Volver a estudiar después de un tiempo puede parecer imposible, pero ni es tan difícil ni requiere tanto sacrificio.
Cuentas pendientes o cuentas futuras
Puede ser porque lo dejamos antes de terminar y no conseguimos nuestro eTítulo universitario, porque no estudiamos lo que quisimos, sino lo que nos vimos obligados a hacer o puede que sea porque volver a estudiar nos va a permitir optar a un puesto mejor o conseguir el trabajo deseado. Lo cierto es que los motivos dan igual porque retomar los estudios siempre es una buena idea.
Si la primera vez que estudiamos las clases nos parecían un suplicio y los exámenes algo insoportable, veremos que la cosa ha mejorado bastante. No decimos que sea todo perfecto, pues los exámenes siguen siendo bastante insoportables, pero ahora las clases se hacen mucho más llevaderas e incluso divertidas.
Aprender cosas nuevas, asistir a clase o a conferencias, leer a autores que no conocíamos o profundizar sobre temas que nos interesan se convierte en algo apasionante de lo que, como adultos que tienen un objetivo claro, se extrae mucha más sustancia y se disfruta muchísimo más que cuando estudiar era más una imposición que una elección.
Conciliación
Cuando volvemos a estudiar es por un motivo, pero lo normal es que ya no podamos estar sin hacer ninguna otra cosa. El tiempo ha pasado y tenemos otras obligaciones y prioridades. A veces soportamos un trabajo absorbente o varios, a veces son cargas familiares…
El miedo a no poder compaginarlo todo, a saturarnos, a abandonar, puede hacer que nos echemos para atrás, pero si nos decidimos a volver a estudiar (ese es sin duda el paso más difícil en el que tendremos que vencer todos nuestros miedos y nuestra tendencia a quedarnos como estamos por si acaso), veremos que no es tan complicado ni tan duro como lo recordamos; que los grados son bastante asequibles y que con unas pequeñas modificaciones en nuestra rutina tendremos tiempo para todo.
¿Cómo se aprende a estudiar otra vez?
Uno de los hándicaps con el que podemos encontrarnos al volver a estudiar tras mucho tiempo de parón es el de haber olvidado cómo se estudia (o creer que lo hemos olvidado), y mientras los jóvenes tienen frescas todas sus técnicas (y sus cerebros), los mayores se encuentran con una capacidad para memorizar algo más mermada y con una leve falta de recursos a la hora de ponerse a hincar los codos.
Saber que esta situación se puede dar debe conducir a no tirar la toalla; el miedo se va a superar en cuanto se vean los buenos resultados de los primeros exámenes.
Lo que tenemos que hacer es suplir la falta de costumbre con interés, participación en clase, tomar unos buenos apuntes, repasar un poco cada día y aplicar las técnicas de estudio más útiles para cada uno. ¿Y cómo sabemos cuáles son? Pues siguiendo nuestro blog para recibir consejos semanales para hacer del estudio algo sencillo y eficiente y probando a ver con cuáles aprendemos mejor.
Lo principal es que encontremos el tiempo para asistir a clase y otro rato para estudiar, pero si no podemos hacerlo a diario, al menos sí deberemos dedicar más horas los fines de semana y, salvo que nos hayamos metido en un grado muy difícil, con ir a clase y repasar tres horas a la semana, lo vamos a sacar todo con buenas notas.
Todo se aprovecha más
Si hemos decidido volver a estudiar, será porque tenemos un objetivo claro. Por eso vamos a ver el aprendizaje como una ganancia, bien sea de conocimientos, bien sea para darle un valor añadido a nuestro currículo y así optar a un puesto mejor o, seguramente, ambas cosas.
La mentalidad ahora es otra y esas metas van a servir de motivación para que podamos sacar la energía necesaria para conciliar nuestra vida con los estudios.
Además, volver a estudiar cuenta con ventajas muy útiles que también nos van a facilitar las cosas como, por ejemplo, una mayor cultura general, más madurez mental, experiencia vital y laboral y, sobre todo, unas hormonas tranquilitas.
Pronto veremos que estudiar es una actividad apasionante y amena, que el placer de aprender cosas nuevas o el ver que trabajamos por conseguir las metas que nos hemos puesto va a hacer que estemos mucho más centrados que la primera vez y que nos sintamos muy realizados.
Hay que entender que cuando volvemos a estudiar tras mucho tiempo sin hacerlo el problema más grande con el que nos vamos a encontrar es con nosotros mismos y nuestro miedo al fracaso, pero si superamos eso, no vamos a encontrar ninguna dificultad insalvable en el camino.