Aprende a ser más organizado con la técnica Pomodoro
La Técnica Pomodoro es una de las herramientas más efectivas para gestionar el tiempo y aumentar nuestra productividad, tanto en el estudio como en las tareas cotidianas. Es decir, esta técnica para organizar el tiempo nos sirve para todo, porque nos va a enseñar a gestionar mejor nuestro día a día y a introducir rutinas sin sufrir demasiado. Si nos acostumbramos a usarla, el paso por la universidad y obtener nuestro eTílulo va a ser pan comido.
Este método fue creado por el ingeniero informático Francesco Cirillo en los años 80 y, además de para aprender a gestionar el tiempo, es sumamente eficaz para mantener la concentración en lo que estamos haciendo.
¿Qué es la Técnica Pomodoro y cómo funciona?
El principio básico de la técnica Pomodoro es dividir nuestro tiempo en intervalos de alta concentración, conocidos como «pomodoros», separados por breves descansos. De esta forma, evitamos la fatiga mental y mejoramos nuestra capacidad para retener información o completar tareas con calidad. Los pasos son muy sencillos:- Elegimos una tarea específica.
- Ajustamos un temporizador para 25 minutos (un pomodoro).
- Nos enfocamos exclusivamente en la tarea hasta que suene el temporizador.
- Tomamos un descanso corto de 5 minutos.
- Después de completar cuatro pomodoros, hacemos una pausa más larga, de entre 15 y 30 minutos.
Este ciclo no solo nos permite mantener la motivación y la energía, sino que también ayuda a que nuestro cerebro procese mejor la información, ya que los descansos cortos le dan tiempo para consolidar lo que hemos aprendido.
Cómo nos ayuda a estudiar mejor
Cuando enfrentamos largas horas de estudio, es fácil distraernos o perder la concentración. Aquí es donde la técnica Pomodoro se convierte en una interesante aliada. Este método nos permite:- Mantener la concentración: Al trabajar en bloques de 25 minutos, reducimos la posibilidad de distraernos con el móvil, redes sociales u otras interrupciones.
- Mejorar la retención de información: Los descansos regulares facilitan que nuestro cerebro procese lo estudiado y lo almacene en la memoria a largo plazo. Es ideal para repasar temas densos o preparar exámenes.
- Evitar la fatiga mental: Estudiar sin parar puede resultar agotador. Alternar entre trabajo y descanso nos mantiene frescos y con energía durante mucho más tiempo, lo que nos va a permitir rendir más horas y no terminar agotados, con el cerebro apagado y mirando el folio mientras calentamos la silla.
- Dividir tareas grandes en partes manejables: Si tenemos que preparar un proyecto o repasar varios capítulos, dividir el trabajo en bloques de tiempo hace que el objetivo sea menos abrumador.
Por ejemplo, podemos dedicar un pomodoro a leer, otro a resumir y otro a repasar con mapas conceptuales. Este sistema nos ayuda a sentir que estamos avanzando poco a poco, de forma constante y efectiva.
Organizar los quehaceres y nuestra rutina diaria
La utilidad de la técnica Pomodoro no se limita solo al estudio. También es una herramienta estupenda para gestionar nuestras tareas diarias y aprender rutinas más saludables. Veamos algunos ejemplos de cómo podemos aplicarla:
- Dividir las tareas del hogar: Actividades como limpiar, cocinar o hacer la compra pueden organizarse en bloques. Por ejemplo, dedicamos un pomodoro a ordenar una habitación y otro a preparar la comida. Esto nos ayuda a mantener un equilibrio entre nuestras responsabilidades y el tiempo libre.
- Gestionar nuestro trabajo diario: Si combinamos la Técnica Pomodoro con una lista de tareas pendientes (llevar una agenda ayuda mucho), podemos priorizar y distribuir el tiempo de forma más eficiente. Además, evitamos el agotamiento que genera trabajar sin pausas.
- Promover una rutina equilibrada: Los descansos entre pomodoros son ideales para realizar actividades que fomenten el bienestar, como charlar con alguien, estirarnos o meditar, aunque también podemos mirar el móvil y así evitamos la tentación mientras estamos en la fase de actividad. Al planificar pausas más largas tras cada cuatro pomodoros, podemos incluir pequeños momentos de ocio o ejercicio físico.
- Combatir la procrastinación: A menudo nos resulta difícil empezar con ciertas tareas. La Técnica Pomodoro nos motiva porque solo necesitamos comprometernos durante 25 minutos. Una vez que arrancamos, resulta más fácil seguir avanzando.
Consejos para implementar la técnica Pomodoro con éxito
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- Usar herramientas digitales: Hay múltiples aplicaciones y temporizadores diseñados específicamente para la técnica Pomodoro, como Forest, Focus Booster o Pomodoro Timer.
- Evitar distracciones: Durante cada pomodoro, ayuda silenciar las notificaciones del móvil y así concentrarnos únicamente en la tarea. Es fundamental crear un ambiente libre de interrupciones.
- Adaptar los intervalos a nuestras necesidades: Aunque 25 minutos es el estándar, podemos ajustar la duración de los pomodoros según nuestras preferencias o el tipo de tarea.
- Ser constantes: La clave para aprovechar al máximo este método es convertirlo en un hábito diario.