Si te han suspendido un examen por tener faltas de ortografía y estás decidido a reclamar semejante injusticia, lee esto antes.
¿Qué tienen que ver las faltas de ortografía con mis estudios?
La lógica nos dice que si uno está estudiando Filología, Literatura, Educación Infantil o algo similar es lógico que nos exijan tener una ortografía impecable, pero ¿qué ocurre si estamos estudiando Física, Matemáticas o cualquier otra cosa por el estilo? ¿Acaso les exigen a los “de letras” que resuelvan operaciones matemáticas en sus exámenes?
A primera vista puede parecer un argumento razonable, pero si lo pensamos un poco, veremos que no lo es: saber escribir es saber comunicarse. Escribir es una herramienta básica que nos enseñan desde que somos pequeños porque resulta imprescindible para nuestro día a día. Uno puede vivir y tener un trabajo decente sin ser un genio de la física, pero no podrá si no sabe escribir bien. Escribir sin faltas de ortografía también demuestra nuestro nivel cultural y un universitario no se puede permitir ser un zoquete.
¿Y por qué no puedo escribir como yo quiera si se me entiende?
Porque en realidad, no se te entiende (o no del todo). Escribir sin faltas de ortografía es algo con lo que nos dan la matraca desde que somos pequeños porque, a pesar de que nos pueda parecer que no, tiene mucha importancia. Hay una serie de convenciones sociales que aceptan una ortografía concreta y no otra en una palabra por cuestiones relacionadas con su origen (etimológicas), históricas, normativas, de uso, etc. Además, hay palabras que suenan igual pero se escriben distinto y si las ponemos mal no podremos diferenciarlas más que por el contexto, lo que dificultará la tarea a nuestro lector. Si yo escribo “ay un bosque” en vez de “hay un bosque” el lector entenderá “¡Ay! Un bosque”, es decir, que el bosque nos ha pillado por sorpresa o algo similar. El ejercicio de escribir, y más en un examen, debe hacerse con el fin de explicar nuestros conocimientos y nuestra cultura de forma clara y correcta facilitando al lector (que es en este caso el que nos va a poner la nota) su tarea y su comprensión.
Enseñanza obligatoria
Hay que tener en cuenta una cosa: la enseñanza universitaria no es obligatoria. Si nos decidimos a continuar con nuestros estudios en vez de ponernos a trabajar, es porque queremos hacerlo y esa decisión conlleva una serie de sacrificios. Evidentemente, no sería justo que una persona que tiene un título universitario y dos posgrados cometiera las mismas faltas de ortografía o más que una persona sin estudios, porque lo que eso nos indicaría es, por un lado, que el nivel cultural de esa persona es tremendamente deficiente (y por lo tanto no merece tales titulaciones) y por el otro, que las universidades no están cumpliendo con una serie de mínimos en sus niveles de exigencia ni en la calidad de su educación.
Si queremos tener un título universitario, lo mínimo es que sepamos escribir sin faltas de ortografía.
Ellos también lo hacen
Sí, es cierto. A lo largo de la carrera es posible que te encuentres con docentes que pasan de poner acentos en sus presentaciones e incluso que cometen faltas de ortografía de las que te hacen sangrar los ojos. Esto debería ser un motivo de peso para apartar a esa persona inmediatamente de la enseñanza porque no solo deja en muy mal lugar a la universidad, sino que, además, demuestra que es un docente mediocre porque no pone en su trabajo el mínimo esfuerzo necesario (pensad que revisar los textos y pasar un corrector no es lo mismo que picar piedra). Lamentablemente la cosa está así, pero que unos lo hagan no significa que lo hagamos nosotros. De hecho, gracias a los profesores que sí tienen en cuenta las faltas de ortografía a la hora de aprobar o suspender a un alumno, esos pocos héroes que resisten, son los que impedirán que, en el futuro, todos los docentes escriban mal.
Soluciones a tu alcance
Escribir bien y sin faltas de ortografía no es tan complicado como puede parecer. Es verdad que hay gente que tiene más facilidad que otra, pero si no te sale “de oído” a la primera, solo tienes que aprenderte una serie de normas básicas de acentuación, de puntuación y de usos de b/v, h o g/j para pillarle el tranquillo. Otra cosa que ayuda mucho es leer, recibir las alertas de la Fundéu y seguir blogs de consejos donde expliquen de forma sencilla y entretenida cómo escribir bien.
Suspender es una faena, pero sin saber escribir nadie debería tener un eTítulo. Estudiar es también amar la cultura (o al menos es no despreciarla), así que deja de indignarte y ponte las pilas: escribir con faltas de ortografía es intolerable en la enseñanza superior nos guste o no.