Presentar el TFG o TFM online ante el tribunal

Cuando llegue el día de tener que plantarse frente al ordenador para exponer el TFG o TFM, estas son las cosas que no debemos olvidar.

La semana pasada os hablamos de cómo preparar la defensa del TFG o TFM ahora que va a ser online. Esta semana os hablamos de qué hacer cuando llegue el momento, cómo comportarse, cómo calmar los nervios, etc. Tomad nota:

1. Cuidar la imagen

Esto de estar todo el día encerrados en casa por el coronavirus ha suavizado bastante las normas de etiqueta, pero vamos a presentar nuestro TFG o TFM y, aunque sea tentador y pueda parecernos revolucionario, no debemos hacerlo en pijama, con legañas y tomándonos un café en una taza que ponga «estudiar apesta». Hay que ducharse y vestirse como si fuésemos a hacer una exposición presencial. Lo mejor es usar ropa neutra (sin inscripciones o grandes estampados) que nos haga destacar del fondo. Es decir, que a nadie se le ocurra vestir de blanco y ponerse delante de una pared blanca, salvo que quiera parecer una pálida cabeza flotante.

2. Suministros esenciales

Hablar en voz alta y estar nerviosos al mismo tiempo se traduce en que a los dos minutos tendremos la boca más seca que una suela de esparto. En nuestro escritorio debemos tener una botella de agua y beber con tranquilidad cuando lo necesitemos. No hay que disculparse ni esconderse, beber agua está perfectamente aceptado y, además, es un recurso estupendo para cuando necesitemos calmarnos, retomar el hilo de algo que estábamos diciendo o darle una vuelta a algo que nos hayan preguntado.

3. Control de nervios

Los muchos ensayos de los que hablamos la semana pasada nos habrán aportado mucha seguridad, pero es normal que estemos supernerviosos cuando llegue por fin el día de exponer nuestro TFG o TFM. Antes de empezar hay que respirar, darnos ánimos y, por encima de todo, no caer en pensamientos catastróficos en modo bucle. Hay que decirse que todo saldrá bien, que lo hemos preparado mucho y que, si otros lo hacen y no mueren en el intento, nosotros también superaremos esto.

Otra técnica es prepararnos mentalmente como si fuésemos actores que interpretan un papel o visualizarnos como los profesores que van a dar una clase. Lo que a cada uno le resulte más tranquilizador.

Salvo que tengamos unos nervios de acero y una confianza en nosotros mismos apabullante, vamos a notar la presión, pero lo normal es que desaparezca al poco de empezar y que nos vayamos sintiendo más a gusto conforme pasa el rato.

Hay un truco que funciona muy bien: decirlo sin rodeos (siempre con buenos modales y con una sonrisa sincera). «Discúlpenme, profesores, pero estoy supernervioso. Espero hacerlo bien». Cuando verbalizamos una emoción, por un lado, nos desahogamos e, inmediatamente, nos sentimos algo más tranquilos, pero lo bueno de este truco no es solo lo que produce en nosotros, sino que, al haber incluido a los miembros del tribunal en nuestra situación, sus neuronas espejo se ponen a funcionar y no les va a quedar más remedio que sentir cierto grado de empatía, lo que hará que se muestren más comprensivos y destensará el ambiente.

4. Expresión corporal

Tanto si estamos sentados (cuidado con las sillas con ruedas) como si lo hacemos de pie, es importante que nos movamos poco y de forma controlada. No es recomendable hacer grandes aspavientos con los brazos o mover una pierna sin parar. Si no estamos tranquilos por dentro, que no se vea por fuera. Cuidar la gestualización es esencial para dar una imagen adecuada, pero lo más importante y lo que más hay que cuidar es la sonrisa. La sonrisa sincera, obviamente. No se trata de que hagamos la exposición como si fuésemos una azafata de concurso o un patinador artístico (¿por qué sonríe tanto esa gente?). Se trata de respetar un código antropológico esencial: la sonrisa nos dice que nos podemos fiar del otro, que es alguien amable o simpático, que tiene buenas intenciones, que es un semejante. La sonrisa tiene un poder tremendo, pero ojo con fingirla, porque se puede volver en nuestra contra. Si somos de sonrisa fácil, tenemos mucho ganado.

Otra cosa que hay que cuidar es nuestra mirada y dónde la situamos. Nada de mirar al techo o al cuello de nuestra camisa. La cámara debe quedarnos a la altura de los ojos (para que no nos situemos ni por encima ni por debajo de nuestros interlocutores) y es ahí donde debemos dirigir nuestra mirada la mayor parte del tiempo.

5. Prestar atención a los miembros del tribunal

Gracias a la COVID-19 llevamos ya unos meses de entrenamiento con las videoconferencias, así que sabemos que estaremos viendo al tribunal mientras hacemos la exposición del TFG o TFM. Esto es muy bueno, porque podremos prestar atención a sus expresiones. Veremos si les interesa o no, si muestran extrañeza ante algo que quizá no hayamos explicado bien, si lo están disfrutando o si se aburren. Hay que verlo como el artista ante su público, sus reacciones son una buena guía para saber dónde profundizar o dónde resumir.

6. Naturalidad

Es importante hablar con naturalidad, con un lenguaje adecuado, pero sin utilizar expresiones que no usaríamos normalmente. Nuestro lenguaje, nuestros gestos, nuestro tono y volumen de voz y nuestro aspecto deben ser un reflejo de nosotros mismos. No se trata de aparentar nada; esas cosas se notan. Hay que mostrarse naturales y correctos. Sin más.

7. Diapositivas y fichas

Hemos hablado de cómo debe ser el apoyo visual en PowerPoint para la presentación, pero es importante decir que las diapositivas no se deben leer (ni tampoco deben llevar prácticamente texto). Para nosotros serán la guía de lo que vamos a contar, pero no están pensadas para que contengan la transcripción de lo que decimos, sino la ilustración. Gráficas, fotos, alguna frase importante y poco más.

Aunque hayamos ensayado tanto que pudiésemos recitar perfectamente la presentación de nuestro TFG o TFM en una montaña rusa y con alguien al lado haciéndonos cosquillas, debemos preparar unas fichas de apoyo para darnos mayor seguridad. Quizá ni las miremos, pero tenerlas es importante por si acaso en algún momento perdemos el hilo si nos interrumpen o por si nos ponemos nerviosos.

Sea como sea, en unos 15 minutos todo habrá acabado y tendremos nuestro eTítulo. ¡Suerte a tod@s!