No vale solo con tener un perfil en LinkedIn, también hay que evitar hacer una serie de cosas que pueden perjudicar nuestra imagen.
LinkedIn es una red social estupenda para encontrar trabajo y hemos hablado varias veces de ella para daros consejos acerca de cómo tener un buen perfil que os facilite el hacer networking y contactar con empresas que puedan contratarnos. Es decir, hemos hablado de qué hacer, pero no de qué no hacer, así que allá vamos.
Imágenes inadecuadas
Parece obvio, pero no lo es tanto. Todos los usuarios de LinkedIn saben que no está bien poner esa foto tan divertida de aquella despedida de soltero en la que estaban disfrazados de pollo, pero no todos saben que esa foto en la que se ven bien y no están haciendo nada raro tampoco tiene por qué ser la correcta.
La ausencia de imagen tampoco es lo más aconsejable para esta red. Mucha gente argumenta que si en el currículo no se debe poner foto para que no nos juzguen por nuestra imagen, tampoco se debería poner aquí ya que esta red es como una versión más extensa del CV, pero aunque tengan parte de razón, una red social es una red social y a todos nos gusta hablar con una cara humana al otro lado, por lo que la posibilidad de hacer contactos se vería muy mermada si no ponemos imagen.
Una buena foto para nuestro perfil en LinkedIn es aquella en la que se ve nuestra cara (en un primer plano y que ocupe más de la mitad de la foto) y no una de cuerpo entero. Debe tener un buen fondo, una iluminación adecuada y en la que nuestra vestimenta sea la misma que llevaríamos a una entrevista de trabajo.
Tratarlo como a un cactus
Si los cactus son las únicas plantas que nos sobreviven en casa y hemos desarrollado una técnica infalible para que sobrevivan a costa de pasar de ellos olímpicamente, ya sabemos cómo no debemos cuidar nuestro perfil de LinkedIn si queremos que crezca y dé sus frutos.
Al menos deberíamos entrar una vez al día y publicar algo, interaccionar con alguien de nuestro sector y descubrir alguna nueva empresa a la que seguir. ¿Es mucho? No. De hecho hacer todo eso no tiene por qué llevarnos más de 10 minutos al día. ¿Cuánto tiempo pasamos en otras RRSS como Instagram o Twitter?
«Busco un currele chachi en LinkedIn que me dehe bivir»
Bajo ninguna circunstancia podemos permitirnos poner faltas de ortografía en nuestro perfil o expresarnos de forma coloquial. Una red para encontrar trabajo y hacer relaciones de interés laboral, no es un sitio donde poner burradas, memes o escribir mal.
En realidad, no deberíamos poner faltas de ortografía en ninguna parte, pero menos aquí que es una red en la que se busca causar una buena impresión y dar una imagen profesional.
Las patas cortas de las mentiras
Algo que no debemos hacer nunca ni en LinkedIn ni en ninguna otra parte es mentir sobre nuestros títulos o exagerar nuestros conocimientos. El perfil tiene que hablar bien de nosotros pero diciendo nuestras cosas buenas, no inventándonos que salvamos al mundo al conseguir desviar un meteorito que iba a colisionar con la Tierra. Vendernos bien es una cosa que se acepta (soy puntual, comprometido, responsable…), pero lo que no se acepta es que tengamos títulos académicos falsos o másteres inventados.
Hay que decir la verdad; una verdad bonita, pero no adornada.
Y hablando de títulos, si lo tenemos en formato electrónico, no hay que callárselo bajo ningún concepto, porque el eTítulo nos va a ayudar mucho a encontrar trabajo en una red internacional como LinkedIn.
Los nombres importan
Y por eso hay que cambiar la URL genérica de nuestro perfil y así facilitar que nos encuentren. Son detalles que quizá no nos parezcan importantes, pero lo son porque hablan de nosotros y de nuestro interés. Además, no es nada difícil, y solo hay que seguir las instrucciones que nos da la propia red.
Las opiniones y los gustos mejor no compartirlos
A nuestro futuro jefe le da igual si nos gusta el último disco de Beyoncé, pero seguramente prefiera que nuestras publicaciones versen más sobre el último avance tecnológico que mejora nuestro sector o que hablemos de cursos de formación que hacemos para ampliar nuestros conocimientos.
Lo que seguro que no le da igual es que pongamos nuestras opiniones políticas en LinkedIn, porque incluso si está de acuerdo con nuestra manera de ver las cosas, no querrá que su empresa se signifique y perder así a ciertos clientes potenciales.
Esto es lo que hay que entender: para entrar en el mercado laboral a través de LinkedIn hay que convertirse en alguien deseable para las empresas. Alguien que pueda representar su marca y por eso, cuanto más profesionales seamos y parezcamos, mucho mejor.