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Si empezar en la universidad ya es un cúmulo de emociones, hacerlo en el año de la COVID-19, aún más; pero tranquilos, no hay de qué preocuparse.
Una nueva etapa
Los primeros días de universidad siempre son un poco angustiosos. A veces no conocemos a nadie (ni siquiera la ciudad si nos hemos desplazado para estudiar), los campus son enormes y nos perdemos buscando las aulas, las plataformas docentes aún son un misterio… Es normal; en pocas semanas nos sentiremos como en casa, pero al principio puede costar un poco. Lo habitual es, en estas primeras semanas, centrarse en conocer gente y familiarizarse con las instalaciones, pero ahora también hay que ocuparse de acatar las medidas de seguridad y estar a salvo.
Seguridad, ante todo
Todas las universidades están implementando medidas para que alumnos y profesores se encuentren lo más protegidos posible de la COVID-19. Hay universidades que testan a sus alumnos, pero, en general, habrá un régimen semipresencial con grupos más pequeños de alumnos y que respeten el distanciamiento físico cuando toque ir a clase. Habrá geles hidroalcohólicos en las aulas y, seguramente, termómetros para controlar que nadie tenga fiebre. Las mascarillas serán de uso obligatorio todo el tiempo.
¿Y cómo se hacen amigos en una situación así?
Pues no hay que preocuparse: exactamente igual que antes. Es cierto que el distanciamiento social y lo de llevar mascarilla podría ser, a priori, un problema, pero debemos pensar que todo el mundo va a estar en la misma situación y todos van a tener las mismas ganas de conocer a sus nuevos compañeros. Hay que superar la timidez y adaptarse a los cambios.
Es un momento raro, pero igualmente vamos a poder hacer grandes amigos y disfrutar; la diferencia es que deberemos ser más respetuosos con el espacio personal de los demás y no dejarnos influir por la presión grupal para pasar de las normas. Hay que recordar que para que esta situación acabe cuanto antes, todos tenemos que colaborar. Con esto de la pandemia, hay que aplicar eso que dijo Thomas Reid de que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil y no dejarnos llevar por la presión social. Si alguien se acerca a nosotros sin respeto por nuestra salud, no va a ser un buen amigo.
Para evitar conflictos y malentendidos, es bueno que practiquemos nuestra asertividad y podamos pedir respeto sin que haya mal rollo.
Pisos de estudiantes
La universidad será, seguramente, semipresencial o completamente a distancia si la situación empeora. Por eso, nuestras necesidades a la hora de alquilar una habitación o ir a una residencia han cambiado. Ahora hay que elegir nuestra vivienda con mucha más atención. Deberemos tener buena luz y una buena mesa y silla porque, además del estudio normal, haremos muchas clases online. Las personas con las que vayamos a compartir la casa (si no nos podemos permitir un piso o un cuarto privado en una residencia) deben ser igualmente responsables y comprometerse a llevar unas medidas de higiene adecuadas. Además, vamos a necesitar tener una buena conexión a internet para que no nos deje colgados en medio de una clase.
Ahora mismo, muchos arrendadores están haciendo contratos para estudiantes pensados para que puedan volver a sus casas en cualquier momento sin pagar un sobrecoste por dejar la vivienda arrendada antes del plazo mínimo estipulado. Si encontramos un casero comprensivo, mucho mejor.
¿Será más difícil estudiar online?
Dependiendo de lo que estudiemos, habrá asignaturas con más o menos temario, más fáciles y más difíciles, exactamente igual que cuando es todo presencial. Está claro que la universidad no es el instituto y que vamos a notar el cambio, pero si queremos conseguir nuestro eTítulo para tener un buen futuro y trabajar en lo que nos gusta, más nos vale hacernos a la idea de que nada se regala y que vamos a tener que esforzarnos.
Dicho esto, el hecho de que sea online, semipresencial o presencial no es un problema. El truco para sacar bien un grado no es otro que organizarse adecuadamente y estudiar mucho. No hay más. La modalidad semipresencial inicial nos ayudará a familiarizarnos con la plataforma y la dinámica de las clases. Si luego pasa todo al formato de educación a distancia, ya sabremos cómo hacerlo.
Hay que tener el cuenta que el curso pasado fue un poco caótico porque hubo que adecuar todo de un día para otro, cambiar el modelo de enseñanza y adaptar los temarios. Pero en este curso ya estamos todos, universidades, profesores y alumnos, mucho más preparados y mentalizados.
¡Enhorabuena a los que pronto seréis nuevos estudiantes universitarios: vais a empezar una etapa maravillosa y a aprender muchas cosas interesantes!
