El mes de diciembre llega cargado de desafíos para los estudiantes universitarios: últimas clases, entrega de trabajos, los temidos exámenes y la Navidad. ¿Quién da más?
All I Want for Christmas Is un poquito de tranquilidad
Diciembre puede convertirse en un mes especialmente intenso para quienes estudian en la universidad. A las últimas semanas de clases, los exámenes y la entrega de trabajos, se suman las celebraciones navideñas, los compromisos sociales y la posibilidad de tener que volver a la casa familiar.
Este contexto nos enfrenta a retos únicos: equilibrar nuestras responsabilidades académicas con las expectativas familiares y sociales, mientras gestionamos el estrés y buscamos mantener un buen rendimiento académico.
¿Se puede compaginar todo para conseguir nuestro eTítulo o vamos a acabar locos del estrés por intentarlo?
Planificar el tiempo: la base para sobrevivir a diciembre
Tener un calendario bien organizado es fundamental para distribuir el tiempo entre estudio, descanso y compromisos sociales. Si estructuramos nuestro tiempo, evitamos improvisaciones y reducimos el estrés que suele acompañar a este periodo.
- Crear un horario personalizado: Lo primero es que identificamos las fechas más importantes, como exámenes o entregas de trabajos, para establecer prioridades y distribuir el esfuerzo de forma inteligente.
- Incluir descansos planificados: Además de estudiar, debemos reservar ciertos momentos para desconectar, ya que descansar también es clave para mantenernos productivos y con energía.
- Ajustar expectativas: Hay que reconocer sin agobiarnos que quizá no siempre es posible cumplir con todas las actividades familiares o sociales si tenemos mucha carga académica. Aprender a priorizar nos permite atender a lo más importante sin comprometer nuestros objetivos académicos.
Establecer límites con asertividad
Uno de los mayores retos de estudiar en casa durante las vacaciones navideñas es gestionar las expectativas familiares. Siempre hay presión y ganas de dejar a un lado lo académico para disfrutar de la familia. Sobre todo cuando nos hemos pasado varios meses viviendo fuera de casa y hemos vuelto para las vacaciones. Pero si no nos queda más remedio que echar horas de estudio, es esencial que nos comuniquemos con nuestra familia manera asertiva y establezcamos límites claros sobre nuestras necesidades académicas.
- Hablar con antelación: Hay que explicar a nuestra familia cuáles son nuestras prioridades académicas. Por ejemplo, podemos decir: Este mes y el que viene tenemos exámenes importantes y tengo que entregar varios trabajos, por lo que necesito tiempo para prepararlos. Me encantaría participar en todas las actividades y pasar tiempo con vosotros, pero tengo que encontrar un equilibrio para no descuidar mis responsabilidades.
- Fijar horarios específicos: Resulta útil también que avisemos a nuestra familia de antemano de cuál va a ser nuestro horario de estudio. Así sabrán qué esperar y cuándo vamos a necesitar estar tranquilos o cuándo vamos a estar disponibles.
- Reafirmar nuestros límites con amabilidad: Ante interrupciones o presiones, podemos responder con calma, pero de forma firme: A mí también me apetece hacer lo que me propones, pero, como ya os dije, ahora tengo que estudiar si quiero aprobar todas mis asignaturas. Después podemos pasar tiempo juntos. Aprender a poner límites es una de las claves de la felicidad ;).
Manejo de las distracciones en un ambiente festivo
El ambiente navideño está lleno de estímulos: música, reuniones, conversaciones y la tentación de dejar los libros antes de tiempo. Por eso, es crucial que utilicemos unas cuantas estrategias que nos permitan mantener la concentración.
- Crear un espacio de estudio adecuado: Hay que buscar un lugar tranquilo y ordenado donde podamos trabajar sin interrupciones. Si en casa no lo encontramos, podemos ir a una biblioteca.
- Usar herramientas para mantenernos enfocados: Los auriculares con cancelación de ruido o aplicaciones para bloquear las distracciones digitales son grandes aliados en estas situaciones.
- Evitar multitareas innecesarias: Nos concentramos en una tarea a la vez, evitando intentar estudiar mientras participamos en actividades sociales. Esto nos ayuda a ser más efectivos.
Organizar las tareas según nuestra productividad
Cada uno de nosotros tiene momentos del día en los que rinde mejor. Para aprovechar al máximo nuestro tiempo, debemos identificar esas horas de mayor productividad y asignar las tareas más importantes a esos momentos.
- Abordar primero lo más difícil: En las horas de mayor energía y concentración, trabajamos en los temas que requieren más esfuerzo o aquellos que representan un mayor desafío.
- Dividir el trabajo en partes pequeñas: Descomponer las tareas grandes en pasos más pequeños nos ayuda a mantener el ritmo y a evitar la procrastinación.
- Evaluar el progreso diariamente: Al final de cada jornada, es bueno hacer balance y revisar lo que hemos avanzado para ajustar el plan para el día siguiente según sea necesario.
Equilibrar el estudio y el descanso
Aunque diciembre pueda parecer un periodo cargado de tareas, descuidar el descanso es del todo contraproducente. Es imprescindible para nuestra salud mental que encontremos un equilibrio entre nuestras responsabilidades académicas y el autocuidado para mantenernos en forma física y mentalmente.
- Priorizar el sueño: Dormir entre 7 y 8 horas cada noche nos permite procesar mejor la información estudiada y afrontar los retos con claridad mental.
- Hacer pausas activas: Durante las sesiones de estudio, nos levantamos cada hora para estirarnos, caminar o tomar agua. Estas pausas nos ayudan a mantener la concentración.
- Participar en las actividades navideñas: No todo es matarse a estudiar. Por supuesto debemos reservar momentos específicos para disfrutar tanto de las tradiciones familiares como de ver a nuestros amigos o simplemente desconectar. Esto puede servirnos como motivación y ayudarnos a gestionar el estrés.
Afrontamos las asignaturas que llevamos peor
En este punto del curso, es normal identificar áreas en las que tenemos más dificultades. Para estas asignaturas o temas, ayuda mucho tener un enfoque proactivo que nos permita ponernos al día antes de los exámenes.
- Priorizar los temas clave: En lugar de intentar abarcarlo todo, nos enfocaremos en los temas más relevantes o que tienen mayor peso en los exámenes.
- Buscar apoyo: Solicitar ayuda a nuestros profesores, compañeros o recurrir a recursos adicionales como tutoriales o plataformas en línea.
- Formar grupos de estudio: Trabajar en equipo con otros estudiantes puede ser muy útil para aclarar dudas y compartir estrategias.
Aprender de la experiencia
Cada periodo de exámenes es una oportunidad para aprender y mejorar nuestras estrategias de organización, comunicación y estudio. Reflexionar sobre lo que hemos hecho bien y lo que podríamos ajustar nos prepara mejor para futuros desafíos.
Con planificación, comunicación asertiva y un enfoque equilibrado, podemos superar el estrés de diciembre, cumplir con nuestras metas académicas y disfrutar de las fiestas a tope.
¡Ánimo!