La memoria se puede entrenar y, cuanto más lo hagamos, más fácil nos resultará retener cualquier información y prevenir problemas futuros.
Entrenar funciona
La neuroplasticidad del cerebro nos da la posibilidad de mejorar nuestras habilidades.
A veces, parece que venimos hechos de fábrica con unos dones y unos defectos y que estos son inamovibles y conforman nuestra personalidad, pero no es cierto para nada. Podemos cambiar y mejorar nuestras destrezas.
De hecho, el cociente intelectual no es tan determinante como se pensaba, ya que puede sufrir modificaciones si mantenemos nuestro cerebro entrenado y activo. Por lo tanto, si llevamos un buen entrenamiento cerebral de forma regular vamos a ver incrementadas habilidades tan importantes para conseguir nuestro eTítulo universitario como la concentración, la memoria o la orientación espacial.
Os contamos cómo entrenar el cerebro para mejorar nuestra memoria en 5 pasos:
1. Hay que cuidarse
Dormir bien es importante para cualquier cosa, pero también para nuestra memoria, porque durante el sueño el cerebro se dedica a «procesar» y a «archivar» lo que hemos estudiado, de manera que se retiene mejor la información si tras estudiar dormimos las horas necesarias (mínimo 7).
Comer de forma adecuada y hacer ejercicio, lo mismo. Un cerebro sano y que rinda adecuadamente formará parte de un cuerpo también sano, ya que son la misma cosa, por eso es importante que entendamos que la salud es un todo y que en ese todo mente y cuerpo están relacionados.
2. Constancia y disciplina
Para ejercitar y mejorar nuestra memoria, debemos dedicar unos minutos cada día. Hay que ser constantes para notar los resultados (que realmente se percibirán enseguida) y tenerlo como una rutina diaria. Con unos pocos minutos bastará para entrenar nuestra memoria, no hace falta que echemos mil horas al proceso porque, por suerte, el cerebro es más rápido que los abdominales y mantenerlo con una estupenda tableta de chocolate neuronal no nos va a costar prácticamente nada.
Podremos encontrar páginas en Internet que nos ayuden, libros y videojuegos, pero básicamente se trata de realizar diferentes rutinas de memorización e ir viendo cómo día a día somos capaces de retener más palabras o números.
3. Leer va bien para todo y también para la memoria
¡Qué suerte! ¡Miremos el estudio que miremos siempre nos recomiendan la lectura! Cuando leemos, ponemos a funcionar muchas áreas de nuestro cerebro que no usamos de otras maneras. Esto ayuda a que nuestro cerebro se mantenga en forma e incluso que ampliemos su potencial. Pero no solo vale con leer, hay que esforzarse por hacer una lectura consciente en la que, tras un número concreto de líneas, nos paremos y nos preguntemos: «¿qué he leído?». Poner en nuestras propias palabras ese resumen hará que lo memoricemos mucho mejor y será un buen entrenamiento para cuando lleguen los exámenes.
4. Aprender un idioma
Aprender una nueva lengua es un triatlón para las neuronas. Si de verdad queremos hacer trabajar a nuestro cerebro para ejercitar la memoria, esta será una de las formas más eficaces de hacerlo.
Además, estudiar una lengua nueva siempre va a resultar más entretenido como entrenamiento que memorizar listas de palabras en nuestra propia lengua; por lo tanto, solo hay que buscar el idioma que nos interese y empezar como un reto.
5. Convierte las tareas cotidianas en tu campo de entrenamiento
El límite lo pone nuestra creatividad. ¿Cuántos números de teléfono nos sabemos de memoria? ¿Nos sabemos los nombres de todas las calles de nuestra zona? ¿Nos perdemos sin el navegador del móvil?
Aprendernos un número de teléfono cada día es un gran entrenamiento y algo más útil de lo que pensamos en caso de que nuestro aparato se rompa y necesitemos contactar con alguien desde otro terminal.
Cuando paseamos por la calle es bueno mantener la atención en el presente en vez de caminar como zombis pensando en nuestras cosas. Fijarnos en los nombres de las calles y los comercios que cruzamos para crearnos un mapa mental de nuestras zonas habituales es un gran ejercicio, así como hacer lo mismo cuando viajemos y no estemos dentro de nuestras zonas habituales. Los cambios obligan a nuestro cerebro a adaptarse y estar alerta, lo que es un gran entrenamiento para la memoria.
Bonus
Aprender una canción o una poesía a la semana, buscar un nuevo hobby, aprender a usar un dispositivo nuevo, estudiar solfeo, memorizar un baile, hacer crucigramas…
Entrenar nuestra memoria es más fácil y divertido de lo que parece y, además, nos va a reportar múltiples beneficios presentes y futuros. ¿Por qué no empezar hoy mismo?