Escribir bien es importantísimo y no basta con no cometer faltas ortográficas, también hay que saber redactar correctamente.
Escribir bien no es opcional
Escribir es tu carta de presentación en la universidad, en exámenes, trabajos y correos a los profesores, en la candidatura a un empleo, en tus redes sociales, en tus mensajes de WhatsApp… ¡En todo!
Lógicamente, todo el mundo puede meter la pata en un momento dado, pero una cosa es un error puntual y otra muy diferente es convertirlo en una norma, porque la impresión que daremos será nefasta. Hay que esforzarse en escribir bien, queramos o no, así que, si no tenemos tiempo para hacer un curso de escritura, aquí va una guía básica de eTítulo que nos ayudará a mejorar y a no cometer los errores más comunes. Aquí van 17 normas básicas para defenderse en la comunicación escrita:
1.Puntuación
Tengamos a mano una gran cantidad de puntos; es decir, pongamos un punto y seguido cada vez que expresemos un pensamiento y no nos enredemos con frases subordinadas imposibles para el lector.
Reguemos el texto con puntos y aparte que descansan mucho la vista y aportan aire donde descansar la mirada.
Aprendamos a emplear el punto y coma, un recurso a menudo olvidado que da mucho juego. El punto y coma lo utilizaremos cuando la pausa que queramos hacer esté a mitad de camino entre un punto y una coma; ni tan larga como el primero ni tan corta como la segunda.
Y no olvidemos los dos puntos: conectan las oraciones sin necesidad de otros nexos, pero detrás siempre escribiremos con minúscula, salvo en estas excepciones.
2. Sin abusar de las comas
Si ponemos muchas comas, se complica la lectura. Hay que limitarse a las justas y más vale pecar por defecto que por exceso. Recordemos también que las comas tienen su lugar en el texto y no se ponen cuando hagamos una pausa al leer o una pausa para respirar, sino solo cuando procede. Nunca jamás entre el sujeto y el predicado, claro.
3. Seamos ordenados
Aunque el español es un idioma muy rico que nos permite mover los complementos casi como queramos, para redactar de forma adecuada hay que seguir el orden lógico gramatical. Es decir: sujeto, verbo y predicado.
4. Las frases cortas, por favor
Una oración larga es confusa para el lector. Si hay que volver atrás para entender qué se está diciendo, significa que lo estamos haciendo mal.
5. Huir de la voz pasiva
Salvo en ocasiones y textos muy concretos (y, sobre todo, para trabajos o artículos académicos que deben ser claros) lo mejor es usar un estilo directo para comunicarnos.
6. Sin abusar de los calificativos.
Dejemos que nuestro lector decida también si algo es maravilloso, increíble, fabuloso…
7. Está mal subestimar a los lectores
Explicar las cosas está bien, pero hay que hacerlo de manera elegante, que el lector no piense que le tomamos por tonto.
8. No seamos cursis
Nada de «sentí que las lágrimas resbalaban por mis mejillas dejando surcos brillantes de dolor…». Provocar vergüenza ajena está mal. Si no somos Rubén Darío, mejor que nos expresemos de otra forma.
9. No abusemos de las cursivas ni las comillas
Los sentidos figurados se entienden sin recurrir a ellas y ensucian mucho el texto.
10. No hablemos de nosotros mismos
Hay que aparcar un poco el ego cuando nos sentemos a escribir. Lo lógico es usar el impersonal o el plural.
11. Simplifiquemos con los relativos
Mejor poner punto y limitar al máximo los pronombres relativos el que, los cuales, cuyos…
12. Usemos los gerundios justos
A los abogados les encantan, pero solo sirven para hacer frases enrevesadas e incorrectas. El gerundio debe emplearse para describir una acción que transcurre a la vez que otra y poco más.
13. Prohibido, por favor
Nunca escribamos el mismo, la misma, los mismos… con sentido anafórico, es decir, vacío de contenido. Transcribimos una burla de Lázaro Carreter al respecto:
—Juraría que me he echado las llaves al bolsillo de la chaqueta, pero no llevo las mismas en el mismo.
—¿Te has mirado en el pantalón? Puedes llevarlas en los bolsillos del mismo.
—No, no llevo las mismas en el mismo. Al salir de casa, habré dejado las mismas sobre algún mueble de la misma, mientras sacaba el abrigo y me ponía el mismo.
Esto es incorrecto (aunque nuestros profesores no lo sepan), absurdo y prescindible. Casi siempre basta con suprimir esos mismos y la frase tiene perfecto sentido; si no se puede, es mejor redactar de otro modo; y si te resulta imposible, recurriremos a este, esta, estos… que sí están admitidos.
14. Nunca es preveer
Que el verbo prever no nos confunda: se compone de pre– más el verbo ver, que todos sabemos utilizar.
15. Evitar el dequeísmo y el queísmo
Lo correcto se averigua preguntando al verbo y así sabremos si hay que poner de o no: ¿qué piensas? o ¿de qué piensas? (luego es pienso que), ¿qué estás seguro? o ¿de qué estás seguro? (luego es estoy seguro de que).
16. Cuidado con el verbo haber
Es había una persona y había varias personas. El verbo es impersonal y, por tanto, va siempre en singular; no puede decirse dos personas.
17. Estuviste, dijiste, soñaste…
La segunda persona del pretérito indefinido de indicativo no lleva una ese final.
Hala, ¡a practicar!