu pareja. Las discusiones pueden y deben afrontarse desde el respeto mutuo.
3. No cosifiques
Buena parte del problema de la desigualdad social entre sexos es culpa de la cosificación de la mujer como elemento decorativo. La mujer es bella; el hombre, inteligente. El cuerpo de la mujer es un escaparate que se transforma, incluso quirúrgicamente, para gustar al sexo opuesto. La publicidad, la moda, la música… todo tiene relación con vender sexo a los hombres a través del cuerpo de las mujeres. Debes entender que la mujer no es un objeto, que su cuerpo no está para agradarte a ti o para que puedas disponer de él. Seguramente, en una sociedad igualitaria, cantantes como Nicky Minaj, saltarían a la fama por sus voces o por las letras de sus canciones, no por sus implantes.
4. No te sientas superior
La estructura social te dice que lo eres, pero no es verdad. Tu sexo no incide en tu inteligencia, solo determina una parte de tu identidad, una serie de diferencias físicas y hormonales, no tu calidad como ser humano. Pensar que eres mejor que tus compañeras de clase solo por ser hombre es igual que pensar que eres mejor por ser blanco, por ser rubio o por tener los ojos azules. No participes de los chistes ni comentarios machistas.
5. No abuses
Quizá pienses que tocar a una mujer cuando estás de fiesta con tus amigos solo es una broma inocente. Si intentas ponerte en la situación de la chica a la que tocas, seguramente llegues a la conclusión de “no es para tanto, si a mí ella me tocara no me molestaría”. Cuando quieras ponerte en el lugar de una mujer que pasa por eso no puedes pensar en el acto al revés. Lo que tienes que imaginar es cómo te sentirías tú si un grupo de hombres, todos mucho más fuertes y grandes que tú, se acercaran a ti y empezaran a tocarte tus partes sabiendo que estás indefenso y que, si quisieran, podrían hacer cualquier cosa contigo. Aun así, esta situación tampoco llega a abarcar en su totalidad el sentimiento de una mujer cuando abusan de ella porque la sociedad patriarcal le ha enseñado desde niña que tiene que intentar no empeorar las cosas, que quizá si no hubiera salido, si no se hubiera puesto esa ropa, que seguro que es su culpa… Así que nunca toques a una mujer sin su consentimiento. No solo es un acto horrible, sino que además es un delito.
6. No agredas
Pase lo que pase y sean cuales sean tus fantasías, no tienes derecho a agredir sexualmente a una mujer; aunque hubiera consentido en un principio, aunque sea tu pareja, aunque creas que en el fondo le gusta o aunque tengas muchas ganas. No significa no. Siempre. Ella no te ha provocado, no se lo merece y no lo estaba deseando. No hay excusa para una agresión sexual.
7. No maltrates
Ese pronombre posesivo que se sitúa delante de la palabra novia (mi, tu), no tiene el mismo significado cuando hablamos de una persona que cuando hablamos de una moto. Tu novia no es tuya porque no es una cosa. Tu novia está contigo porque te quiere, pero eso no la convierte en algo de tu propiedad. Si deja de quererte, te aguantas; si no hace lo que tú quieres, te aguantas también. Esas frases tan comunes de “eres mía para siempre” o “sin ti no quiero vivir” son una lacra para las relaciones. Golpear, empujar, insultar, no resuelve ningún problema. Si sientes ese impulso, busca ayuda.
8. Sé cívico
Entiende las necesidades de tus compañeras y respétalas. Trata de hacerte una idea de los problemas diarios a los que se enfrenta una mujer y ponte en su lugar. Si vas andando por la noche y una mujer sola va delante de ti, cámbiate de acera para no asustarla; si ves que un hombre está abusando o maltratando a una mujer, no te quedes impasible y llama a la policía; si ves que alguno de tus amigos se ha tomado dos copas y está molestando a una chica, intervén.
9. Posiciónate
Feminismo es igualdad. Feminismo no es lo opuesto a machismo, sino la lucha por que mujeres y hombres tengan los mismos derechos y oportunidades. Ser un hombre feminista no es ser un ñoño ni un pringado. Es progresista, es adaptativo, solidario y sobre todo, justo. Además, seguramente ligarás más si las mujeres se sienten entendidas y respetadas y tus relaciones sentimentales serán más sanas y duraderas.
10. Denuncia
No te quedes impasible ante la injusticia, si vieras cómo varios chicos de tu clase están amedrentando a otro por ser de otro país o participando en novatadas, actuarías. Haz lo mismo por las mujeres, no dejes que el machismo salga impune: denuncia. Si el abuso ocurre en tu universidad, acude al decanato, y si es en la calle o en tu casa, llama a la policía. Debes ser parte del cambio social y no mirar cómo ocurre desde la barrera. Como hombre, está en tu mano no dejar a las mujeres solas esta lucha que nos beneficia a todos. El machismo mata, no lo permitas.
EXCELENTES CONSEJOS, GRACIAS
Gracias por las indicaciones luminosas y formativas. La gran mayoría de los hombres deberíamos leer todos estos consejos al menos una vez en la vida.
Otro punto importante es que el machismo también perjudica a los hombres, sólo que menos que a las mujeres. A los hombres se nos enseña desde pequeños que los sentimientos son para débiles, que debemos estar dispuestos a competir con otros tíos para todo, que debemos dejarnos los cuernos para conquistar a una mujer… Creo que es un cambio que nos beneficia a todos, así que no estar de acuerdo con él es ser idiota.
Eres mi ídolo
No te he entendido una mierda
Te recomiendo un psicólogo
Nos vemos mañana en clase de historia
Garantía
oooo
Era una tarea para la escuela y fue muy útil consejo para eliminar el machisismo en nuestra sociedad Paraguaya .