Independizarse es el sueño de muchos de los que aún viven con sus padres. Si es tu caso, recuerda hacer antes estas 5 cosas para que vaya todo bien.
1. Que no entren las prisas
Irse de casa unos meses y volver con el rabo entre las piernas no es independizarse, es tomarse unas vacaciones de nuestra familia. Si queremos irnos de verdad, lo suyo es que sea una decisión meditada y que tengamos una buena planificación.
Lo primero que debemos tener en cuenta antes de empezar a buscar piso es si vamos a poder compaginar el trabajo con nuestra formación. Lo más importante para nuestro futuro es que consigamos nuestro eTítulo y que podamos alcanzar el futuro laboral que nos habíamos propuesto (o uno similar) y, si para eso tenemos que vivir un tiempo más aguantando a nuestro hermano repelente, pues que así sea; ya habrá tiempo de independizarse más adelante.
Lo importante es estar seguros y no actuar por un arrebato, pero tampoco quedarnos a vivir con nuestros padres hasta que podamos vivir de nuestros hijos. Según el INE, la media de edad a la que salimos de nuestras casas en España es de 29 añazos y la media europea se sitúa en 26. Está claro que no nos lo ponen muy fácil, pero hay que intentarlo y bajar un poco esas cifras.
2. Ahorrar un poquito
Porque nunca se sabe qué puede pasar e independizarse puede ser muy duro, lo suyo es que nos vayamos de casa teniendo un pequeño fondo para imprevistos que quede fuera de las muchas tentaciones. Si podemos contar con unos pequeños ahorros, nos iremos más tranquilos y tendremos menos problemas. Lo ideal es comenzar a guardar algo desde el momento en que empecemos a pensar en irnos. Así, entre que buscamos casa y nos vamos organizando, mejor si guardamos todo lo que podamos cual urracas.
3. Buscar un lugar barato, no un lugar que lo parezca
Hay ciudades y ciudades, barrios y barrios. Encontrar una casa en pleno centro de una ciudad importante, que sea barata, segura, con buenas calidades y amplia sería posible si tuviéramos una máquina del tiempo para viajar a 1950 cada día al acabar nuestra jornada. Siendo realistas y viendo cómo está el mercado del alquiler, hay que dar gracias si encontramos una casa no muy lejos del centro, asequible, que no esté en medio de un barrio conflictivo, que no se caiga a cachos y que no sea una caja de zapatos con un respiradero por ventana.
Tenemos que hacer varios cálculos: si cuanto más nos alejamos del centro, más barato es el alquiler, ¿cuánto tiempo y dinero nos costará llegar al trabajo o a clase cada día? Si cuanto más antigua es la vivienda y más destrozada está, más barata sale, ¿cuánto nos costarán las reparaciones?, ¿seremos capaces de hacer nuestras propias chapuzas?… Todas estas cosas y muchas más son las que debemos plantearnos antes de elegir el barrio en el que vamos a vivir, porque, aunque parezca muy barato vivir en un cuchitril a las afueras, puede que haciendo los cálculos adecuados veamos que nos va a salir carísimo.
4. ¿Solo, con amigos, en pareja o con desconocidos?
Vivir solo es muy caro, vivir con gente puede ser extremadamente estresante, vivir en pareja puede ser aún peor. O cualquiera de las opciones puede ser ideal si somos personas ricas, supersociables o profundamente enamoradas. La decisión es nuestra, pero, antes de dejar el nido, es importante que sopesemos bien pros y contras de las opciones que barajamos. Si somos de esas personas a las que les cuesta tomar decisiones, hacer un análisis DAFO puede ayudarnos mucho.
5. Encontrar un buen casero particular
Ya que nos tomamos un tiempo para hacer las cosas bien, hay que ponerse a buscar el mirlo blanco de los arrendadores: el casero que alquila su piso sin la mediación de una inmobiliaria y encima es majete. Sí, existe. Si encontramos uno así, tendremos muchos problemas resueltos, tanto económicos (porque nos ahorramos la comisión que las agencias se llevan) como de otras índoles, ya que te podrá ayudar con las reparaciones, entender algún retraso de unos días en el pago, dejarte algún mueble que necesites, etc.
¡Viva la independencia!
Me voy por una niña que hace ilusiones con un tio, y mi padres El plan de policía y no me deja vivir