Ahora que llega el verano toca elegir un buen libro (o mejor varios) para leer en vacaciones. Te contamos cómo hacer la mejor elección.
Sin culpas
Casi todos los placeres de la vida tienen un coste añadido. Un algo a cambio. Una cierta culpa que nos viene de serie con el disfrute. Un poco como decían los Pata Negra en esa mítica canción: todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral o engorda. Pero Raimundo Amador, obviamente, no estaba, al escribir la canción, pensando en la lectura.
Leer en vacaciones es uno de los mayores placeres que hay y no trae aparejada culpa ninguna, sino todo lo contrario. Llevarte un libro a una playa tranquila, sentir el calor del sol, escuchar el mar y viajar mentalmente a cualquier parte donde tu libro te lleve, sin prisa, sin horarios, sin los debería estar leyendo los apuntes de Procesal. Ir a un parque y tumbarte en la hierba con una buena novela o al campo o a la terraza de una bar. El verano nos permite abandonarnos a la literatura y disfrutarla como esta merece: ajenos a cualquier distracción provocada por el estrés, las prisas, el agotamiento…
Elegir bien
Ideal, ¿no? Bueno, ideal salvo que elijas una novela que no te guste nada y te fastidie todo el plan. Por eso, porque todo placer requiere de unos buenos preliminares, escoger el libro debe ser parte del ritual. Y debe hacerse bien. Por si no se te ocurre nada, en este otro post, te recomendamos varias novelas estupendas clasificadas por géneros que seguro te gustarán, pero antes de mirar una lista precocinada, te invitamos a que pienses tú mismo qué quieres leer.
Elegir bien qué leer en vacaciones requiere pararse un poco y mirarse adentro. ¿De qué humor estoy?, ¿me apetece más un drama o una comedia?, ¿quiero evadirme o quiero aprender?, ¿me apetece un thriller policíaco o algo de realismo mágico?, ¿una historia de amor o una narración histórica?, ¿algo de terror o una distopía?…
Éxito asegurado
Hay 4 cosas que van a garantizar el acierto a la hora de elegir una novela:
- Que seamos honestos con nuestros apetitos: Si nos apetece leer un best seller y no complicarnos la existencia, debemos hacerlo. Leer tiene que ser entretenido también, no solo enriquecedor culturalmente (aunque se pueden tener las dos cosas). Si por el contrario queremos leer un ensayo que nos aporte nuevas visiones de la realidad, también debemos hacerlo. Igual que un día elegimos ver una comedia americana en el cine y otro, una película independiente iraní, un buen lector debe pasar por todo el abanico para disfrutar de la experiencia completa, pero eligiendo siempre lo que sepa que va a disfrutar en ese momento de una forma o de otra.
- No despreciar los clásicos: Una manera de no equivocarse con la lectura es recurrir a los clásicos. Piensa que si fueran malos libros no serían clásicos. Un libro cuya historia ha trascendido a lo largo de los años (o los siglos) no lo ha hecho porque tenga detrás al mejor community manager de la historia, sino porque es, realmente, una obra de arte. Clásicos hay de todos los géneros y para todos los gustos; así que tendrás que pensar qué te apetece leer en vacaciones igualmente, pero ten en cuenta que su narrativa siempre será algo más compleja (y mejor) y que requerirá de un esfuerzo por tu parte ponerte en la mentalidad de otra época. Por otro lado, los clásicos son los libros que más nos van a aportar en cuanto a conocimientos gramaticales, de vocabulario y de cultura general.
- Preguntar: Habla con personas de confianza que tengan gustos similares a los tuyos, con profesores a los que admires o con tu familia. Paséate por alguna librería pequeña y, una vez que sepas qué género te apetece, consulta a los libreros. Ve a la biblioteca pública y date un paseo para inspirarte.
- Por una vez, pasa de las nuevas tecnologías: Sí, el futuro quizá haga desaparecer el papel y cada día nos acostumbramos más a leer en pantallas, pero aún estamos en el presente y el papel sigue teniendo para nosotros un algo especial. El placer del ritual también está en el tacto de las páginas, en el olor de los libros viejos y nuevos, en el fetichismo del objeto que vamos a poseer. Los libros cuentan historias inmensas, infinitas y únicas a la vez que están contenidas en unas cuantas páginas; poder tenerlo en nuestras manos, arrugarlo del uso, mancharlo sin querer con el refresco o la crema solar, llevarlo en la mochila y esperar con ansiedad el momento de sacarlo, todo eso en sí ya forma parte de ese placer que solo nos da la lectura y que nunca nos da una tableta o un smartphone. Si quieres elegir bien lo que vas a leer en vacaciones, elige papel, elige la experiencia completa y disfruta del ritual.
Cuando empiece el curso y haya que luchar por sacar nuestro eTítulo, el tiempo volará entre clases, apuntes, trabajos, exámenes… pero ahora podemos pararlo. Podemos expandirlo y devorar una novela con placer. No lo pienses, disfruta del verano.