¿Sabías que hay cosas que no pueden preguntarte en una entrevista de trabajo? Infórmate bien y ve preparado.
Hay preguntas que un encargado de recursos humanos no puede hacer, pero hay quien las hace, bien por desconocimiento de la legislación, bien porque le da lo mismo.
El problema es que muchas veces contestamos porque nos pillan con la guardia baja o porque nos interesa tanto el trabajo que accedemos a lo que sea; sin embargo, hay maneras de salirse por la tangente que nos pueden ayudar a no revelar lo que no debemos.
Estas preguntas son ilegales:
Edad: Cuando nos ven muy jóvenes a menudo dudan sobre nuestras capacidades, experiencia o compromiso y si nos ven demasiado mayores pueden rechazarnos porque creen que tenemos cargas familiares, problemas de salud, porque no damos un perfil concreto, etc.
No hay que revelar la edad. Ese es un dato que tu entrevistador no debe preguntarte y tú no tienes por qué proporcionar. Si te lo preguntan directamente y no quieres decirle que se meta en sus asuntos, entonces responde con algo similar a: «Mi edad no es ningún impedimento para este trabajo», y sigue hablando de tu compromiso, vitalidad, dinamismo, creatividad… Vamos, que le despistes para cambiar de tema.
A nadie le importa tu religión: Salvo que vayas a solicitar trabajo en una institución religiosa en la que sí pueden preguntar este tipo de cosas (aunque tú no estás obligado a responderlas), nunca reveles tu religión. Tus creencias o no creencias son cosa tuya y nadie puede valorar tu perfil laboral en función de eso. Si te preguntan, simplemente contesta que tu religión nunca ha influido en tu capacidad de trabajo. Si se ponen pesados, tendrás que decidir qué haces y hasta qué punto te interesa el trabajo, pero ten en cuenta que preguntarte si eres creyente, agnóstico o ateo es inconstitucional. Estás amparado por el artículo 16 de nuestra Constitución, por lo que, si quieres, puedes denunciarlos.
Preguntas personales: Qué haces en tu tiempo de ocio, si sales por las noches, si bebes, fumas o tomas alguna droga, si tienes pareja… Preguntar cualquier cosa relacionada con tu vida privada es ilegal. Si el trabajo te interesa, desvía la conversación hacia tu perfil laboral, que es el que importa, y no contestes a nada que pueda volverse contra ti o que viole tu derecho a la intimidad.
Género: Cualquier pregunta que le hagan a un hombre sobre su situación familiar es una violación de su derecho a la intimidad, pero si a una mujer le preguntan sobre si tiene o quiere tener hijos, si está casada, si ha tenido relaciones sentimentales con compañeros de trabajo, si lleva bien trabajar con hombres o cosas similares, entonces estamos ante preguntas que violan el derecho a la intimidad y además suponen una discriminación por razón de sexo. Estas preguntas no deben contestarse nunca, ni cuando es una mujer la que las hace. Es más, en estos casos es recomendable denunciar.
¿Y qué tal de salud?: No tienes que dar ningún detalle sobre tu estado de salud en una entrevista de trabajo y no pueden discriminarte por tales motivos; así que no reveles nada sobre el tema.
Nacionalidad u origen étnico: Ninguna empresa puede preguntarte dónde naciste o cuál es tu nacionalidad o la de tus familiares en una entrevista de trabajo. Si lo hace, podrás emprender medidas legales contra ella si lo deseas.
¿En qué año te graduaste?: Así como la edad no es asunto del entrevistador, esto tampoco lo puede preguntar. Deben seleccionarte por tu perfil laboral o por tu expediente académico, pero no por cuándo sacaste tu eTítulo o cuánto tiempo necesitaste para conseguirlo.
Enfrentarse a la vida real
Entendemos que la situación económica no está para ir por ahí rechazando oportunidades laborales por culpa de entrevistadores que no saben hacer su trabajo y, si necesitas el puesto, es lógico que termines por contestar a algunas cosas que no te perjudiquen aunque supongan una violación de tu intimidad.
Si ves que responder a preguntas sobre tu edad, tu estado de salud, tu religión o tu nacionalidad no va a restarte puntos en la entrevista de trabajo y no te importa decirlo, adelante. Pero nunca cedas en cuestiones sobre tu intimidad (si sales o no, si bebes o no, si tienes relaciones o no, etc.), porque eso sí te perjudicará de una manera o de otra y lo mismo con las preguntas que afectan a temas de género.
La necesaria mano izquierda
Por otra parte, no hace falta montarle un pollo al entrevistador para hacer valer tus derechos; con un poco de mano izquierda y una sonrisa podrás desviar el tema elegantemente y responder con alguna otra cosa de interés que hable bien de tu perfil laboral.
¡¡Mucha suerte a tod@s!!