El verano es la estación de las vacaciones, las fiestas, los festivales, de salir hasta más tarde, de los excesos… ¡Cuidado con las violaciones en manada!
¿Hay realmente más violaciones en manada?
Sí, pero no tantas como creemos. El fenómeno de las violaciones en grupo, múltiples o en manada no es nuevo. La página Geo Violencia Sexual recoge los casos en España desde 2016, pero debemos comprender que es un delito que ha ocurrido siempre, lo que pasa es que, por un lado, antes no se recogía en estadísticas oficiales y por el otro, son delitos que no siempre se denuncian y por lo tanto, tienen una alta cifra negra.
Además, los medios de comunicación entendieron que, tras la repercusión social que tuvo el caso de los Sanfermines, estas eran noticias de interés social y de interés económico (para ellos, claro), así que ahora vemos que el seguimiento de estas noticias es apabullante. Por eso, es normal que pensemos que, de pronto, surge una manada debajo de cada piedra, pero eso no es del todo así: siempre estuvieron ahí.
Lo que sí es cierto es que estos delitos han aumentado en los dos últimos años y eso sí tiene una sencilla explicación: cuando un delito resulta muy mediático, siempre aparecen imitadores, pero además, si la ley no actúa con prontitud y trasmite un mensaje claro de condena, aparecen más imitadores que sienten que no serán condenados. Las penas de prisión pierden su ya mermada capacidad preventiva y ciertas personas ven entonces una oportunidad para delinquir.
La parte positiva (por llamarlo de alguna manera) es que este repunte obedece a un momento concreto, a una moda. Si la justicia empieza a ser implacable y hay una condena social unánime, las aguas volverán a su cauce, aunque, como ya hemos dicho, estos delitos no desaparecerán, solo disminuirán.
¿Qué puedo hacer para protegerme de una violación en manada?
En eTítulo nunca somos ni seremos tolerantes con la violencia hacia las mujeres porque defendemos la igualdad y el respeto por los derechos humanos, por eso, queremos enseñarte qué debes hacer para protegerte de una violación en manada.
- No frivolices sobre el tema: Quizá estés en grupos de Whatsapp en los que tus amigos y tú os mandáis alguna foto subida de tono o hacéis comentarios machistas. Piensa que cuando normalizamos el horror acabamos perdiendo la objetividad y el sentido común, así que si quieres estar a salvo, no participes de esas conversaciones, no bromees con comprar burundanga ni nada similar y no trates a las mujeres como objetos. Para no ser cómplice, también debes reprender a tus amigos cuando lo hagan y no solo ignorar ese tipo de comportamientos peligrosos.
- La pornografía es ficción: Puede que hayas visto mucha pornografía en la que varios hombres practican sexo con una sola mujer, también habrás visto que en esos vídeos las mujeres se muestras a veces reticentes al principio, pero que luego les encanta que las fuercen, puede que hayas visto que a las mujeres les gusta que les hagan dobles penetraciones, que las escupan, que las golpeen y las asfixien, pero la realidad es que eso es una parafilia poco común. La pornografía es ficción. Es tan falsa como una película de superhéroes o El Señor de los Anillos. Si quieres satisfacer a una mujer y mantener buen sexo, busca otras fuentes de información y amplía tu educación sexual. Una mujer a la que acorralan varios hombres puede terminar dejándose hacer, pero no será porque quiera hacerlo, sino porque está aterrorizada y teme por su vida.
- Atención al acoso callejero: Cuando salgas con tus amigos, no acoséis ni persigáis a las mujeres por la calle. No sois bárbaros, sois personas y debéis recordar que ellas también lo son y que vuestros piropos y encerronas las asustan. Respetad la libertad de las mujeres para que vosotros conservéis la vuestra.
- No todo se comparte: Ser generoso con tus amigos está muy bien, pero si has ligado esta noche, no le ofrezcas a tus amigos la posibilidad de acorralar a esa mujer y practicar sexo con ella por turnos. No es tuya.
- Aprende a diferenciar el sexo de una agresión: Una violación no es sexo, es dominación. Si crees que violando a una mujer entre 7 amigotes estáis demostrando lo machos que sois, te equivocas. Lo que demuestra es que sois un grupo con serios problemas de autoestima, dudosos de sus capacidades para satisfacer a una mujer, con graves patologías mentales que pueden incluir el sadismo u otras parafilias limitantes, que podéis sufrir problemas de impotencia si no ejercéis la dominación y el control (y, por lo tanto no podréis tener relaciones afectivas sanas) y que además tenéis cierto grado de exhibicionismo. Esa conducta te causará problemas; acude a un psicólogo cuanto antes.
- Aprende a distinguir una insinuación sexual de un bloqueo por pánico: Una cuestión importante para protegerte de una violación en manada es saber distinguir una serie de cosas básicas: cuando una mujer quiere mantener relaciones sexuales en un portal, en el campo o en una nave industrial abandonada contigo y todos tus amigos lo manifiesta abiertamente. Es un miembro activo de la acción que se desarrolla y, por lo tanto, toma la iniciativa en ciertos momentos, gime con entusiasmo, sonríe, besa, ríe, exclama y disfruta. Una mujer aterrorizada será pasiva, sumisa, cerrará fuertemente los ojos, permanecerá tensa, llorará… En realidad es muy fácil de diferenciar, así que pon de tu parte.
