LinkedIn es la red social más útil que existe en la actualidad para encontrar trabajo y hacer contactos profesionales, pero no vale con estar: hay que saber usarla.
Todos queremos estar en LinkedIn
Los datos de 2021 nos dicen que LinkedIn cuenta con más de 830 millones de usuarios registrados alrededor del mundo, por lo que se ha convertido en la red social profesional más popular del momento.
Su utilidad, a diferencia de lo que pudiera parecer en un primer momento, va mucho más allá de trasladar nuestro currículum tradicional a la web. LinkedIn, como buena red social que es, pone en contacto a profesionales del mismo sector y ayuda a conectar a las personas que están en búsqueda activa de empleo con las empresas que las necesitan.
Pero aún hay más: LinkedIn es una herramienta que nos permite, como decíamos, entrar en contacto con profesionales afines (hacer networking) y obtener oportunidades laborales, pero también leer y compartir interesantes contenidos relacionados con nuestro sector, encontrar formación que sea útil para mejorar nuestro currículo con LinkedIn Learning y, en definitiva, crear nuestra propia marca personal o identidad profesional.
Actualmente tiene más de 58 millones de empresas incluidas y, según los datos del estudio Uso de Redes Sociales en el 2021 de Pew Research Center, el 87 % de los reclutadores trabajan de forma regular con esta web.
Veamos 7 consejos para que podamos sacar el máximo partido de esta utilísima red:
1. Completar el perfil de LinkedIn
Parece algo obvio, pero es demasiado frecuente encontrar perfiles con escasa información sobre su propietario. Debemos recordar que las posibilidades de ser encontrado en las búsquedas aumentan cuantos más detalles aportemos.
Hay datos que no deben nunca faltar en nuestro perfil si queremos que estar en LinkedIn sirva para algo. Hay que dar información de nuestros empleos anteriores, el puesto actual si lo tenemos, nuestro nivel de estudios y que disponemos de eTítulo para certificarlos, las principales habilidades y conocimientos que tengamos, idiomas que hablamos, especialidades o cursos que hayamos estudiado.
La fotografía también es importante en esta red y, aunque nadie debería contratarnos o no basándose en nuestro aspecto (salvo que seamos modelos o nos dediquemos a la actuación) y de que suele recomendarse no ponerla en el currículo, al ser esta una red social, la imagen sí cobra una gran importancia.
Lo más aconsejable es hacerse una foto con una ropa neutra y un fondo claro con pose natural. Nada que quede muy forzado. Aquí nos explican cómo debe ser la fotografía ideal para completar nuestro perfil.
2. Comienza a crear tu red de contactos
Si acabamos de aterrizar en LinkedIn, podemos utilizar la herramienta de búsqueda de contactos que nos ofrece la plataforma. En el caso de que ya tengamos a nuestro círculo más cercano agregado, podemos lanzarnos a encontrar gente con el sistema de búsqueda avanzada.
Los criterios que podemos usar para encontrar nuevos contactos pueden estar relacionados con el sector, cargo, empresa o ubicación para definir nuestro target.
Los contactos de segundo nivel son aquellos que, sin pertenecer a nuestra red, sí forman parte de la de uno de nuestros contactos. Además de focalizar nuestras búsquedas en sectores determinados, el valor de los perfiles de segundo nivel reside en el hecho de que disponemos de alguien en común que, llegado el caso, nos puede referenciar o presentar.
3. Guardar las búsquedas y crear alertas
Esta opción, desconocida para muchos usuarios, puede ser realmente útil. Ya hemos definido nuestro target, seleccionados los criterios de selección y hecho nuestros primeros contactos. Ahora debemos estar al tanto de las altas que se produzcan en la plataforma. ¿Cómo? Guardando la búsqueda haciendo clic en el botón de la imagen. LinkedIn nos avisará periódicamente con los nuevos perfiles.
4. Pedir recomendaciones y darlas
Nadie puede hablar mejor de nosotros que aquellos que han sido nuestros compañeros de trabajo. LinkedIn permite conocer y mostrar públicamente esas opiniones como parte de nuestro perfil. Compañeros de trabajo, antiguos profesores de universidad, jefes de empresas anteriores…, su veredicto aporta autenticidad a nuestra buena labor profesional.
Si no tenemos aún experiencia profesional, no hay de qué preocuparse, nuestros compañeros de clase y profesores pueden validar ciertas aptitudes que pongamos en el perfil y, poco a poco, iremos teniendo más contactos y experiencia.
Hay que recordar que, como en toda red social (online u offline), ayudar a otros también nos ayuda a nosotros mismos.
5. Participar en grupos de interés
Podemos explorar el directorio de grupos existentes, utilizar la herramienta de sugerencias de grupos o crear nuestro propio grupo (público o privado). Lo realmente importante de esta herramienta es que nos permite, de forma fácil y rápida, entrar en contacto con gente de nuestro propio sector e intereses. En este sentido, es muy habitual encontrar ofertas de empleo y descuentos especiales para los miembros de determinados grupos.
6. Compartir contenido en LinkedIn
LinkedIn es el lugar indicado para colgar contenidos que quizá son demasiado específicos para otras redes sociales. Puede que a nuestra compañera de escalada o al colega del instituto con el que salimos a tomar cervezas no les interese si ha salido un nuevo polímero que abarata el precio de la producción de prótesis dentales, pero eso sí que les va a interesar a nuestros contactos de LinkedIn. Además de aportar visibilidad a nuestro perfil, nos posicionará como alguien apasionado, puntero y, en definitiva, experto en nuestro sector.
7. Enlazar nuestro blog y (quizá) las redes sociales a LinkedIn
Si alguien descubre nuestro perfil y le interesa, puede que nos busque en otras RRSS. Podemos ahorrarle trabajo enlazándolas a LinkedIn, pero hay que hacer una buena revisión a ver si tanta información no va a resultar contraproducente.
Puede pasar que seamos unos auténticos profesionales, que nos desvivamos por el trabajo y que, en cambio, usemos Instagram para poner fotos en las que estamos de fiesta con cuatro copas de más. También puede que usemos esa red para lucir palmito con una escueta vestimenta o que en Facebook nos dediquemos a poner opiniones políticas. Si es así, es mejor no enlazar nada, poner todo privado y, de paso, cambiar el nombre que aparece en las búsquedas si coincide con el que hemos puesto en LinkedIn.
En resumen: solo hay que enlazar nuestras RRSS si estas dan una buena imagen profesional de nosotros.
Si tenemos un blog, tres cuartos de lo mismo. Un blog que hable sobre cuestiones no relacionadas con nuestro sector y en el que escribimos opiniones personales puede perjudicarnos laboralmente. En cambio, uno en el que escribamos sobre nuestro trabajo o cuestiones relacionadas puede venirnos de maravilla para ganar seguidores y encontrar empresas que quieran trabajar con nosotros.