Ponerse un poco nervioso en una entrevista de trabajo es normal, pero si los nervios pueden hacer que perdamos el puesto, entonces mejor reducirlos.
Ropa que nos haga sentir cómodos
Para una entrevista de trabajo es importante vestir de forma apropiada. La empresa querrá que la persona que va a contratar dé una imagen que pueda representarla. Incluso aunque no vayamos a trabajar de cara al público, cada trabajador es parte de la imagen de la empresa y por eso cuidar nuestro aspecto es importante. Pero a demás de que el atuendo sea apropiado, es importante que nos sintamos cómodos con la ropa que escojamos. Si a los nervios de la entrevista de trabajo le sumamos un pantalón que nos aprieta, unos zapatos que nos hacen daño o una chaqueta que no nos deja mover los brazos, estaremos aumentando innecesariamente los nervios y la incomodidad que sintamos la verá el entrevistador.
Cuidado con los gestos nerviosos
Si cuando estamos nerviosos tendemos a mordernos las uñas, a mover las piernas sin parar, dar golpecitos con los dedos en la mesa, morder el capuchón del bolígrafo, tocarnos el pelo obsesivamente o alguna manía semejante, debemos controlarla. Que podamos mantener una actitud tranquila (al menos en apariencia) es muy positivo para que pasemos la entrevista de trabajo con éxito. De todas formas, si vemos que no somos capaces, lo mejor es normalizar la situación ante el entrevistador que contará con nuestros nervios como algo habitual. Reconocer la situación, decir : «lo siento, estoy algo nervioso» hará que nos sintamos más relajados y que el entrevistador sea menos duro en su evaluación. Aceptando las cosas que no podemos controlar abiertamente crearemos un ambiente más distendido.
¿Conoces bien tu CV?
Es común hacer un currículo y luego no revisarlo antes de una entrevista de trabajo porque, supuestamente, ya conocemos nuestra vida laboral o nuestra formación. Lo cierto es que del currículo pueden salir algunas de las preguntas que nos hagan en la entrevista y ganaríamos mucha seguridad si revisamos previamente lo que dice. Puede que nos pregunten qué nos pareció alguno de nuestros cursos o que nos pregunten por qué estuvimos tan poco tiempo trabajando en cierta empresa. Si hacemos una lectura previa y vemos qué preguntas pueden sacar de ahí, ganaremos mucha seguridad.
¿Para quién vamos a trabajar?
Obtener información de la empresa en la que queremos trabajar será muy útil. Hay reclutadores que directamente nos preguntarán por qué queremos trabajar con ellos y quedaría fatal si contestásemos que es porque tenemos que pagar el alquiler y nos sirve cualquier cosa (aunque sea la verdad). Gracias a internet podemos hacer una búsqueda exhaustiva sobre la empresa y presentarnos a la entrevista de trabajo bien preparados para dejar impresionado al reclutador.
Cuidar la expresión corporal
Es importante sentarnos apropiadamente, con la espalda recta, pero sin rigidez, entrecruzar las manos en el regazo, pero no cruzar los brazos de forma defensiva. Debemos mantener una gestualización abierta y tranquila, mostrando de vez en cuando las palmas de las manos para que se aprecie una actitud honesta en nosotros. Es importante mirar a los ojos al entrevistador, pero no como si fuéramos un conejo inmóvil deslumbrado por los faros de un coche, sino para demostrar que prestamos atención a lo que se nos dice. También cuando contestemos a sus preguntas, si mantenemos la mirada en sus ojos trasmitiremos seguridad y sinceridad, pero podemos desviarla mientras recordamos o pensamos en la respuesta para no incomodar al entrevistador con una actitud tan robótica.
Sonreír también es esencial para triunfar en una entrevista de trabajo. Mediante la sonrisa expresamos cercanía, accesibilidad, honestidad, facilidad en el trato… siempre y cuando no sea algo forzado.
Actitud positiva
Mantener una actitud positiva durante la entrevista también hablará muy bien de nosotros y de nuestra predisposición a esforzarnos y encajar en la plantilla. No se trata de llegar ahí comiéndonos el mundo, pero sí de demostrar que somos personas capaces de enfrentarnos a las adversidades con buen talante y de tolerar bien la frustración.
Ensayar primero
Lo más útil que podemos hacer para reducir los nervios en una entrevista de trabajo es ensayar antes. Ahora que sabemos todo lo que debemos hacer y preparar, qué ropa nos vamos a poner y cómo debemos comportarnos, debemos practicar. Durante la carrera hemos aprendido cómo llevar un examen bien preparado disminuye muchísimo el nivel de estrés. Con una entrevista de trabajo pasa igual. Y si ya tenemos nuestro eTítulo, somos verdaderos expertos en preparar exámenes, presentar trabajos o hablar ante los profesores, así que ahora solo hay que aplicar esos conocimientos en otro campo.
Hay que prepararse la respuesta a las posibles preguntas que nos hagan y practicar delante de un espejo. Así podremos ver cómo lo hacemos y ganar seguridad. Incluso podemos grabarnos y corregir luego lo que podamos mejorar. Cuanto más hayamos practicado, más seguros iremos a la entrevista de trabajo y menos nervios sentiremos.
¡Muchísima suerte!