- El alcohol y las drogas pueden crearte muchos problemas: Si cada vez que bebes o consumes estupefacientes te apetece violar a una chica junto con tus amigos, deja esas sustancias. No te sientan bien. Pero, por otro lado, culpar al alcohol tampoco sería del todo justo. El alcohol solo desinhibe, no pone cosas en nuestra cabeza que no estuvieran ahí anteriormente, así que lo mejor es que consultes con un profesional a ver qué te pasa. Si ella ha tomado alcohol o drogas en abundancia, tampoco te está dando su consentimiento. Si te gusta forzar a mujeres semiinconscientes, igual tu problema tiene que ver con una tendencia a la necrofilia; háztelo mirar también, es peligroso.
- Evoluciona: Estamos el siglo XXI y te comportas como un vikingo que acaba de arrasar una aldea. Es importante que acabes tu carrera, que tengas un futuro y que puedas encontrar un trabajo que te satisfaga. Es importante que mantengas relaciones sanas que te aporten sentimientos positivos. Es importante que no acabes pasando de 12 a 15 años de tu vida (o más) metido en una cárcel y, también por eso, debes protegerte de agredir sexualmente en manada o solo.
¿Por qué ocurren las violaciones en manada?
En realidad, las Leyes Térmicas de Adolphe Quetelet no cuentan toda la historia: sí, estadísticamente parece demostrado que cuando hace calor se cometen más delitos contra las personas, en primavera se cometen más delitos contra la libertad e indemnidad sexuales y cuando hace frío contra el patrimonio, pero eso no nos explica el porqué, sino solo cuándo hay una aumento estadístico.
La teoría de las subculturas de Albert Cohen (actualizada y olvidando la clase social) también puede darnos una pista valiosa de por qué un grupo de chicos aparentemente bien socializados decide violar en manada.
Hay muchas teorías criminológicas que sí tratan de explicar la etiología de la delincuencia sexual en concreto, pero ninguna de ellas vale si no tienen en cuenta tres cosas: la estructura patriarcal, el deber ser de cada sexo y la cosificación de la mujer.
Estas tres causas están relacionadas entre sí hasta tal punto que unas no se producen sin las otras, pero si queremos explicar correctamente el fenómeno de las agresiones en manada o de las agresiones sexuales en general, debemos comprender cada una de estas cuestiones separadamente.
La estructura patriarcal: Es el sistema social predominante en prácticamente todo el planeta. El patriarcado es un sistema de organización social que, de forma más o menos sutil, establece un reparto de poder desigual entre hombres y mujeres. La palabra es poder y el poder es masculino.
El patriarcado no es machismo, sino que el machismo es la consecuencia directa del patriarcado y en un sistema patriarcal todos y todas somos machistas porque nuestra cultura establece que la normalidad es así. Entendemos que hay tareas que hace mejor un hombre por el hecho de serlo; creemos, aunque sea de forma inconsciente, que un hombre tiene más autoridad o conocimientos, que un hombre es más resolutivo, que una mujer es más empática, mejor cuidadora, más débil, más ladina… Y esto nos lleva a la segunda cuestión: el deber ser de cada sexo.
El deber ser de cada sexo: El patriarcado establece unos roles de género para cada sexo, lo que cada sexo debe ser, una manera en la que un individuo debe comportarse dependiendo del sexo con el que nazca. Y también cómo cada sexo se analiza por sus diferencias respecto al otro.
La cosificación de las mujeres: En un sistema patriarcal la mujer es un objeto que está a disposición de los placeres o requerimientos del varón. La prostitución y los vientres de alquiler son un clarísimo ejemplo de todo esto, pero la cosificación no termina ahí, la vemos en el cine, la escuchamos en la música, en la literatura, en la publicidad…
Tradicionalmente, la mujer o es madre o está disponible. Si se viste de una determinada manera, se entenderá que tiene unas determinadas intenciones, pero si la vestimenta tuviera algo que ver con las agresiones sexuales, no se cometerían este tipo de delitos en los países en los que está establecida la sharia o en los lugares en los que hombres y mujeres visten con diminutos taparrabos. La agresión sexual tiene, sin lugar a dudas, una etiología patriarcal, y de hecho, cuanto más machista sea la cultura, más agresiones se darán. No hay que buscar explicaciones ni en el origen de los agresores, ni en su religión, ni en su nivel adquisitivo; hay que buscar la explicación en el sistema patriarcal y sus consecuencias.
Sois estudiantes. Estáis haciendo una carrera, un máster o un doctorado. Ya está bien de mirar hacia otro lado. Estos delitos solo terminarán cuando cada hombre sobre la faz de la tierra sepa de verdad que las mujeres no son peores, no son presas, no son distintas y no les pertenecen; solo acabarán cuando haya igualdad real.