No dejes que ningún propietario te tome el pelo: si necesitas un piso en alquiler, haz valer tus derechos.
Toda ciudad universitaria tiene aparejada una caterva de arrendadores dispuestos a hacer su agosto gracias a los estudiantes. En realidad, es una simbiosis perfecta: unos necesitan inquilinos y otros necesitan piso. El problema es que muchos propietarios se aprovechan de la falta de experiencia que tienen los jóvenes en asuntos de alquiler y no se portan demasiado bien.
Aquí van una serie de conocimientos indispensables para todo inquilino, en función de la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos:
¿Cuándo se puede dejar el piso sin pagar indemnización?
A partir de los seis meses de contrato y avisando con un mes de antelación. Esto dice la nueva ley. Ya no tendremos que pagar el año entero ni nada por el estilo. Si al terminar el curso queremos dejar la casa para pasar el verano con nuestra familia, no hay que indemnizar a nadie por ello.
Ojo con lo que se firma
La nueva ley de alquileres deja muchas cosas en manos del contrato. Cuestiones que antes eran innegociables (como que el casero pagaba el IBI), ahora se negocian por contrato, por lo que toca estudiarse la letra pequeña y llegar a acuerdos. No hay que acobardarse por defender nuestros derechos ante una persona mayor. Lo que no es justo no lo es y tenemos derecho a negociar. Si perdemos la casa por no encontrar un acuerdo, no pasa nada. Hay muchas más. De hecho hay que pensar que según está de paralizado el mercado inmobiliario, los caseros nos necesitan tanto o más que nosotros a ellos. La negociación, por lo tanto, debe ser entre iguales. Lo lógico sería que el casero se hiciera cargo del IBI, de pagar la comunidad, del impuesto de basuras y de las reparaciones que necesita la vivienda para que sea habitable.
Hablando de reparaciones…
Si rompemos algo por hacer el bestia, lo pagamos. Si nuestro compañero de piso, en un arrebato, decide saltar sobre la mesa del salón y se la carga, es nuestro problema. Pero si se avería la lavadora después de haber hecho un uso normal de ella, entonces la responsabilidad es del casero. Esto, con la nueva ley, es algo que debemos pelear en el contrato.
¿Cuánto tiempo nos podemos quedar en el piso?
Una vez firmado el contrato de alquiler, con la ley antigua eran cinco años (si el inquilino quería), y se renovaban automáticamente por tres más si, transcurridos esos cinco, nadie cambiaba nada. Ahora la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos reduce ese tiempo a tres y uno de renovación automática. A partir de ese tiempo, se vuelve a renegociar otro contrato. Y si el casero necesita recuperar la casa, solo podrá hacerlo pasado un año de contrato, avisando con dos meses de antelación y únicamente para él, su cónyuge o sus familiares de primer grado.
La discutida fianza
No queremos insinuar que no haya caseros honrados, que los hay. Pero, por desgracia, también hay unos cuantos que piensan que cuanto más puedan sacarle al inquilino, mejor para ellos. ¿La ética? Para otros. Esta panda asume que la fianza es su paga extra y punto. Creen que es suyo desde el principio y se lo gastan, cuando lo que dice la ley es que ese dinero debería ingresarse en una cuenta en una entidad concreta, que depende de la Comunidad Autónoma, para quedar como seguro en caso de que el inquilino ocasione desperfectos o causas similares.
Pues la fianza hay que pelearla. No puede ser que haciendo un uso normal de la vivienda y dejándola limpia, se queden con nuestro dinero porque les da la gana. Ellos suelen tener en estos temas la sartén por el mango, pero también conocen las leyes y saben que no tienen la razón. Si te ven dispuesto a denunciar, normalmente reculan y te lo devuelven o te lo cambian por el último mes.
Mucho cuidado con dejar de pagar
Con la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos, una vez que te hayan notificado el impago, puedes encontrarte en la calle en un mes. Y no es solo que te echen, sino que una de las medidas más criticadas que ha introducido esta nueva ley, es que el nombre del inquilino moroso pasará a formar parte de un listado de morosos que los propietarios podrán consultar antes de alquilar su piso. Una medida que puede traernos problemas a largo plazo para encontrar vivienda, conseguir préstamos, etc. Mejor no jugársela.
Cubrirse las espaldas
Nada más entrar en la nueva casa, es recomendable hacer fotos de todo, especialmente si hay algún desperfecto (parqué levantado, goteras, algún deterioro en el mobiliario, etc.). Una vez que esté todo documentado, se envía al casero por mail para que ratifique que eso estaba así, con el fin de que luego (bien por desconocimiento, bien por interés) no pueda acusarnos de haberlo roto y quedarse con nuestra fianza.
Lo más importante es que debemos tener muy claros cuáles son nuestros derechos y defenderlos sin miedo. Leer bien todo el contrato antes de firmar (podemos pedir que nos envíen una copia por mail antes de reunirnos con el casero) y discutir los puntos con los que no estemos de acuerdo o aclarar aquellos que no estén especificados. Hay que pensar que ahora todo (o casi todo) depende del contrato de alquiler, así que no nos cortemos en pelear y hacernos oír: no olvidemos que ellos también nos necesitan.
Mis compañeras de piso quieren que no pueda renovar la habitación para el próximo curso para meter a una amiga.
¿me pueden hacer esto?