La exposición de los TFG y TFM ahora será online y hay que prepararla y exponerla de forma distinta. Te ayudamos para que te salga de maravilla.
El final de un ciclo y un virus pesadísimo
Presentar un TFG (Trabajo de Fin de Grado) o un TFM (Trabajo de Fin de Máster) ante el tribunal es una de las cosas que más nervios causan a los estudiantes. Y es que la situación impone mucho, no solo por lo que te juegas y porque es el colofón a varios años de estudio, sino porque, además, no siempre se conoce a los miembros del tribunal y todo toma un cariz tan institucional que acobarda.
Y ahora, para complicar más las cosas, llega la COVID-19 y hay que adaptarse al mundo online y preparar la presentación de estos trabajos por videoconferencia. Seguramente, a algunos les guste el cambio porque pensarán que van a estar más tranquilos exponiendo desde sus casas y a otros les estará dando un telele solo de pensar en estar ante la cámara y ser grabado.
Pienses lo que pienses, estás a punto de conseguir por fin tu eTítulo y eso siempre es un motivo de gran alegría. Te contamos qué pasos seguir para organizar la exposición online de tu TFG o TFM y, la semana que viene, hablaremos de qué hacer y qué no hacer cuando llegue el temido momento de enfrentarse al tribunal.
Preparación de la exposición
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La tecnología puede ser nuestra aliada o nuestra peor enemiga
Por eso, debemos revisar todo el equipo y hacer varias pruebas. Se nos debe ver y escuchar con claridad y nosotros necesitaremos escuchar bien lo que nos vayan comentando; así que, si nuestros cascos, micrófono o cámara no van muy allá, debemos conseguir otros, bien comprándolos, bien pidiéndolos prestados o bien solicitando a nuestra facultad que nos proporcionen alternativas.
Y, aunque todo vaya divinamente durante las pruebas, no está de más que tengamos alternativas de repuesto por si el mundo decide ponerse en nuestra contra justo en el peor momento.
Además de eso, es esencial que nos familiaricemos con la plataforma que vamos a usar. Si tenemos dudas al respecto, hay que escribir a nuestro tutor y que nos dé todas las directrices y enlaces que necesitemos (que para algo están los tutores de TFG y TFM).
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Preparar el «plató de rodaje»
Ya lo hemos dicho en varias ocasiones, pero insistimos: hay que buscar un fondo neutro (o lo más neutro posible). Para que se nos vea adecuadamente y para que el tribunal pueda centrar su atención en lo importante (nosotros y lo que estamos diciendo), y no en otras distracciones visuales. Una pared blanca o de algún tono claro servirá. Sobra decir que nuestro escritorio y cualquier otra superficie que pueda verse desde la cámara deben libres de objetos.
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La iluminación es muy importante
Además de tener un fondo neutro y un entorno limpio y organizado, necesitamos pensar también en la iluminación. Lo ideal es que haya un buen chorro de luz natural, pero eso no siempre está en nuestra mano conseguirlo. Si tenemos una casa interior, el día está nublado o toca exponer por la tarde, va a ser complicado poder contar con esa luz. Dependiendo de la situación de cada uno y de lo que diga el parte meteorológico, si no podemos contar con luz natural, habrá que buscar la manera de recrearla lo mejor posible.
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Preparar un buen PowerPoint
No es momento de complicarse con presentaciones más elaboradas que pueden quedarse colgadas o que quizá pesen demasiado para la plataforma. Un PowerPoint bien hecho (aquí te explicamos cómo hacerlos para que queden perfectos) es la mejor herramienta para exponer un TFG o TFM.
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Ensayos a tutiplén
Si buscamos algo que prácticamente garantice que todo saldrá bien, que no nos quedaremos en blanco a la mitad de la exposición, que se nos verá y escuchará correctamente, que no tendremos un encuadre raro, que no estaremos temblando como chiguaguas o que nos quedaremos sin voz ante un pánico repentino, la única cosa que podemos hacer es ensayarlo una y otra vez y grabarlo. Y vernos luego, claro. Y volver a hacerlo hasta que sintamos que lo tenemos todo bajo control y luego seguir ensayando varias veces más hasta que nos aburramos. Y luego seguir ensayando aburridos otro poco. No hay más. Por mucho que creamos que los nervios nos pueden jugar una mala pasada, lo cierto es que cuando hemos hecho algo tantas veces, es casi imposible perder el hilo. Pasados los dos primeros minutos de desazón, enseguida nos relajaremos y lo que hemos practicado surgirá sin más.
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Posibles preguntas
Ya sabemos que es muy probable que, al terminar la presentación, el tribunal nos haga correcciones, anotaciones y las temidas preguntas. En realidad, no hay nada que temer: es nuestro trabajo y lo conocemos; no es un examen. Es importante que veamos esta parte como una conversación en la que aclaramos dudas a unas personas y no como un juicio en el que nos van a condenar a muerte.
Como sabemos de qué va nuestro TFG o TFM, podemos anticipar qué preguntas nos harán. Si no de forma literal, sí al menos de forma aproximada. Durante los ensayos, es buena idea buscarnos uno o varios aliados para hacer la exposición ante ellos (en vivo o mejor online) y pedirles que, al acabar, hagan preguntas. Poder defender nuestro trabajo ante cualquiera nos aportará herramientas útiles cara al día de la exposición.
Aquí os contamos cómo hablar, dónde mirar, qué ponerse, cómo superar los nervios… y todas esas cosas que vamos a necesitar tener bien estudiadas para el día de la presentación.