Una persona positiva tiene más éxito social, académico y profesional, se enfrenta mejor a los problemas y es más feliz. ¿A qué esperas para cambiar tu actitud?
La clave del éxito
Ser una persona positiva no es una cuestión genética, sino algo que podemos aprender haciendo ligeros cambios en nuestra manera de afrontar el día a día y lo más sorprendente es que no nos va a costar tanto trabajo como puede parecer. Las personas con más éxito (no solo económico, sino en todas las facetas de su vida) tienden a tener ese perfil: son resolutivas, positivas, trabajadoras y más felices, pero no pensemos que son así porque tienen éxito, sino que lo tienen porque son así. Esa es la clave.
Actitud ante los fracasos
Una de las características más envidiables de las personas positivas es cómo afrontan los contratiempos. No nos vamos a engañar: eso de que a la gente buena le pasan cosas buenas y otras frases del estilo son falsas. Hay personas maravillosas que tienen cáncer terminal y personas horribles que viven en mansiones de lujo hasta los cien años.
No tenemos un control absoluto sobre lo que nos depara el futuro, pero sí podemos tenerlo en cómo lo vamos a vivir nosotros emocionalmente. A las personas positivas también le pasan cosas malas, pero la diferencia es que las afrontan de otra forma.
Si suspendemos una asignatura que necesitamos para conseguir el eTítulo o nos despiden de un trabajo, podemos sufrir, clamar a los cielos, abandonar la carrera, cortarnos las venas o podemos seguir adelante y superarlo, pero las personas positivas verán este fracaso como una posibilidad de aprender más, de buscar un trabajo mejor, de afrontar nuevos retos… y esa es precisamente la actitud que debemos imitar.
Los sueños inalcanzables
No hay nada más desalentador que plantearse metas imposibles. Si queremos ser más positivos, no podemos centrar nuestra felicidad en sueños que jamás vamos a ver cumplidos, sino que tenemos que obligarnos a ser más prácticos y poner los pies en el suelo.
El presente es la clave y los sueños son para mañana, no para un futuro incierto. Si nos apasiona la medicina, podemos soñar con encontrar la vacuna para el cáncer o con descubrir cómo invertir el proceso degenerativo del ELA, pero con lo que debemos soñar en realidad es con el propio proceso de aprendizaje, con el día a día de prácticas, con la experiencia ganada, etc.
Es la gente así, la gente positiva, la que ama todo el proceso y trabaja duro, la que al final consigue sus metas porque estas no son enormes sino pequeñitas, por lo que se sienten realizados y felices, duermen tranquilos y consiguen o no grandes cosas, pero no pierden su tiempo ni su energía frustrándose por no haber salvado el mundo.
Una vez que estamos convencidos de la necesidad de ser más positivos, vamos a ver 7 puntos básicos que deberemos cambiar en nuestro día a día para conseguirlo:
1-Anota lo que te hace feliz
Todo, no una sola cosa. Escribe una lista de las cosas que te hacen sentir bien, que te dan energías para seguir adelante. Pueden ser tus amigos, tu familia o tu perro, pero también puede ser tu asignatura favorita, caminar por el campo, nadar en el mar o montar en bici. Ten en cuenta que esa lista no es invariable, a lo largo del tiempo hay cosas que dejarán de gustarte o te interesarán menos y cosas que perderás aunque no quieras, pero también habrá más cosas que añadir. Repasa tu lista antes de dormir cuando algo te tenga intranquilo, verás qué pronto te sientes mejor.
2-No dejes para mañana…
Haz hoy lo que tengas que hacer y no empieces a acumular tareas que luego te agobien y te hagan sentir mal. Aprende a no procrastinar, esfuérzate. Convertirse en una persona positiva conlleva un trabajo, pero compensa.
3-Sé más asertivo
Hay que aprender a expresar relajadamente lo que queremos y lo que no queremos. Que la presión social no te venza y acabes haciendo cosas que no quieres o cortándote a la hora de pedir lo que necesitas. Ser asertivo es un aprendizaje muy necesario para todo el mundo.
4-No dejes de divertirte
Escucha música, lee, vive experiencias… Sentirse bien no es cuestión de poseer más cosas, sino de vivir más. Si te toca hacer alguna tarea que no te gusta, no te olvides de poner música mientras tanto y cantar a pleno pulmón: lo llevarás mucho mejor y se pasará antes.
5-Sonríe y sé amable
Aunque no tengas un buen día, sonríe a la gente con la que interacciones, sé agradable y educado. Los demás responderán de igual manera y te sentirás mucho mejor.
6-Usa un lenguaje positivo
El lenguaje modifica el pensamiento, lo estructura. Si tratamos de cambiar nuestra forma de expresarnos para que sea más positiva, nuestros pensamientos también lo serán. Evita los “no puedo”, “es imposible”, “seguro que saldrá mal” y otras expresiones así, y sustitúyelas por “seguro que lo consigo”, “aunque sea difícil, lo importante es intentarlo” o “creo que saldrá bien”. La gente positiva sabe cómo motivarse.
7-Hay que quererse
Lo primero que tenemos que potenciar es nuestra autoestima, y para eso necesitamos dedicarnos tiempo a nosotros mismos, enfocarnos en lo que queremos y cuidarnos.
Es importante hacer ejercicio, dormir bien y comer sano, pero sobre todo, es una actitud mental: saber reconocer nuestras virtudes, querernos a nosotros mismos, recordarnos las cosas buenas que tenemos en nuestro entorno y sentirnos agradecidos por ellas. Si intentamos centrar nuestro pensamiento en aquellas cosas que nos hacen felices y no le damos demasiadas vueltas a lo malo, nuestro nivel de bienestar aumentará.
Muchas gracias! excelente lectura he sentido paz y espero progresar poco a poco.