Si estamos tan agobiados que pensamos en dejar la carrera, hay una serie de estrategias que nos van a ayudar a seguir y a reencontrar la motivación.
A veces llega un momento a lo largo de la carrera en el que pensamos en abandonar. Puede ser al principio, porque de alguna forma no era como esperábamos; hacia la mitad, porque estamos cansados y hemos perdido la motivación, o, llegando al final, porque solo nos quedan unas cuantas asignaturas que tenemos atragantadas.
En cualquier caso, dejar la carrera es el último recurso. Este tipo de crisis son normales y, aplicando las herramientas adecuadas, serán pasajeras.
Para no dejar la carrera, hay que mirar al pasado
Hay que recordar que decidimos estudiar por algo: para tener un eTítulo que nos permitiera optar a buen trabajo, para tener un futuro estable, porque queríamos aprender, etc. Sea por la razón que fuera es normal que en un momento dado se nos olviden esas razones o que sintamos que hemos cambiado y, por eso, hay que recordarlas de vez en cuando.
Rememorar la ilusión y las expectativas que teníamos al principio nos ayudará a reconectar con nuestra motivación inicial.
Mantener una actitud positiva es importante
Las personas positivas ven los baches como oportunidades de aprendizaje y se centran en las metas que pueden cumplir y en el presente, trabajando día a día para conseguirlas.
Tenemos mucho que aprender de las personas positivas porque difícilmente se vienen abajo o abandonan. Eso demuestra que el cómo llevemos nuestros estudios, cómo afrontemos la carrera y cuál vaya a ser nuestra actitud al respecto dependerá casi por completo de cómo enfoquemos nuestras emociones. Si nos pasamos el día pensando en aquello que no nos gusta o que nos resulta difícil, estaremos haciendo de nuestro día a día un infierno.
Resulta mucho más práctico que nos enfoquemos en los aspectos más agradables y los enumeremos cada vez que los pensamientos negativos nos agobien. Hacer una lista con todo lo que nos hace felices y leerla cada cierto tiempo es una buena estrategia para no tener ganas de dejar la carrera.
Metas que nos recuerden por qué estamos aquí
Quizá no nos esté gustando la carrera, pero si la hemos elegido, seguramente sea porque las profesiones a las que podremos optar después sí nos agraden o sí vayan a posibilitarnos la vida que querríamos tener.
Hay que concentrarse en eso porque nos va a ayudar a no dejar la carrera a medias. Visualizar la meta hace que el esfuerzo y el, a veces, pasarlo mal, compense.
Hay que tener en cuenta que, en comparación con los cuatro años que normalmente dura un grado, la duración de nuestra vida laboral será muchísimo mayor, así que si nos gusta el trabajo, pero no los estudios, veámoslos como un trámite que habrá que pasar para llevar la vida que queremos.
Relativizar es importante para no dejar la carrera
Dar a las cosas que nos desagradan más gravedad de la que tienen nos va a venir mal para evitar dejar la carrera.
Resulta que todos podemos ponernos en plan dramático y verlo todo negro, pero hay que evitarlo como sea. Estar viendo todo peor de lo que es nos va a hacer daño, por eso, relativizar es tan importante.
¿Que hay docentes insoportables? Sí. ¿Que hay asignaturas aburridísimas, dificilísimas o tremendamente estresantes? Claro. ¿Que las horas de clase pasan tan lentas que parecen infinitas? Por supuesto. Todo eso y más. Pero si nos pasamos la vida pensando en esos «problemas», vamos a acabar por dejar la carrera.
Para vivir en sociedad, tener relaciones personales, familia, trabajo y ser personas independientes, hay que desarrollar cierta tolerancia a la frustración. Sí, es cierto que estudiar a veces resulta aburrido o estresante, pero no es tan grave. No es un castigo de Dios ni una enfermedad incurable.
Estudiar es un privilegio que va a mejorar nuestro futuro y, aunque no siempre es un camino de rosas, las ventajas superan con creces cualquier incomodidad que nos genere. Por lo tanto, para no dejar la carrera, debemos rebajar el drama y relativizar.
Cuando realmente no podemos más
Antes de tomar una decisión tan drástica como dejar la carrera, hay que intentarlo todo e intentarlo de verdad. Pero si nada nos funciona, si hemos escogido nuestros estudios por presiones externas, si nada nos interesa lo más mínimo y estamos sufriendo, tiene que quedar claro que nuestra salud va por delante de cualquier cosa.
Eso sí, antes de dejar la carrera sin más e ir a la deriva, mejor que busquemos la fórmula para cambiarnos a otro grado que nos interese más, o bien que hagamos un ciclo superior o una FP, que son más cortos y con clases más prácticas.
Dejar los estudios es un error, salvo que los retomemos más adelante o que los cambiemos por otros que nos gusten más.