Las clases online tienen ventajas, pero resulta más difícil mantener la atención cuando miramos una clase que cuando estamos en el aula.
Adaptarse a la nueva «anormalidad»
Las clases online no son mejores ni peores que las presenciales. Como todo, cada método de enseñanza tiene pros y contras, pero sí estamos más acostumbrados a asistir a clase que a estudiar en línea.
Quizá, uno de los mayores inconvenientes de la enseñanza online sea la dificultad para mantener la atención. Cuando asistimos a clase ya tenemos puesto el chip de atender y tomar apuntes, pero eso no nos pasa en nuestra casa. Frente al ordenador y en nuestra habitación o en el salón de casa lo último que nos pide el cuerpo es mantener una concentración plena durante horas. Eso por no hablar de las diez mil distracciones que pueden surgir y de que la vigilancia sobre nuestras acciones es mucho menor cuando estamos asistiendo a una clase en línea.
Es cuestión de acostumbrarse. El mundo ha cambiado muy rápido por la irrupción de la COVID-19 y necesitamos readaptar nuestros hábitos a esta extraña distopía que nos ha tocado vivir.
Para mejorar nuestra concentración durante las clases online hay una serie de trucos útiles que nos ayudarán.
El horario de siempre
Cuando asistíamos a clase, nos levantábamos a la misma hora, nos vestíamos, desayunábamos… Pues ahora también. Lo de escuchar la clase desde la cama solo nos asegura el fracaso a la hora de mantener la atención y que, probablemente, nos durmamos. Si nos preparamos como si fuésemos a ir a clase (aunque la clase venga a nosotros), estaremos más atentos y despiertos y nos costará menos mantener la atención. Es tan simple como convencer a nuestro cerebro de que vamos a necesitar que se active y que no se ponga a pensar en otras cosas.
¿Tecnología enemiga?
Es importante que el funcionamiento de nuestros equipos sea el correcto. Si queremos mantener la atención, no podemos estar mirando un aparato que no se ve bien o tratar de comprender una clase que no se escucha correctamente. Por supuesto que no todo el mundo tiene recursos ilimitados para tener a su alcance la mejor tecnología, pero hay que intentar buscar una buena solución. En caso de que no podamos acceder a un equipo en condiciones, hay que hablar con la universidad para que nos facilite uno, o bien usar la zonas de biblioteca que estén adaptadas para ello.
Fuera distracciones
Muchas veces, el problema para mantener la atención no es la falta de tecnología adecuada, sino el exceso de ella. Nos llegan mensajes, tenemos chats abiertos durante la clase, nos ponemos a jugar a algo en el ordenador, visitamos las redes sociales… Si queremos mantener la atención en una clase online, no podemos estar a mil cosas a la vez. Hay que focalizarse y aprovechar bien el tiempo. Existen varias apps que ayudan a evitar este tipo de distracciones bloqueando la entrada de mensajes o capando las redes sociales en un horario determinado. Si con nuestra voluntad no vale, no estaría de más que probásemos a instalarnos alguna.
Hay veces que, por mucho que pongamos de nuestra parte, el ambiente no ayuda nada. O bien tenemos unos vecinos aficionados a la música a todo volumen, o están haciendo obras cerca, o tenemos unos compañeros de piso o familia muy ruidosos. Si no podemos negociar unos horarios de cierto silencio, lo más útil es comprar unos auriculares que sellen realmente bien y aíslen del ruido exterior.
Apuntes, técnicas de estudio y participación
Aunque suene absurdo, la mejor técnica para mantener la atención en una clase online es prestar atención a la clase. Hay que tomar apuntes, preguntar dudas, participar en los debates y ser activo. Esa será la mejor manera de que podamos mantener la concentración el tiempo necesario sin que el aburrimiento haga que nos pongamos a pensar en las musarañas. Por otra parte, si al repasar las clases, estudiar o hacer trabajos vamos variando las técnicas de estudio, también nos será más sencillo mantener una buena concentración, lo que repercutirá en la atención a las clases.
El lugar de trabajo importa
Otro de los trucos para mantener la atención es engañar a nuestro cerebro creando un espacio de trabajo exclusivo. Y no «exclusivo» en plan asientos de cuero y cortinas Versace, sino un espacio en el que, exclusivamente, vayamos a escuchar una clase o a estudiar. Ya contamos cómo crear ese lugar de trabajo perfecto con todas las cosas que se necesitan para sacar el eTítulo universitario, pero es importante que ese espacio no se use para nada más. Si vemos que vamos a vaguear un rato viendo las últimas discusiones de Twitter, mejor nos levantamos y hacemos eso en otro sitio. De lo que se trata es de crear un condicionamiento mental que nos conecte con ese estado de actividad y concentración que necesitamos para mantener la atención en clase y preparar nuestros exámenes.
Mantener la atención también implica relacionarse
El grado de implicación que tengamos con nuestros estudios también ayuda a concentrarse. Sabemos que esto de las clases a distancia enfría o dificulta las relaciones personales, pero, tras las pantallas, todos somos los mismos humanos de antes y no hay por qué perder esas interacciones tan necesarias para el aprendizaje. Lo ideal es, además de participar y preguntar como decíamos antes, hacer grupos de estudio en línea, comentar las clases con nuestros compañeros, preparar los trabajos en grupo e incluso hacer los deberes formando un equipo. De esta manera, vamos a adquirir una serie de compromisos con los demás, con la carrera y con nosotros mismos que harán que nos resulte más sencillo permanecer atentos en clase y evitar las distracciones.