Seguro que más de una vez te has pasado varias horas frente a los apuntes sin apenas avanzar. Sin embargo, existen métodos como la Técnica Pomodoro para maximizar tu tiempo y ser considerablemente más productivo.
Resumiendo, podría decirse que este sistema consiste en dividir nuestro trabajo en fracciones de veinticinco minutos llamadas pomodoros. Cada vez que finaliza uno de estos intervalos se añaden cinco minutos de descanso. Superado el cuarto pomodoro, el descanso se alarga diez minutos más.
¿Cuáles son las ventajas de utilizar este método? Los entusiastas de esta técnica, entre los que encontramos a numerosos expertos en el ámbito de la gestión de tiempo, argumentan que una de sus virtudes reside en el hecho de que cada uno de los pomodoros se convierte en un intervalo tremendamente productivo, puesto que es relativamente sencillo mantener la concentración durante veinticinco minutos.
Otro de los puntos fuertes de este método es, según sus defensores, la posibilidad de adaptar tareas rutinarias a un número determinado de pomodoros. De este modo, un estudiante podría reservar cinco pomodoros para cada una de sus prácticas. Al finalizar la jornada sabría que ha invertido en esa tarea exactamente dos horas y cinco minutos. Un tiempo de calidad, de máxima concentración.
Los descansos, por otra parte, sirven para liberar momentáneamente nuestra mente y ordenar nuestros pensamientos de cara a la labor que tengamos pensado emprender a continuación. Un tiempo que, sin llegar a desconcentrarnos, nos permitirá afrontar el siguiente pomodoro con las pilas cargadas.
Pese a que la Técnica Pomodoro es muy fácil de aplicar, debemos tener en cuenta una serie pautas para ejecutarla correctamente:
- Durante los veinticinco minutos que dura cada pomodoro no dejes que nada te interrumpa. Si recibes una llamada telefónica, aplázala para más tarde; si tienes un nuevo email, guárdalo para leer después. Que nada interfiera en la tarea que estés realizando.
- Si los minutos de trabajo son importantes, los de descanso no lo son menos. Cuando finalice el pomodoro deja lo que estés haciendo inmediatamente y distráete con otra actividad: levántate, mira por la ventana o toma un vaso de agua. Te será muy beneficioso.
- Si finalizas una tarea antes de llegar al minuto cinco del pomodoro en el que te encuentres, aborta dicho pomodoro y comienza uno nuevo. Si ya ha pasado más tiempo, dedica el tiempo restante a revisar, retocar o mejorar lo que has hecho.
- Aunque existen numerosas aplicaciones para programar tus tiempos de trabajo y descanso, los expertos recomiendan utilizar un elemento físico para medirlos. Utilizando un reloj de cocina, por ejemplo, mandamos una orden mucho más clara a nuestro cerebro sobre cuándo comienza el periodo de trabajo.
- Si los intervalos de los pomodoros te parecen demasiado cortos para la tarea que estás llevando a cabo, te recomendamos que utilices Tomighty. Esta aplicación, que puede ser ejecutada directamente desde su web o instalada en nuestro PC, permite configurar la duración de los tiempos de trabajo y descanso.
- Pese a todo, también existen detractores de este método. Su argumento principal es que tardamos alrededor de veinte minutos en alcanzar nuestro punto de máxima concentración, el cual interrumpimos con los descansos programados. ¿Coincides con esta afirmación? Entonces puedes alargar los tiempos de trabajo hasta una hora y los de descanso a diez minutos.
Por el momento eso es todo, te animamos a que pruebes esta interesante técnica y nos cuentes los resultados. Ah, y una última curiosidad: este post ha sido escrito en tres pomodoros.
La fotografía que ilustra este post pertenece a Miha Filej