Cada vez más personas deciden tomarse un año sabático antes de empezar los estudios universitarios. ¿Cuáles son sus ventajas y cuáles sus inconvenientes?
Hay personas que, desde su infancia, saben sin ninguna duda a qué se quieren dedicar cuando crezcan. Tienen una clara vocación y orientan su bachillerato para acceder a la carrera que les apasionará. Pero la mayoría de nosotros no somos así; a algunos les interesan distintos grados, a otros no les interesa nada en especial, otros no se deciden entre un par de opciones, etc. La cuestión es que si no lo tienes claro, tomarte un año sabático puede ayudarte con la decisión.
Ventajas
- Tiempo para pensar. Si decides (y puedes permitirte) tomarte un año sabático antes de comenzar tus estudios, podrás meditar con detenimiento cuál podría ser tu verdadera vocación y qué habilidades debes adquirir durante ese año para alcanzar tus objetivos.
- Nuevas experiencias. Un año sabático puede suponer una experiencia muy enriquecedora para el que lo aprovecha bien. Puedes viajar, aprender idiomas, hacer algún curso que te vaya especializando, etc. No se trata de perder el tiempo, sino de que sea un año muy productivo que llene otras facetas de tu vida y te ayude a decidir.
- Aprendizaje profesional. Lo normal es que nuestros padres no se puedan permitir pagarnos un año de estancia en Australia para que acariciemos canguros y koalas, pero quizá sí puedan echarnos una mano para que busquemos trabajo en algún país cuyo idioma nos interese aprender y nos instalemos allí por un tiempo. Trabajar nos dará una idea más realista de lo que ofrece el mercado laboral en distintos sectores y podrá ayudarnos a tomar la mejor decisión para el año siguiente.
- Crecimiento personal. Muchas veces el problema es la falta de madurez. Piensen lo que piensen los padres, los 18 años de ahora no tienen nada que ver con los 18 de su generación y pedir que el grado de madurez sea igual con tan diferente situación social y cultural es de lo más inmaduro. Por otra parte, ¿quién dice que madurar pronto es bueno?, ¿no soñamos todos con alargar la infancia y la juventud?, ¿no es acaso eso lo que está pasando cuando los jóvenes de 20 años no están pensando en trabajar para mantener a sus cinco hijos y sí en tener nuevas experiencias y un mejor y más amplio aprendizaje y crecimiento personal? Seamos lógicos: tomarse un año sabático o esperar a estudiar la carrera cuando nos sintamos preparados para hacerlo no significa estar en Babia o no tener interés, significa simplemente que aún no estamos listos y necesitamos algo más de tiempo. Si esto no lo usamos como excusa para no hacer nada más que vaguear, entonces podrá ser un tiempo muy bien aprovechado que nos genere otros intereses y nos descubra cosas sobre nosotros mismos que no conocíamos.
Inconvenientes
- Puede que pierdas el tiempo. Si lo que pasa es que no quieres hacer nada más que salir con tus amigos y quedarte en casa viendo la tele mientras tus padres se matan a trabajar para mantenerte, entonces no te estás tomando un año sabático útil para tu futuro, lo que estás haciendo es vaguear y retrasar una decisión que no te apetece tomar. Llamemos a las cosas por su nombre.
- Es caro. Viajar (que sería la opción ideal para este año) es, en muchos casos, inviable para la economía de nuestra familia, así que ve pensando alternativas para no fastidiar mucho a tus padres, como ir de voluntario a cambio de alojamiento y manutención o trabajar de au pair para una familia. Aunque no te resulte tan atractivo como coger la mochila y viajar por el mundo, tener que vivir con poco y adaptarte a la cultura y las normas de otros, abrirá mucho tu mente y ganarás en experiencias muy educativas.
- Perderás el hilo. Estudiar es una actividad que requiere un esfuerzo continuo y pasarte un año sin hacerlo puede hacer que olvides, no cómo estudiar, sino la costumbre de hacerlo. Eso hará que al retomar el grado tengas que hacer un esfuerzo extra para volver a retomar la disciplina. Nuestro consejo es que aunque decidas tomarte un año libre, no dejes de estudiar. Bien con un idioma, bien con otras materias que lleves flojas o algún curso que quieras realizar, es importante que mantengas tu cerebro en funcionamiento y que no pierdas las rutinas que tantos años llevas practicando.
- Tus compañeros te adelantarán. Si tenías la posibilidad de estudiar junto a tus amigos del bachillerato, esto ya no pasará. Dependiendo de cómo lo veas tú, esto puede ser bueno, malo o resultarte indiferente. Todo depende de lo unido que te sientas a ellos y de la facilidad que tengas para hacer amigos nuevos.
- Vas a tener que negociar con tus padres. Lo más probable es que no lo entiendan e incluso que crean que es una excusa para abandonar los estudios, así que prepara bien el terreno, piensa cómo vas a abordarles, hazles ver que tienes las cosas planificadas y que la experiencia puede ser muy beneficiosa para ti. Recuerda que en una negociación ideal todos ganan, así que estate preparado para ceder en algunas cosas. Si logras demostrar que esto no es un capricho ni una excusa para no estudiar y tú mismo te lo tomas así, puede que vivas el año más provechoso de tu vida.
La decisión es tuya, valórala con cabeza y nosotros esperaremos para darte tu merecido e-Título.