Una vez acabado el estado de alarma, lo único que apetece es salir por ahí y disfrutar del buen tiempo. ¿Cómo lo compatibilizamos con unas buenas notas?
¿Sin alarma?
Ha terminado el estado de alarma y con él muchas de las restricciones que llevábamos padeciendo más de un año; entre otras, el toque de queda. Apetece salir de casa, ver a nuestros amigos y disfrutar del buen tiempo (a poder ser, toda la noche), pero tenemos dos malas noticias: estamos en la recta final del curso y la COVID-19 no se ha ido.
De hecho, no solo no se ha ido, sino que hay más infectados que el año pasado por estas fechas cuando nos encerraron en nuestras casas. Ahora, encima, nuevas cepas del virus amenazan con dejar los hospitales sin espacio.
Por otro lado, todos sentimos que nos han robado un año de vida y que queremos que esto termine, aunque con desearlo no vale. Es lógico que celebremos el poder salir a la calle, pero tampoco hay que perder la cabeza y olvidar todas aquellas medidas que nos han mantenido sanos este tiempo, a nosotros y a nuestros seres queridos.
El tiempo no ayuda
Y si el fin del estado de alarma no fuera suficiente para distraernos, resulta que hace buen tiempo y se acerca el verano. Definitivamente, en estas condiciones, ni apetece ir a clase ni apetece estudiar, pero si pretendemos sacar nuestro eTítulo, vamos a tener que hacer un esfuerzo. Con una buena organización, puede que podamos disfrutar, estudiar y proteger nuestra salud. Os contamos algunos trucos.
1. Fuerza de voluntad
Esto no es una receta milagrosa para que podamos salir de fiesta aprovechando el fin del estado de alarma, pasar de la COVID y sacar todo matrículas. Obviamente, vamos a tener que sacrificar algunas cosas que nos gustaría hacer y, por eso, el primer paso es concienciarse y planificar. Vamos a necesitar tener muy claras nuestras prioridades para tener la fuerza de voluntad necesaria.
2. ¿Qué tal desplazar los horarios de estudio?
Queremos disfrutar de la nueva libertad que nos da el fin del estado de alarma y queremos salir a la calle, pero también queremos aprobar. Hay que decidir si preferimos disfrutar de la luz del sol o de la noche. Si optamos por disfrutar del día (tan largo ahora), podemos estar en la calle hasta las 10 y estudiar por la noche. Si lo que nos apetece es salir por la noche, entonces habrá que estudiar por la tarde o por la mañana. Hay que elegir, porque no se puede tener todo y querer que no bajen nuestras notas.
3. Las clases no son prescindibles
Precisamente porque hay más horas de luz que podemos aprovechar y porque podemos volver a salir hasta que nos apetezca por la noche, faltar a clase no es una opción. Hay tiempo para todo y las clases son fundamentales.
4. Concéntrate en la meta
Cuando la voluntad afloje, hay que recuperarla. A todos nos apetece más salir con nuestros amigos que quedarnos en casa estudiando, pero tenemos metas en la vida que queremos cumplir, así que si nos falla la voluntad, puede ayudarnos el pensar en esas metas que nos hemos marcado, como trabajar en lo que nos guste en un futuro. Estudiar requiere ciertos sacrificios, pero la recompensa es grande.
5. Intenta hacer el estudio más ameno
Como lo que apetece es salir y divertirse, podemos sentir que estudiar es lo opuesto. Y sí. Si nos dedicamos a leer y releer los temarios, a subrayarlos, a volverlos a leer y a hacer un resumen tras otro, es posible que se nos haga cuesta arriba, pero existen fórmulas para hacer del estudio una actividad divertida (tal y como os contamos en este post), alternando las técnicas de estudio y convirtiendo todo en un juego o una competición.
6. No perdamos la cabeza
Se ha terminado el estado de alarma, pero, como decíamos, no la COVID-19. El virus sigue campando a sus anchas por el mundo sin que aquella soñada inmunidad de grupo se contemple. Hay cepas, como la de la India, que están causando estragos y si ahora tenemos más libertad no es porque estemos más seguros, sino porque la economía no resiste más y el estado de alarma es una medida excepcional que tiene una duración concreta y no está diseñado para extenderse en el tiempo hasta el infinito.
En este año y poco hemos aprendido qué debemos hacer para protegernos del virus y proteger a los más vulnerables lo mejor posible y ahora toca ponerlo en práctica sin que «papá Estado» tenga que vigilarnos todo el tiempo. Se llama responsabilidad, se llama civismo, se llama respeto por los demás, se llama madurez, se llama solidaridad y se llama inteligencia emocional.
7. Resistir la presión social
Y sí, hay que seguir viviendo, pero ni a costa de saturar las uci, ni de ceder a la presión social más negativa. Lo que queremos decir es que, si nuestros amigos se quitan la mascarilla, allá ellos. Si nuestros amigos quieren abrazar a todo el mundo, allá ellos. Si nuestros amigos beben de la misma botella, allá ellos. Si nuestros amigos creen que son inmortales y que sus familias también lo son, allá ellos; pero que lo que no podemos hacer, de ninguna manera, es dejar que este tipo de personas que deciden vivir negando la realidad dicten nuestra manera de actuar.
Por lo tanto: salir está bien, pero con la mascarilla, con cierta distancia de seguridad, mejor al aire libre, usando gel hidroalcohólico y todo eso que ya sabemos.