Dicen que estudiar nos hace engordar, pero no es verdad. Lo que engorda es la ansiedad, los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo.
Temporada de exámenes y kilos extras
Durante los años que vamos a estar luchando por graduarnos y conseguir nuestro eTítulo universitario, nos vamos a enfrentar muchas veces a temporadas de exámenes agotadoras, pero si las planificamos bien, acabaremos cogiéndoles el tranquillo incluso en el tema de la alimentación.
Diciembre siempre es un mes complicado para mantener la talla de nuestros pantalones. La Navidad llega, visitamos a nuestra familia, comemos hasta reventar y picamos turrones, polvorones, bombones y roscones en las horas libres. Pero es que, además, para los que tenemos que dedicar el mes a preparar trabajos y exámenes, la difícil tarea de guardar la línea ya se convierte en algo imposible.
Junio es diferente pero no mejor: pocos días antes de comenzar con el maratón de estudio, asaltamos algún supermercado y llenamos el carro de comida basura. No vamos a tener tiempo ni ganas de ponernos a cocinar, así que lo más sencillo es cargar con todo lo precocinado que encontramos y aderezarlo con bollos y picoteo para ingerir entre horas.
Después de haber pasado los exámenes, encontrarnos en la báscula 5 kg de más no debería extrañarnos.
¿Cómo lo evitamos?
En realidad es fácil (más o menos). Solo se trata de tener algo de voluntad y de organización.
Para que nuestro organismo rinda adecuadamente, es necesario que esté bien alimentado y, para ello, vamos a tener que esforzarnos un poquito. Si no contamos con nadie que nos cocine, estaría bien que en los días previos a convertirnos en monjes de clausura, nos dedicáramos a hacernos unas cuantas comidas sanas y a congelarlas. Luego, bastará con tirar de microondas y casi no perderemos tiempo.
Las legumbres son muy buenas, y no tenemos por qué añadirles tocinos, chorizos y demás para que sepan deliciosas. Una ensalada tibia de garbanzos, calabacín y berenjena aderezada con curry, comino y aceite de oliva es una buena solución para no pasarnos de calorías y comer sano.
Las carnes magras y los mariscos también son una opción apropiada. Como vamos a necesitar una buena cantidad de hidratos, que nos sacian más y nos aportan energía, elijamos cocinar la pasta y el arroz integrales. El pan para los socorridos sándwiches también puede ser integral y sin azúcar.
Hay que beber mucho aunque nos haga ir al baño más a menudo (así estiramos las piernas de vez en cuando). Estar bien hidratados es imprescindible para que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionen como es debido, pero, como buscamos no engordar, hincharnos a bebidas gaseosas (superazucaradas o no) no es aconsejable. Lo mejor es el agua. Pero podemos complementar teniendo en la nevera o la despensa de zumos sin azúcar, infusiones, etc., para que no nos falten cuando los necesitemos.
Para picar entre horas, en vez de patatas fritas y bollos, optemos por las nueces y otros frutos secos, las aceitunas, las ensaladas de tomate (que se preparan en muy poco tiempo), el queso, la fruta, zanahorias crudas y huevos duros cortados en trocitos.
Si nos pirra el chocolate, el que menos nos hará engordar es el negro; pero si no nos pasamos, podemos comer de todos.
Ansiedad y falta de ejercicio
La ansiedad que provocan los exámenes nos hace comer compulsivamente, pero como ya hemos dicho, podemos pasar de engordar uno o dos kilitos que nos quitaremos fácilmente en unos días, o llegar a tener 5 kg de más, que tardaremos meses en sacarnos de encima.
La inactividad física también provoca ansiedad y cansancio a la vez que dificulta el aprendizaje, por lo que sería muy recomendable que diariamente nos moviéramos un poco. No es necesario perder mucho tiempo, con salir a la calle y correr un par de vueltas alrededor de nuestra casa es suficiente. Además, cansarnos físicamente mitiga la ansiedad, libera endorfinas que nos hacen sentir bien y nos permite relajarnos y volver al estudio con la cabeza más fresca. ¿Qué perdemos?, ¿10 minutos un par de veces al día? No es tanto. Sobre todo porque cuando volvamos a sentarnos en la silla, estaremos menos saturados y estudiaremos mejor.
Prohibido hacer dieta
Ponerse a régimen también genera ansiedad e, incluso, a veces, depresión. Justo lo que no necesitamos en estos momentos. No se trata de adelgazar. Se trata de no engordar en época de exámenes. No debemos pasar hambre ni perder el tiempo pensando en lo mucho que nos apetecen unas tortitas con chocolate. Si el cuerpo nos pide alimento, tenemos que dárselo.
Lo que hay que evitar es tragar compulsivamente comida que no nos alimenta y nos hace engordar. Si estamos descontentos con nuestro físico y queremos perder un poco de peso, tenemos un montón de meses después de los exámenes para comer menos y hacer más ejercicio. Lo que nos tiene que preocupar en estos momentos no es lo bien que nos quedan los pantalones, sino lo bien que nos vamos a sentir cuando tengamos todo aprobado y nos pasemos el verano celebrándolo.