¿Querrías ir al gimnasio pero las cuentas no te cuadran? ¿Crees que hacer ejercicio es un privilegio reservado para unos pocos? Lee esto, anda…
Tu gimnasio en casa
Estamos rodeados de posibilidades para hacer ejercicio. Y para hacerlo completamente gratis. Así que si tu excusa para no estar en forma es que no tienes un euro, empieza a pensar en otra excusa porque esta te la vamos a desmontar.
Usa tu creatividad para observar lo que te rodea y darle otros usos: ¿quieres unas pesas? Pues usa botes de pintura llenos de arena, las bolsas de la compra, o usa dos riñoneras rellenas con piedras. Mientras lo hagas bien, tengas cuidado con las lesiones y equilibres el peso, cualquier cosa puede servir. Pero más allá de ponerse a hacer manualidades, debes mirar a tu alrededor: tienes más facilidades de las que crees.
Subir y bajar escaleras
Pocas cosas son tan saludables (salvo que tengamos una lesión en la rodilla) que subir y bajar las escaleras. Evidentemente, si vives en un primero no cuenta, pero olvida el ascensor como costumbre y un par de veces al día (o más, según tiempo y necesidades) sube hasta arriba de tu edificio o ingéniatelas si vives en una casa baja para encontrar un lugar en el que ejercitarte. ¿Quién quiere una máquina de step pudiendo hacer lo mismo gratis?
Benditos vídeos
El invento de YouTube es lo más. Aprovéchalo para algo más que para ver vídeos musicales o a influencers hablando de sus cosas. Tienes muchos vídeos de cómo hacer ejercicio en casa, cómo aprender yoga o pilates desde tu salón, o cómo aprender a bailar. Lo importante es moverse y poner a trabajar el corazón.
Corre o camina
No le gusta a todo el mundo, pero tantos runners insistentes no pueden estar equivocados: correr crea adicción. Empieza dando una vuelta a la manzana y amplía el recorrido poco a poco hasta que le pilles el tranquillo. Recuerda que una vez que sea una rutina para ti no podrás pasar sin ello.
Si no consigues correr salvo cuando te persiguen, entonces oblígate a caminar al menos 20 minutos diarios a buen ritmo. Nada de paseos lentos, camina como si llegaras tarde a un examen y hazlo a diario. Te vas a poner en forma más rápido de lo que crees.
Nada
Es verano. Si tienes una piscina cercana, una playa o un embalse, ¿para qué quieres un gimnasio? Hacer ejercicio es poner voluntad en ello. No se trata de ir a remojarse y tumbarse en la orilla a tomar el sol, sino de nadar hasta cansarse y un poco más. Se trata de hacer deporte. Eso sí, siempre que sepas nadar bien y estés en un entorno seguro.
Bicis son amores
Si tienes una bicicleta olvidada en el trastero o alguien te la puede prestar, tienes un tesoro, ¿qué haces que no la usas? En bici hacemos ejercicio mientras disfrutamos. Podemos ir solos o en compañía y nos ayuda a conocer nuestra ciudad. Si vas a la universidad en bici todos los días, en poco tiempo verás cómo mejora tu forma física.
Los parques no son solo para jubilados y niños
Seguro que hay un parque en tu ciudad con máquinas de gimnasio, ¿por qué no las usas? Te van a ayudar a trabajar aquellos músculos que te cuesta más entrenar y así introduces ciertas rutinas en tu entrenamiento. Además, las zonas verdes te servirán para poner en práctica al aire libre lo que has aprendido de los vídeos de YouTube
Tu móvil es inteligente: úsalo
Hay multitud de aplicaciones con rutinas de ejercicios para que pongas en práctica desde tu casa. Las hay para zonas concretas (como para conseguir una maravillosa tableta de chocolate o unos glúteos como piedras) y también para mantenerte en forma en general. Empieza a descargar y ponte al lío.
Sacar un eTítulo universitario te llevará muchas horas de estar sentado y con los ojos pegados al ordenador, pero ya sabes: mens sana in corpore sano, así que si quieres rendir mejor y pasar menos estrés, no te olvides de hacer ejercicio cada día.