Elegir especialización o carrera universitaria no es sencillo. Os ayudamos a tomar la mejor decisión en 10 sencillos pasos.
Decisiones que quitan el sueño
Uno de los momentos cruciales a lo largo de nuestros estudios es cuando llega la hora de elegir carrera o especialización. Hay que plantearse todo nuestro futuro, saber claramente qué vamos a estudiar, si vamos a tener un eTítulo universitario y hacia qué especialización debemos orientarnos para cumplir con nuestras metas de futuro.
Otro momento crítico es cuando ya llevamos tiempo estudiando y nos toca ir escogiendo las asignaturas adecuadas o apuntarnos a un máster para conseguir nuestra especialización profesional.
En cualquier caso, nos encontramos en la tesitura de tener que tomar decisiones trascendentales que repercutirán en el presente y el futuro, por lo que es normal que, si no tenemos una vocación clarísima de toda la vida, nos sintamos, como poco, superados.
Para tomar este tipo de decisiones académicas, lo ideal es seguir un método sencillo que despejará todas nuestras dudas. Vamos a verlo.
1. Autoexploración:
Tomar una decisión como qué estudiar o cuál será nuestra especialización requiere que primero nos paremos a charlar un rato con nosotros mismos. Papel y bolígrafo también deben asistir a la charla para que podamos ir anotando las ideas que nos surjan.
En este viaje de autodescubrimiento, es fundamental que nos conozcamos y reflexionemos sobre nuestros intereses, pasiones, habilidades y valores. Examinemos lo que nos motiva y lo que nos hace disfrutar.
También es importante tener en cuenta el polo opuesto: lo que odiamos, los contras, lo que no queremos hacer.
Al considerar también nuestras fortalezas y debilidades, identificaremos las áreas en las que podemos sobresalir.
2. Investigación exhaustiva:
Tanto si queremos formar parte de la comunidad académica como si buscamos una especialización que nos abra las puertas del mercado laboral, es nuestro deber investigar diferentes carreras universitarias y campos de estudio.
Hay que examinar detenidamente los planes de estudio, las oportunidades laborales y las perspectivas de crecimiento en cada campo. Para ello, podemos usar (como es lógico) internet, pero también es bueno consultar con asesores académicos y buscar el consejo de profesionales en el área que nos interesa.
3. Experiencia práctica:
Sería de gran ayuda buscar oportunidades para obtener experiencia práctica en los campos que nos interesan. Sobre todo cara a decidirnos por una especialización, podemos realizar pasantías, participar en programas de voluntariado o trabajar a tiempo parcial en áreas relacionadas.
Esto nos proporcionará una visión más clara de lo que implica cada campo y nos ayudará a tomar una decisión informada.
4. Networking:
Para tomar la mejor decisión sobre nuestros estudios o sobre la especialidad que queramos hacer, no hay nada mejor que consultar a las personas expertas en ese campo.
Podemos contactar con profesionales y estudiantes que ya se encuentren cursando la carrera o especialización que nos interese y pedir su opinión. Nos va a resultar muy útil preguntar acerca de sus experiencias, desafíos y satisfacciones en ese campo.
También ayuda mucho participar en eventos universitarios, ferias de empleo, eventos relacionados con el sector y charlas informativas para ampliar nuestra red de contactos y obtener una perspectiva más amplia.
No debe darnos vergüenza preguntar: la mayoría de las personas están encantadas de poder ayudar a otra con tan poco esfuerzo.
5. Consideremos el futuro:
Dediquemos tiempo a investigar las tendencias y las demandas laborales ahora y en el futuro, porque hay profesiones condenadas a desaparecer que, lógicamente, debemos descartar.
Evaluemos las oportunidades de empleo y las perspectivas de crecimiento en los campos que nos interesan. Tomemos en cuenta factores como la estabilidad laboral, las oportunidades de promoción y el salario medio.
6. Apoyo y orientación
Recordemos que no estamos solos en este proceso. Busquemos apoyo y orientación de nuestros profesores, mentores y consejeros académicos. Ellos pueden brindarnos información valiosa y ayudarnos a tomar decisiones fundamentadas.
Sobre todo cuando vamos a decantar nuestros estudios hacia una u otra especialización, contar con la opinión de los que han sido nuestros maestros y tienen una visión clara de nuestras habilidades y defectos es realmente valioso.
7. Toma de decisiones informada:
Una vez que hayamos recopilado toda la información necesaria, toca llegar a una conclusión, aunque es probable que durante todo el proceso de investigación ya lo tengamos bastante claro.
Debemos elegir una especialización o carrera que esté alineada con nuestros intereses, habilidades y objetivos a largo plazo. Recordemos que no existe una decisión perfecta, pero lo más importante es tomar una decisión informada y estar dispuestos a adaptarnos y crecer en el camino.
8. Planificación y seguimiento:
Una vez tomada la decisión, es recomendable que sigamos una serie de estrategias para no abandonar o no desmotivarnos.
Lo primero es desarrollar un plan de estudios o un plan de acción para alcanzar nuestras metas. Establezcamos objetivos a corto, medio y largo plazo y elaboremos un plan para adquirir las habilidades y conocimientos necesarios. Llevemos un seguimiento de nuestro progreso y estemos dispuestos a ajustar nuestro plan si es necesario.
No debemos olvidar las recompensas. Es habitual que tracemos un plan estratégico y nos conformemos con llegar a los objetivos, pero resulta mucho más divertido y motivador si además añadimos premios asociados a los logros.
Dependiendo de la dificultad de la meta, las recompensas pueden ir desde una cena con amigos a un viaje, sacarse el carné de conducir, darnos ese capricho que tanto tiempo llevamos deseando… Todo depende, claro, de nuestro nivel adquisitivo, pero seguro que podemos encontrar pequeñas cosas que nos hagan felices para que el reto de seguir nuestro plan de estudios nos motive aún más.
9. Flexibilidad y adaptabilidad:
No hay que ser excesivamente rígidos o pensar que nuestras decisiones no tienen vuelta atrás. Reconozcamos que nuestras elecciones pueden evolucionar a lo largo del tiempo.
La vida universitaria es una oportunidad para explorar diferentes campos y descubrir nuevas pasiones. Estemos abiertos a ajustar nuestra trayectoria si sentimos que hay un cambio necesario o deseado. Cambiar de rumbo no significa haber perdido el tiempo: quizá necesitábamos seguir ese camino para darnos cuenta de que no era el adecuado. Además, cualquier experiencia y conocimiento que hayamos adquirido será siempre útil.
10. Confianza en nosotros mismos:
En última instancia, confiemos en nuestras habilidades y en la decisión que hemos tomado. Sepamos que somos capaces de enfrentar los desafíos que nos esperan en nuestra especialización o carrera elegida. Estemos preparados para trabajar arduamente, perseverar y crecer a medida que avanzamos en nuestro camino.
Tómate el tiempo necesario, investiga, reflexiona y confía en ti mismo. Recuerda que esta elección no define tu destino, sino que marca el comienzo de una emocionante aventura de aprendizaje y crecimiento personal.
¡Nosotros estaremos aquí para ayudarte en cada paso del camino!