Cómo crear el lugar de estudio perfecto

Tener un buen lugar de estudio es importantísimo para mejorar tu rendimiento y vivas como vivas se puede conseguir. Te ayudamos a crearlo.

Hágase la luz

Si eres joven, es posible que no estés muy pendiente de la luz al estudiar porque tus ojos y tus nervios ópticos aún están en forma, pero si quieres rendir de verdad, más te vale que empieces a tener en cuenta el tema de la iluminación. Aunque tú no lo notes, tus ojos se cansan tras un rato de lectura y más si estamos usando pantallas retroiluminadas. Por eso, además de descansar la vista cada hora y de dedicar un minuto de nuestro tiempo a hacer ejercicios para relajar la vista, debemos encontrar un lugar de estudio que esté bien iluminado.

Si podemos aprovechar la luz natural para estudiar, perfecto; pero si estudiamos por la noche, lo mejor es combinar luces blancas y azules para aumentar nuestro rendimiento.

La orientación de la luz también es importante, porque debe estar situada de forma que al escribir no nos hagamos sombra y podamos trabajar adecuadamente en nuestros apuntes.

Material y mobiliario

Un buen lugar de estudio debe contar con todo lo necesario para estudiar. Sea una habitación grande o un espacio pequeño y compartido, usa tu creatividad para tener fácil acceso a todos los materiales. Cuando uno está concentrado estudiando, tener que levantarse e ir de expedición a buscar un subrayador o un folio es un corte de rollo que nos hace perder la concentración. Asegúrate de tener un material para llevar a clase y otro para tu lugar de estudio y de reponer todo aquello que se vaya agotando.

Otra cosa indispensable y que debería contar como material escolar obligatorio es un corcho o una pared a la que no tengamos mucho aprecio para poder pegar ahí todas las notas que queramos ponernos para recordar algo, los mapas mentales que hagamos, dibujos, esquemas, etc.

Por otro lado, la mesa debe quedarnos a la altura adecuada para mantener la espalda recta y ser lo suficientemente amplia para que podamos trabajar en ella cómodamente. La silla, en cambio, no debería ser tan cómoda como nos gustaría, porque corremos el riesgo de dormirnos o de no levantarnos lo suficiente para poder descansar el cuerpo y relajarnos. Debe tener una altura adecuada a nuestra estatura y facilitar que siempre podamos apoyar los pies en el suelo (o usar un reposapiés elevado) y lo ideal es que nos obligue a mantener la espalda lo más recta posible.

Fuera distracciones

Es importante que hagamos un buen ejercicio de voluntad y mantengamos alejadas las distracciones de nuestro lugar de estudio. La música, el WhatsApp, los ligues, los gatitos, los compañeros de piso encantadores o los hermanos pequeños deben quedarse lejos de nuestro pequeño templo para que podamos asociarlo rápidamente a estudio y concentración.

Los ruidos de fondo deberían poderse evitar porque dificultan la concentración y el rendimiento, pero si nuestra familia es la más ruidosa del barrio, nuestros vecinos están de obras o tenemos compañeros de piso aficionados al tecno, usar unos tapones para los oídos puede ser nuestra salvación.

Hazlo tuyo

Si estás creando tu lugar de estudio, además de todo lo que hemos hablado de iluminación, mobiliario, materiales y demás, también debes pensar en personalizarlo. No se trata de que contrates a un decorador de interiores para que te haga un despacho vanguardista, sino de que le des a tu lugar de estudio el toque personal que necesites para sentirte en casa. Coloca algún adorno, fotos y objetos que te gusten y pon a trabajar tu creatividad para construir un espacio agradable y único en el que te sientas bien. Piensa que de aquí a que por fin tengas tu eTítulo vas a pasar muchas horas ahí dentro.