¿Y si hubiera una forma de combinar las técnicas de estudio más eficientes para memorizar mucho más rápido, aprenderse mejor los temarios y divertirse a la vez? Pues la hay.
Todos sabemos cómo estudiar ¿no?
Cuando llegamos a la universidad todos sabemos estudiar. Mejor o peor, hemos llegado hasta aquí estudiando, pero ¿estamos siendo todo lo eficientes que podríamos ser? Hay ciertas técnicas de estudio que consiguen que podamos aprender más cantidad de temario en menos tiempo de estudio y que, sin duda, vamos a querer conocer.
La costumbre, el tratar de ser conservadores para ir a lo seguro, muchas veces nos hace no cambiar nuestros hábitos y técnicas de estudio por no arriesgarnos, y eso es un error, ya que puede que estemos perdiendo muy buenas oportunidades para mejorar nuestra manera de estudiar y nuestras notas.
Implementando ciertas técnicas de estudio eficientes podremos terminar nuestra carrera y obtener nuestro eTítulo con la mitad de esfuerzo teniendo los mismos resultados o, mejor aún, aplicando el mismo esfuerzo que ponemos en obtener una calificación de notable podremos tener un expediente brillante.
Lo primero es lo primero
No hay ninguna técnica de estudio que funcione que no dependa de nuestra organización en el estudio, por lo tanto, antes de nada, hay que organizarse bien, tener todo el temario a nuestra disposición, conocer su extensión y dificultad. También debemos tener un buen calendario en la pared para que no perdamos nunca de vista las fechas de los exámenes y saber de cuánto tiempo real disponemos para prepararlos.
Una buena organización va a ayudarnos a ser realistas y a usar las técnicas de estudio adecuadas para sacar el máximo provecho de cada asignatura, por lo que no debemos nunca pasar esto por alto como paso previo imprescindible del estudio.
Lectura comprensiva + subrayado + esquemas
Quizá la parte más aburrida de preparar un examen es la de leer el temario. Para hacerlo de una forma más eficiente y menos monótona nos ayudará llevar a cabo no una lectura general, sino directamente una lectura comprensiva en la que vayamos trabajando desde el principio párrafo a párrafo.
Es simple: en vez de leer una primera vez todo el temario, luego leerlo una segunda vez mientras subrayamos y luego una tercera para hacer un resumen y de ahí sacar los esquemas (10 canas nos han salido ya en este proceso), vamos a hacerlo de una forma más dinámica y sin lecturas generales ni repeticiones.
Leemos el primer párrafo en voz alta mientras vamos subrayando las ideas principales en un color y las secundarias en otro y anotamos ambas para ir creando nuestro esquema. Luego pasamos al siguiente párrafo y repetimos. Estar haciendo varias tareas a la vez hace que nos concentremos mejor y que no nos aburramos, a la vez que ganamos un tiempo precioso.
El hecho de unificar estas técnicas de estudio, al contrario de lo que pueda parecer, va a conseguir que aprendamos más en menos tiempo, que el estudio sea menos monótono.
De esquema a fichas y de fichas a preguntas
Una vez que hemos hecho los esquemas de todo el temario, nos toca hacer pequeñas fichas de estudio. Son tarjetas con conceptos aislados (las ideas principales, porque las secundarias se quedan en los esquemas) que debemos saber y que nos sirven para tirar del hilo. Es decir, que leyendo esas fichas con ideas principales, si hemos hecho bien la lectura en voz alta, el subrayado y los esquemas, las fichas serán como un recordatorio que nos dará el pie para empezar a contar lo demás.
Evidentemente, si en este proceso algo falla, si vemos que hay cierta información que no tenemos completa, habrá que volver a leer ese punto, pero al menos no habrá que releerlo todo.
A la vez que vamos completando estas fichas, nos van a surgir ideas de qué preguntas pueden caer en el examen y debemos ir escribiéndolas en otras tarjetas. Lo ideal es que tengamos una pregunta o dos por ficha y que abarquemos todas las posibilidades para que nada nos pille de nuevas en el examen.
¿Juegas?
El resto del tiempo que vamos a invertir en estudiar consiste en jugar a juegos de preguntas. Bien solos o mucho mejor acompañados, se trata de mezclar las preguntas e ir respondiéndolas de la forma más completa posible.
Si hemos acertado, colocaremos las preguntas en un montón. Si fallamos, la respuesta está muy incompleta o tenemos muchas dudas, la tarjeta irá a otro montón que habrá que repasar después. De esta forma, vamos a saber rápidamente lo que hay que repasar y lo que no, e iremos ampliando muy rápidamente el montón de las preguntas que nos sabemos.
Estas técnicas de estudio no solo son muy eficientes y nos ahorran un montón de horas interminables de estudiar, sino que son muy dinámicas y efectivas. Estudiar se hará, por lo tanto, una actividad mucho más amena y nos costará muy poco ponernos a ello y concentrarnos.