Encontrar el equilibrio entre estudiar y el resto de las cosas que implican estar vivo puede hacerse complicado. Te ayudamos.
Vivir importa
En el paso del instituto a la universidad hay muchos cambios. Uno de ellos es una ingente cantidad de temario por asignatura que jamás habíamos visto antes. Si somos mínimamente responsables y, al mismo tiempo, mínimamente caóticos o desorganizados, nos va a costar bastante encontrar el equilibrio necesario para poder hacer frente a todo, sacarnos nuestro eTítulo universitario y no acumular un nivel enorme de estrés.
Y eso sin tener en cuenta el extra que aguantan aquellas personas que compatibilizan el estudio con algún trabajo, las que tienen cargas familiares, las que tienen parejas y amigos, aquellas a las que les gusta practicar un deporte, las que quieren terminarse una novela o las que se atreven a querer divertirse de vez en cuando.
En resumen: cualquiera que no tenga un saludable nivel de neurosis que le haga organizar todo de forma metódica, puede encontrarse en la desagradable situación de sentir que debe elegir entre sus estudios y la vida.
Pues no es así. Si nos organizamos bien, podemos encontrar un equilibrio y no terminar de los nervios.
En perfecto equilibrio
La clave para poder disfrutar de nuestra juventud y, al mismo tiempo, sacar nuestro eTítulo universitario con buenas notas e incluso compatibilizar esto con un trabajo, consiste en entender que necesitamos equilibrio y organización. Equilibrio para conocer cuáles son nuestras prioridades y organización para poder jerarquizarlas y asignarles la cantidad precisa de tiempo y dedicación.
Parece un poco como hacer malabares, pero una vez que nos acostumbremos a funcionar así, nos saldrá de forma natural.
Veamos una serie de tips para que podamos llevar una vida más equilibrada y, por lo tanto, más completa y feliz:
Establecer objetivos
No es posible hacer todo lo que viene a continuación sin tener una agenda. Ese es el primer paso.
Una vez que la tengamos, debemos establecer los objetivos mensuales, semanales y diarios y jerarquizarlos para ver el tiempo que dedicaremos a cada cosa.
Si trabajamos, los horarios estarán claros. En cuanto a los estudios, deberemos poner cuántas horas diarias vamos a dedicar a estudiar durante ese mes y crear un horario riguroso que podamos seguir.
En este horario también incluiremos los ratos que vamos a dedicar al deporte (que es esencial para nuestra salud física y mental, la concentración y la memoria), el descanso, a los amigos, pareja o hobbies.
Tareas pendientes
Hay que intentar con todas nuestras fuerzas no procrastinar porque, además de que nos desbarata toda la organización que tratamos de crear, se ha demostrado que está relacionado con padecer en el futuro enfermedades mentales y físicas.
Para evitar la procrastinación y encontrar el equilibrio que buscamos, debemos ocuparnos de realizar cuanto antes cualquier tipo de tarea pendiente que vayamos arrastrando.
La vida no consiste solo en estudiar, trabajar, divertirse y descansar. Desgraciadamente, también hay trámites burocráticos molestos, médicos a los que visitar, papeles que presentar y cosas por el estilo.
Todas esas tareas pendientes deben estar apuntadas en una lista, jerarquizadas por orden de importancia y debemos ir ocupándonos de ellas cuanto antes.
Ganar al tiempo
Para encontrar el equilibrio y que nos dé tiempo a ocuparnos de todo, hay que hacer cada tarea de la forma más eficiente posible. Al estudiar usaremos las técnicas de estudio que mejor rendimiento nos proporcionen. Para los desplazamientos, pensaremos en las rutas y transportes más adecuados. Podemos cocinar para varios días y congelar para ganar tiempo en la cocina o hacer las compras online en vez de tener que ir al súper.
Las tecnologías también proporcionan equilibrio
Para las personas a las que les cueste llevar sus quehaceres de forma sistematizada, la tecnología es una gran aliada. Aplicaciones como Google Calendar, Todoist, Evernote o Trello pueden ayudarnos a llevar una vida plenamente organizada.
Equilibrio en el descanso
Todo esto no se trata de convertir nuestra vida en un infierno ni de subir los niveles de estrés ni de perder el sueño. Es al contrario: se trata de organizarse bien y así poder ganar tiempo para nosotros, nuestra salud, nuestra felicidad y nuestro descanso.
No solo hay que dormir 8 horas diarias, sino que también debemos tomar varios descansos cortos a lo largo del día para desconectar la mente y recargarnos de energía.
Si somos del tipo de personas que cuando se ponen con una tarea se quedan atrapadas y no paran hasta 12 horas después, tendremos que ponernos alarmas que nos marquen cuándo parar. Y hacer caso a esas alarmas, claro.
En equipo se vive mejor
La familia, los amigos o nuestra pareja no solo están para los buenos ratos de ocio. También pueden ayudarnos cuando estamos más sobrecargados; lo que pasa es que hay que pedir ayuda y no esperar que nos lean la mente.
Si necesitamos espacio o tranquilidad para estudiar, debemos decírselo y no sentirnos mal. Si necesitamos que nos echen una mano preguntándonos la lección, también podemos pedírselo y si necesitamos que nos suplan con alguna tarea en los momentos de más agobio, lo mismo.
Cuando los seres humanos funcionamos de forma solidaria y colaborativa, todo nos sale mejor y todos ganamos.
Equilibrio mental
La meditación tiene múltiples beneficios para la salud. Si queremos estar más centrados, más descansados, con más energía y que los estudios nos rindan más, empezar a hacer meditación es una buenísima idea.
Es importante que recordemos que compaginar el tiempo de estudio con otras responsabilidades requiere práctica y paciencia. No debemos rendirnos solo porque nos cueste al principio. Si nos esforzamos y lo seguimos intentando, encontraremos la fórmula que mejor nos funcione para tener una vida plena y con un buen equilibrio entre obligaciones y diversión.