Técnicas de estudio: la lectura comprensiva

16 Nov 2018
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Técnicas de estudio: la lectura comprensiva

La lectura comprensiva es una técnica de estudio realmente eficaz. Olvídate de leer y releer: ahorra tiempo, esfuerzo y disfruta más de tu aprendizaje

lectura comprensiva

Leemos como leemos

Y hacemos mal. Porque no es lo mismo leer una novela o un periódico que tener que leer algo que debemos aprendernos. Al principio puede resultar un poco difícil hacerlo bien porque tenemos interiorizado un modo de lectura desde nuestra infancia, pero con un poco de práctica, la técnica de la lectura comprensiva será la más útil de nuestras técnicas de estudio y la base para preparar eficientemente cualquier tipo de examen.

La lectura comprensiva consiste en interiorizar una serie de instrucciones y pasos que podemos aplicar a nuestro estudio para comprender y retener a la primera incluso los textos más complejos e incomprensibles. Veamos cómo se hace:

Concentración y aislamiento

Para una buena lectura comprensiva debemos olvidarnos de hacerla mientras vamos en autobús o mientras nuestro compañero de piso juega al Fornite a todo volumen. Hay que estar bien sentados, con buena iluminación y en silencio para que no perdamos nuestra concentración. Pero, además, es recomendable leer en papel y no en pantalla porque cansaremos menos la vista, podremos hacer anotaciones más fácilmente y sobre todo porque un estudio de la Universidad de Valencia ha demostrado que se comprende mejor lo que se lee si leemos en papel

Punto por punto

Lo primero que debemos hacer es no leer todo el texto de carrerilla. Tener una idea general sobre de qué trata nuestra lectura es bueno, pero eso se sabe rápidamente con el título y el resumen. Hay que dividir el temario en puntos asequibles e ir poco a poco, porque si lo leemos todo de corrido, cuando lleguemos a la última página habremos olvidado la mitad (o más). Así que el primer paso de la lectura comprensiva es hacer separaciones con nuestro marcador de cada uno de los puntos que leeremos por separado.

Hay textos que ya los tienen: es posible que nos encontremos ante varias definiciones o capítulos cortos sobre una misma asignatura y que no nos haga falta dividir más, pero si el texto es de corrido o los apartados incluyen varias páginas, entonces debemos dividir. Normalmente, un punto y aparte nos va a dar una buena pista de por dónde cortar.

Comprender lo que se lee

Una vez que tenemos el texto dividido, empezamos a leer, pero no poniendo el modo automático, sino entendiendo lo que leemos y parándonos en cada concepto que nos resulte confuso. El diccionario está para algo, así que usémoslo. Cualquier nueva palabra ampliará nuestro vocabulario y enriquecerá nuestros pensamientos y nuestra comprensión lectora. Hay que tomarse la lectura comprensiva no como una lectura normal, sino como si estuviéramos descifrando un código.

Hacer preguntas

Entendamos o no cada frase del texto, debemos pararnos y hacernos una serie de preguntas. Se trata de interactuar con el texto que tenemos delante para poder comprenderlo y aprenderlo. La forma de proceder con cada apartado es la siguiente:

  • ¿Qué significa?

Para contestar a esta pregunta, debemos ir directamente a lo que no entendemos, a las palabras o expresiones que no conozcamos o que nos hagan dudar, y contestarlas.

  • ¿De qué habla?

Periodo histórico, el comportamiento del átomo, la literatura del siglo XIX… Da igual el tema que sea, se trata de saber de qué nos habla en cada punto yendo de lo general a lo concreto.

  • ¿Con qué está relacionado?

Hay que acostumbrarse a pensar haciendo inferencias. El aprendizaje no es algo lineal y plano, sino que debe beber de muchas fuentes y permitir un conocimiento amplio sobre varias materias que nos permitan establecer relaciones entre fenómenos. No tengamos miedo al pensamiento divergente ni a sacar conclusiones que no son las esperadas. Estudiar no solo consiste en aprender un temario, sino en aprender a pensar. Y además, cuando vamos sacando conclusiones propias o estableciendo relaciones sobre un texto, sin querer, nos lo aprendemos.

  • ¿Qué es lo más importante de este punto?

Una vez que contestemos a eso (por nosotros mismos), estamos listos para coger el rotulador y subrayar, porque no habrá peligro de que volvamos todo el folio amarillo chillón.

Comentar el texto

Además de las preguntas, debemos comentar lo que vamos leyendo. Como siempre recomendamos en eTítulo, el estudio debe realizarse en voz alta, y más aun la lectura comprensiva, para que nuestra memoria auditiva haga más eficiente el trabajo. Haz comentarios sobre el texto, di a qué te recuerda una frase (aunque sea a una tontería sin relación), critica al escritor por pesado, argumenta por qué tal parte te ha parecido interesante o lo contrario. Se trata de poner a trabajar el cerebro para que la información se quede grabada y podamos recuperarla en el examen.

Pasa al siguiente punto

Y así sucesivamente. A primera vista nos puede parecer tedioso tener que hacer todo esto con todo el temario de cada examen que nos pongan, pero realmente no tardaremos más de dos minutos y, con la práctica, nos saldrá sin darnos cuenta.

Además, ir haciendo esto en cada punto del temario hará que el estudio nos resulte más entretenido y, al final, veremos que hemos tardado menos tiempo en aprenderlo todo y que nuestras notas serán mejores. ¿Qué prefieres, leer varias veces un mismo texto para aprendértelo o leerlo una más despacio y quedarte con todo?

Tú decides, nosotros lo tenemos claro: la lectura comprensiva es la herramienta de aprendizaje más útil de un estudiante.

 

 

 

 

Escrito por  root

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