Parece que estamos empezando las vacaciones, pero no: los exámenes de enero-febrero están ya tan cerca que casi podemos olerlos. Vamos a repasar las mejores técnicas de estudio para que a nadie se le olvide cómo sacar unas notazas y así empezar el año con buen pie.
Todos sabemos que por muy pesada que sea la Navidad, pasa volando y después nos encontramos de repente con la vuelta a las clases y el comienzo de los exámenes.
Antes de nada…
Lo primero que debemos hacer es organizarnos. Hace tiempo que tenemos que tener claras las fechas y horas de cada examen, y si no es así, lo mejor es que preguntemos a alguien cuanto antes. Con la excusa del comienzo del nuevo año, compra un buen calendario de pared y señala con un rotulador cada examen y hazte una idea objetiva de los días que te quedan para estudiar cada asignatura. No se trata de angustiarse pero sí de ser conscientes del tiempo que vamos a necesitar para preparar todas las materias. Una vez que esté todo claro, podemos empezar a estudiar.
Apuntes
Tener unos buenos apuntes y llevarlos al día es indispensable para preparar los exámenes, porque en ellos veremos lo que realmente quería el profesor transmitir y qué partes ha destacado más. Ahora es el momento, antes de que se nos eche el tiempo encima, de organizar los apuntes por asignaturas para ver qué extensión tenemos que preparar de cada materia y si nos falta alguna parte que necesitemos pedir a un compañero. También es buen momento para recopilar toda esa bibliografía que nos han recomendado en clase y que necesitamos ojear.
Mapas mentales
Esta técnica de aprendizaje es muy eficaz y amena. Se trata de crear “mapas” de lo que estudiamos que formen esquemas y dibujos de varios colores para que podamos memorizarlos con facilidad. Además, podemos pegarlos por las paredes de nuestro cuarto e ir echándoles un ojo de vez en cuando para aprendérnoslos sin esfuerzo.
Mnemotecnia
Otra forma sencilla para memorizar es la mnemotecnia, que se basa en asociar ideas. De esta forma, podremos aprender fácilmente una serie de fórmulas o fechas memorizando una simple frase o un juego de palabras.
Autoexámenes
Todos los estudios coinciden en que esta es la mejor técnica para estudiar. Crear exámenes en los que evaluemos nuestros conocimientos no solo nos facilitará el aprendizaje, sino que reforzará nuestra confianza preparándonos para afrontar el examen real con menos nervios y con unos conocimientos bien asentados.
Lectura comprensiva
Que podamos entender lo que leemos es esencial para facilitarnos el estudio, pero no todos tenemos las mismas capacidades de lectura comprensiva. Por suerte, esta técnica de estudio se puede entrenar hasta que seamos verdaderos profesionales. Y el entrenamiento merece la pena porque vamos a ganar mucho tiempo si conseguimos captar todo bien a la primera.
Fichas
Crear fichas de estudio es una de las técnicas de estudio más entretenidas y prácticas que hay. Se trata de resumir en tarjetitas, que además podemos transportar fácilmente, y organizarnos para estudiar en cualquier momento y lugar como si se tratara de un juego de Trivial.
En grupo
Eso de que estudiar solo leyendo una y otra vez es lo mejor se lo inventó alguien que, seguramente, odiaba a los estudiantes. Estudiar con compañeros es genial para aprender sin esfuerzo, para que haya un pique sano que nos empuje a esforzarnos un poco más, para memorizar fácilmente por hablarlo en voz alta… Todo son ventajas si conseguimos no distraernos. Busca una buena pareja de estudios y haz de los exámenes una experiencia mucho más divertida.
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