Septiembre es un mes maravilloso para hacer senderismo y disfrutar del final de verano a lo grande, pero hay que seguir unas normas mínimas de seguridad.
Septiembre, el mes perfecto para el senderismo
No hace tanto calor como en agosto y los colores del campo son increíblemente bonitos. Las clases aún no han empezado y podemos disfrutar del aire libre antes de que el invierno llegue y nos quite las horas de luz y la temperatura agradable. Con este bucólico escenario, el senderismo es una de las actividades más divertidas y gratificantes que podemos realizar porque no solo nos aleja de la rutina, sino que nos conecta con la naturaleza y eso, aunque a ratos se nos olvide, es muy beneficioso para nuestra salud mental y física. Más aún tras haber pasado tanto tiempo encerrados y con miedo debido a la pandemia del COVID-19.
Desde eTítulo queremos compartir con vosotros una serie de recomendaciones para que podáis disfrutar del senderismo con todas las garantías de seguridad:
Para todos los públicos
En la montaña, como en el mar, hace falta una preparación, pero cualquiera puede hacer senderismo igual que cualquiera puede bañarse en la playa. Mientras sepamos andar y sepamos nadar, ambas cosas pueden hacerse. Los problemas pueden surgir cuando infravaloramos el medio, o la dificultad. Como decíamos, cualquiera va a la playa, pero no cualquiera nada varios kilómetros mar adentro ni se mete a hacer espeleología submarina sin tener una preparación. En cambio, sí contemplamos la idea de subir a la montaña o adentrarnos en bosques y cuevas sin planificación alguna y eso es lo que hay que evitar.
Todos entendemos que el mar entraña riesgos, pero cuando nos echamos a andar por el campo nos olvidamos de que también tiene sus peligros. Lo bueno es que con una adecuada planificación y teniendo un buen conocimiento sobre nuestra capacidad física, podremos hacer estupendas rutas de senderismo adaptadas a nuestras necesidades.
Cómo hacer una buena planificación
Antes de nada, una ruta de senderismo hay que planificarla de forma adecuada y eso también forma parte de la diversión. Según la época del año, hay rutas que no son recomendables, por lo que habrá que elegir aquellas que sí lo sean. Además, habrá que tener en cuenta el desnivel, la distancia que vamos a recorrer y la dificultad de forma realista y teniendo en cuenta que, si somos principiantes, siempre es mejor empezar por rutas sencillas e ir aumentando la dificultad de forma progresiva que pasar una mala experiencia nada más comenzar.
Hay numerosas aplicaciones y páginas web que nos van a ayudar para planificar la ruta perfecta para nosotros. Los aficionados y profesionales del senderismo cuelgan fotografías, hacen comentarios sobre la dificultad y aportan consejos para cada ruta, así que es muy útil ver sus comentarios para hacer nuestra propia planificación.
Saber usar un mapa también es importante y, como la tecnología puede fallar, no olvidemos echar a la mochila una copia en papel del mapa del itinerario por si el móvil se nos apaga.
Otra cosa que debemos conocer es el tiempo estimado que tardaremos en hacer la ruta, si es un sendero circular o de ida y vuelta. Según las horas que vayamos a estar, deberemos planificar la cantidad de agua y víveres que llevamos con nosotros y el abrigo.
Consultar el parte meteorológico es imprescindible, claro.
Ropa y calzado
Antes de echarnos al campo con cualquier cosa, hay que elegir bien qué vamos a llevar para que nada fastidie la actividad. Un calzado inadecuado puede hacer que tengamos que abandonar y que volvamos a casa doloridos y con los pies en carne viva, así que eso hay que cuidarlo especialmente.
El calzado debe adaptarse al terreno y al clima y pueden ser zapatillas de senderismo o botas waterproof, pero sean cuales sean, es mejor que las hayamos usado antes y no vayamos de estreno. Por si las moscas, siempre es recomendable llevar un pequeño botiquín en el que debemos incluir tiritas. Los calcetines también son importantes y no deben hacernos arrugas para evitar los roces.
La ropa debe estar, lógicamente, adaptada al clima, pero teniendo en cuenta que la temperatura puede variar bastante si el camino asciende a cotas algo más altas, que según avance el día las temperaturas bajarán y que podría llover. Es bueno llevar distintas opciones de abrigo como un forro polar y un cortavientos.
Qué llevar en la mochila
Es importante que no nos pasemos de precavidos llevando absolutamente todo lo que podríamos necesitar en un viaje de quince días. Vamos a hacer senderismo cargando con la mochila y cuanto más ligera sea, mejor. Lo imprescindible para un paseo de día es:
- Agua mineral.
- Bocadillo, barritas energéticas y frutos secos.
- Protector solar.
- Linterna (cuanto más ligera, mejor).
- Navaja multiusos.
- Mapa.
- Teléfono móvil y batería externa por si acaso.
- Botiquín pequeño.
- Ropa de abrigo.
- Un par extra de calcetines por si se nos mojan los que llevamos.
- Manta térmica.
- Silbato.
- Bolsa para desperdicios.
El senderismo no se practica en solitario
Lo ideal es ir en parejas, tríos o cuartetos si queremos tener en cuenta tanto el respeto al medioambiente como la seguridad. Si nos arriesgamos a ir solos, incluso planificando una ruta sencilla y conocida, nos exponemos a sufrir algún contratiempo y no contar con ayuda. Algo tan sencillo como una caída que nos produzca una torcedura de tobillo puede dejarnos inmovilizados y solos en medio del campo donde la cobertura de los teléfonos no es precisamente una maravilla. En este tipo de actividades hay que ser responsable y seguir unas normas mínimas de seguridad.
Cuidar el entorno
Por último, si vamos a disfrutar de la naturaleza, debemos asegurarnos de hacerlo con respeto por el medio y no dejar nunca desperdicios. Nuestra basura debe volver con nosotros y, si podemos, también sería muy bueno que recogiésemos la que otros menos civilizados hayan dejado a su paso.
No hay nada más triste que estar en medio de un paraje maravilloso salpicado de latas, clínex usados y colillas, con excepción de que ese «paraje maravilloso» esté carbonizado por el último incendio. Evitar cualquier actividad que pueda provocar que el campo arda no es solo una cuestión de ética y respeto, es también, no lo olvidemos, un imperativo legal.
¡Que disfrutéis mucho!