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A pesar de que pueda parecer lo contrario, en la era del selfi es cuando poner una buena foto en el CV resulta más complejo.
Debería estar prohibido
Sí. Una empresa debería contratarnos por nuestra formación y eTítulo, experiencia, idiomas o referencias, pero nunca por nuestra imagen (bueno, salvo que seamos modelos, actores o cosas por el estilo). La pena es que el mundo aún no es perfecto y aunque en ciertos países ni siquiera está bien visto que el currículo lleve foto (Inglaterra, EE. UU., Canadá, etc.), en España y Latinoamérica seguimos manteniendo una costumbre claramente discriminatoria (acordaos cuando dirijáis vuestra propia empresa de cambiar esto).
La cosa está así, por lo que, si queremos que nos contraten, tenemos que poner una foto en el currículo. Ahora bien, ¿cómo escogemos la mejor foto para un CV?
Recurre a los profesionales
No solo porque la iluminación, el encuadre y el fondo serán los apropiados, sino porque daremos una imagen más adecuada y porque los fotógrafos también tienen que comer. Si crees que tú lo harás mejor que ellos, que se han formado y tienen mejores materiales, piensa en lo ridículo y molesto que te resulta que alguien que no tiene ni idea piense que sabe más que tú sobre cómo funciona tu profesión (profesores, médicos, abogados, criminólogos, psicólogos…, vosotros sabéis muy bien a qué nos referimos).
Pero si decides hacerlo tú…
- Llama a un amigo para que te haga la foto
Aunque creas que sales espectacular en los selfis (y seguramente así sea), no queda nada profesional. Lo ideal es usar una cámara réflex y no un móvil, pero no todo el mundo tiene una. De todas formas, estaría bien que tu amigo y tú os leyerais estos consejos sobre posados antes de empezar la sesión.
- No seas una cabeza flotante
Lo ideal que sea un plano medio. Nada de cabezas sueltas ni cuerpos completos.
- Elige un fondo neutro
Asegúrate de no estar en el baño ni nada semejante (ya tenemos suficientes fotos de baños en Instagram, gracias). Si tienes un estor rígido en casa o una pared lisa, mejor. También es buena idea salir a la calle a buscar algún fondo adecuado o colocarte en un despacho como si trabajaras ahí.
- Cuida la iluminación
Lo mejor es hacerlo con sol y por la mañana temprano, pero debemos evitar que el sol nos dé en la cara para que no salga una foto quemada. Se trata de intentar que haya una iluminación de estudio, no de playa. Lo suyo es que la luz venga desde detrás de la cámara, pero de forma atenuada.
- Sonríe, pero no te pases
Lo suyo es que estés relajado y que sonrías un poco para parecer amable y cercano. Nada de carcajadas (es para un trabajo, no para una fiesta) ni tampoco caras de funeral (ya las pondrás cuando encuentres trabajo y tengas que entrar a las 8 a la oficina). Morritos de pato y bíceps marcados no, gracias.
- Vístete de forma apropiada
Tu forma de vestir dice mucho de ti. Piensa en el puesto al que pretendes optar y vístete adecuadamente, pero sin renunciar a tu personalidad. No hacen falta corbatas ni tampoco recogidos de peluquería. Trata de ser la mejor versión profesional de ti mismo para que se refleje tu personalidad en la foto y, por supuesto, no dejes que se vean las marcas de ropa que llevas ni uses camiseta o sudadera con frases ingeniosas. Si vas a maquillarte, no te pases. Que sea favorecedor, pero lo más natural posible.
- Mantén una actitud relajada
Es importante que no parezcas tenso o envarado. Una pose formal pero relajada o un poco inclinados hacia delante serán las mejores opciones.
- Vigila la posición de la cámara
Lo ideal es que la cámara esté a la misma altura que nosotros para que no acentúe defectos, así que, si tu amigo es más bajo o más alto que tú, pídele que se agache o se eleve sobre algo, o siéntate tú.
