Tener hábito de lectura no solo es necesario para cualquier persona que quiera tener una vida feliz, sino que es esencial para un estudiante universitario.
Hábito de lectura
¿Aún no has desarrollado un hábito de lectura y ya estás en la universidad? Pues tenemos una buena y una mala noticia para ti:
La buena noticia es que desarrollar un hábito de lectura es facilísimo y tremendamente gratificante.
La mala noticia es que cuando le cojas el gusto a leer, te vas a arrepentir mucho de haber perdido tantos años sin hacerlo.
Como ya hemos hablado varias veces de la importancia de leer, hemos recomendado lecturas y hemos hablado de por qué leer es apasionante, no vamos a repetirnos. Lo que vamos a ver ahora es, concretamente, cómo desarrollar un hábito de lectura.
El primer paso es la elección
No te conformes con cualquier cosa. Es importante que elijas algo apropiado para ti en muchos sentidos:
- Si no lees prácticamente nunca o te limitas a leer lo que se comparte en las RRSS, empieza por algo sencillo y breve. Busca una novela juvenil de fantasía, romántica o de aventuras. Si te va el terror, el suspense o el género policíaco también tendrás muchas novelas divertidísimas para elegir. Busca algo que trate sobre un tema que sepas que te va a gustar pensando en las películas que más te divierten.
- No empieces nunca por clásicos o ensayos porque esos requieren algo más de aguante. Los bestsellers son para todos los públicos y casi todos los niveles; así que empieza por ahí.
- No te compres una novela gigantesca. Cuando un lector habitual se enfrenta a una novela de 2500 páginas de un autor que le gusta, se emociona. Pero si no tienes hábito de lectura, un libro del tamaño (y peso) de un ladrillo, puede desanimarte. Busca cosas algo más ligeras.
- Las sagas pueden ser grandes aliadas para desarrollar un hábito de lectura. Si ves una novela de tu gusto que además tiene cuatro o cinco secuelas, no lo pienses: de aquí a que te termines la historia ya serás un lector empedernido.
Si aún no te has decidido, puedes hacer este test a ver si te ayuda.
El segundo paso es encontrar el momento
«No leo porque no tengo tiempo» es una excusa que nos contamos todos para sentirnos mejor. Si realmente no tienes tiempo, ¿cómo es que te has visto las 8 temporadas de Juego de Tronos? (y hablando de sagas de literatura…, esta no es la mejor para comenzar a adquirir un hábito. Para que nos entendamos, esta es más para nivel intermedio que para principiantes). No decimos que tengas que dejar de hacer una cosa que te gusta, sino que cuando a uno le gusta hacer algo, encuentra tiempo para hacerlo.
Acostúmbrate a leer antes de dormir, en el transporte público, en esa hora que queda libre entre dos clases, en la biblioteca, en un parque… Todo suena muy bucólico, pero la realidad es que, salvo que estés en soledad y tranquilo, leer en un sitio público tiene su dificultad: vas en el bus y un niño chilla mientras corre por el pasillo, su padre le chilla a él desde el asiento delantero, el que se sienta a tu lado apesta a chorizo y, al fondo, un chaval que desconoce el invento de los auriculares decide amenizar el viaje de todos con una música horrible que sale de su teléfono. Te sientas en la biblioteca y hay 50 estudiantes más de aquí para allá preparando exámenes, aporreando las teclas de los ordenadores como si trataran de sonsacarles algo y se levantan cada cinco minutos arrastrando las sillas. Decides ir a un parque y…, ¡llegó el otoño! O llueve, o hace frío o el viento lee más rápido que tú y trata de pasar las páginas a su aire.
No te preocupes: si no tienes la capacidad de concentración de un faquir, unos tapones para los oídos serán tu mejor aliado. Lo importante es que encuentres un lugar en el que estés cómodo y que lo hagas cada día o, al menos 5 días a la semana.
En realidad, una vez que empieces y si la novela te gusta, lo difícil será parar.
El tercer paso es ritualizar la lectura
Tienes tu libro, tu lugar predilecto y un periodo de tiempo por delante. Ahora es el momento de convertir esta actividad en un ritual. ¿Por qué? Porque leer nos hace sentir bien, nos ayuda a evadirnos de los problemas y a controlar el estrés, es bueno para nuestro cerebro, para sacar con éxito nuestro eTítulo, aumenta nuestra concentración, hace que hagamos sinapsis neuronales, potencia nuestra imaginación y nuestra creatividad, aumenta nuestro vocabulario y nuestra cultura, nos enseña a redactar mejor, previene el deterioro cognitivo… y un sinfín más de ventajas sin ningún inconveniente, así que, cuanto antes tengamos un hábito de lectura, mejor para nosotros.
El ser humano es un animal de costumbres y rituales. Si nos acostumbramos a hacer algo de una manera, es posible que sigamos haciéndolo así el resto de nuestra vida; por lo tanto, solo tienes que esforzarte un poco al principio y verás como luego no puedes vivir sin ello.
Asocia tu momento de leer a cosas placenteras. Prepárate un té o un café, ponte algo cómodo, apaga el teléfono o quítale el sonido y disponte a disfrutar. Cuando te habitúes, en vez de preparar todo como si fueses a tener una cita romántica con tu libro, lo tratarás como a un amante apasionado con el que estarás dispuesto a un «aquí te pillo aquí te mato» en cuanto tengas dos minutos libres, pero, como en toda relación, cuidar los comienzos es importante.