7 consejos para triunfar en la Selectividad

La Selectividad está a la vuelta de la esquina y miles de estudiantes están ahora mismo hincando los codos y tragándose los nervios como pueden. Veamos cómo hacérselo más fácil:

Organízate

Como siempre, una de las cosas más importantes a la hora de estudiar es la organización. Necesitas tener todos tus apuntes clasificados por materias y por dificultad para que puedas saber exactamente qué tiempo debes dedicar a cada asignatura.

Las más difíciles se estudian más

Aunque parece lógico, en la práctica solemos cometer el error de entretenernos más con aquellas asignaturas que nos resultan más interesantes o nos sabemos mejor. Esto es comprensible si tenemos en cuenta que estudiar algo que nos es fácil hace que nos sintamos más confiados y tranquilos y, en cambio, estudiar algo que nos resulta complicado nos crea inseguridad y aumenta nuestro estrés de cara al examen. Para que esto no nos ocurra, debemos ir alternando las asignaturas de estudio con asiduidad y asignar previamente un tiempo de estudio a cada una. El método más eficaz es crearse un horario y pegarlo en la pared. Si por ejemplo se nos dan bien las Matemáticas pero la Química se nos atraganta, podemos poner en nuestro horario Matemáticas de 10 a 11 y Química de 11:15 a 13:30, con una breve pausa a las 12 para no saturarnos.  Luego solo hay que programar la alarma del teléfono para que nos avise y listo.

Muchas asignaturas = mucha variación

Estudiar muchas horas seguidas de una misma materia no es aconsejable. Lo suyo es variar cada poco tiempo para no saturarnos. Además, cambiar de tema hace que perdamos menos la concentración que si nos tiramos ocho horas leyendo sobre lo mismo. Al final, rendiremos más y nos cansaremos menos si nos repartimos bien el temario.

Distintas técnicas de estudio

Otra manera de hacer el estudio más llevadero y productivo es variar las técnicas de estudio para cada asignatura. Si vamos variando, podemos ir buscando la técnica que mejor se adapte a nosotros, por ejemplo: cuando estudiemos Historia de 9:30 a 11:00 podemos usar mapas mentales, y cuando volvamos a retomar la Historia de 17:15 a 19:00, probaremos a memorizar con fichas de estudio. Si estudiamos de distintas formas, no solo será más entretenido, sino que usaremos distintas áreas del cerebro para retener la información y esta se nos quedará con más facilidad.

Hacer muchos exámenes

Una de las cosas buenas de los exámenes de la PAU (Selectividad, mayores de 25, etc.) es que las universidades ponen a nuestra disposición los exámenes de los años anteriores. Hacer exámenes es una de las mejores técnicas de estudio, porque no solo nos prepara para conocer el tipo de prueba a la que nos enfrentaremos, sino que nos permite aprender de forma práctica el contenido teórico y probarnos a nosotros mismos, lo que nos aportará muchísima confianza cuando por fin estemos cara a cara con nuestro examen.

Control del estrés

Que puedas manejar los nervios es vital para que te concentres bien durante el examen y puedas dar el máximo de ti mismo y demostrar todo lo que sabes. Por eso, necesitas practicar alguna técnica de relajación a la que puedas recurrir si te pones muy nervioso, pero sobre todo ten en cuenta que debes respirar lenta y profundamente para oxigenar bien el cerebro y que, en los días previos, te ayudará visualizarte a ti mismo tranquilo frente al examen. En los minutos previos a entrar, evita ponerte a repasar. Lo único que conseguirás es confundirte. Pasea, respira y trata de relajarte. Lo vas a hacer bien.

Septiembre existe

Si no ha salido como esperabas, no es el fin del mundo. Septiembre está ahí para darte una segunda oportunidad de hacerlo mejor y conseguir plaza en la universidad que más te guste, el secreto es no desanimarse por un suspenso, sino tomárselo como otro aprendizaje que te hará mejorar en el futuro.

¡¡Muchísima suerte!!