Mucho se habla del problema de estrés y ansiedad que sufren los estudiantes y poco se hace para arreglarlo. Veamos cómo mejorar esta situación.
Nos encontramos en una época en la que el estrés y la ansiedad son dos factores que afectan en gran medida a la vida de los estudiantes universitarios. La preparación de exámenes, la entrega de trabajos y la acumulación de tareas pueden generar un nivel de estrés muy elevado, lo que puede afectar negativamente el desempeño académico y la salud en general.
La vida académica es estresante y cuando se junta con una situación social incierta o problemas personales, la presión puede ser insoportable.
Nadie puede hacer que todo vaya bien, pero sí podemos hacer que lo que pase nos afecte en su justa medida y aprender a cuidarnos como es debido. El tiempo que pasamos en la universidad hasta conseguir nuestro eTítulo es una valiosa preparación para la vida adulta, y si aprendemos a gestionar bien los sentimientos aversivos, nos estaremos asegurando una buena vida.
Por ello, es importante contar con técnicas que nos permitan reducir estos niveles de estrés y ansiedad. Veamos a continuación algunas de las técnicas más efectivas:
Planificación y organización
Una buena planificación y organización de las tareas puede ser de gran ayuda para reducir el estrés y la ansiedad. En este sentido, es importante tener en cuenta los plazos de entrega de los trabajos y exámenes, así como la carga de trabajo que se tiene para cada asignatura.
Una buena forma de organizarnos es mediante la creación de un calendario en el que anotemos todas las fechas importantes, para que podamos visualizar claramente todo lo que tenemos que hacer y en qué momento. De esta manera no se nos echará el tiempo encima y no nos encontraremos estudiando a última hora con palpitaciones y sudor en la frente.
Técnicas de respiración
Las técnicas de respiración son una forma muy efectiva de reducir el estrés y la ansiedad. Una de las técnicas más sencillas es la respiración profunda, en la que se inhala profundamente por la nariz, se retiene la respiración durante unos segundos y luego se exhala lentamente por la boca. Realizar esta técnica durante unos minutos puede ayudarnos a relajarnos y a concentrarnos mejor.
Y esta técnica no solo sirve para cuando ya estemos al borde de la hiperventilación, sino que podemos aprender a usarla siempre antes de estudiar y antes de los exámenes para alcanzar un nivel de tranquilidad y oxigenación óptimos.
Meditación
La meditación es otra técnica con eficacia demostrada para reducir el estrés y la ansiedad. Se trata de un proceso en el que se busca concentrarse en el momento presente y en la respiración, lo que nos ayudará a liberar la mente de pensamientos negativos y a mejorar la capacidad de concentración.
Existen diferentes técnicas de meditación, como la meditación guiada o la meditación mindfulness, y es importante encontrar la que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Ejercicio físico
El ejercicio físico es una de las formas más efectivas de reducir el estrés y la ansiedad. Al realizar ejercicio, nuestro cuerpo libera endorfinas, que son sustancias químicas que nos hacen sentir bien.
Además, el ejercicio puede ayudarnos a despejar la mente y a mejorar nuestra capacidad de concentración. Por ello, es recomendable realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día, ya sea caminando, corriendo o practicando alguna actividad física que nos guste.
Alimentación saludable
La alimentación también puede influir en nuestros niveles de estrés y ansiedad. Consumir alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras y proteínas magras puede ayudarnos a mejorar nuestra salud en general, lo que a su vez nos ayudará a sentirnos mejor. Por otro lado, es importante evitar el consumo de alimentos procesados y no tomar estimulantes que puedan alterarnos.
El descanso adecuado
El descanso es fundamental para todo. Cuando dormimos, nuestro cuerpo se recupera y se regenera, lo que nos ayuda a estar más relajados y a tener más energía para afrontar los retos del día siguiente.
Es recomendable dormir al menos 7-8 horas diarias para asegurarnos de que nuestro cuerpo y nuestra mente se recuperen adecuadamente. Además, es importante establecer una rutina de sueño para acostumbrarnos a dormir y despertar en los mismos horarios.
Establecer límites saludables
Establecer límites es otra técnica muy efectiva para reducir el estrés y la ansiedad. En muchas ocasiones, nos comprometemos a realizar más tareas de las que podemos asumir, lo que nos genera una gran presión y frustración.
También es importante aprender a decir «no» cuando sea necesario y establecer límites claros en cuanto a la cantidad de trabajo que podemos asumir. De esta manera, podremos concentrarnos en las tareas que son realmente importantes y reducir el nivel de estrés.
No estamos solos
Buscar apoyo en nuestros amigos, familiares o compañeros de clase puede ser de gran ayuda para reducir el estrés y la ansiedad.
Hablar con alguien que nos escuche y nos brinde su apoyo puede ayudarnos a sentirnos mejor y a ver las cosas desde una perspectiva diferente. Además, podemos aprender de la experiencia de otras personas que hayan pasado por situaciones similares a las nuestras.
Prácticas de relajación con ejercicio
Existen diversas prácticas de relajación que pueden ayudarnos a reducir el estrés y la ansiedad. Una de ellas es el yoga, que combina movimientos suaves con técnicas de respiración, meditación y fuerza. También existen otras prácticas de relajación como el taichí o el pilates, que pueden ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos y a mejorar nuestra flexibilidad y equilibrio.
Visualización positiva
Esta es una técnica que consiste en imaginar situaciones positivas y exitosas en nuestra mente. Esta técnica nos ayuda a generar emociones positivas y a enfrentarnos mejor a las situaciones estresantes.
Por ejemplo, podemos imaginar cómo nos sentiremos después de haber aprobado un examen o cómo nos veremos cuando hayamos completado un proyecto importante.
Tiempo para el ocio
Divertirse es fundamental para reducir el estrés y la ansiedad. Es importante dedicar tiempo a actividades que nos gusten y que nos permitan desconectar de las obligaciones académicas. Por ejemplo, podemos salir con amigos, practicar algún deporte o hobby, o simplemente disfrutar de una buena película o un buen libro.
En resumen, saber reducir el estrés y la ansiedad es fundamental para lograr un mejor desempeño académico y una mejor calidad de vida.