El dolor de espalda en época de exámenes es muy común, pero introduciendo unos pocos cambios en tus rutinas, puedes evitarlo fácilmente. Veamos como.
En época de exámenes pasamos muchísimas horas sentados estudiando, lo que repercute negativamente en nuestra espalda. Cada vez es más frecuente que la gente joven desarrolle patologías derivadas de una mala postura al estudiar, así que cambia tus hábitos y mejora tu salud.
Lo que no hay que hacer
Estudiar tumbados
No solo disminuye nuestra capacidad de concentración, sino que además, estudiar tumbados en la cama o recostados en el sofá favorece el dolor de espalda en la zona lumbar y cervical, y para colmo, da sueño.
No hacer descansos
Permanecer muchas horas en la misma postura duele. Contractura los músculos, provoca dolor articular y daña la columna. Si no paramos cada poco rato a descansar, no solo se reducirá nuestra capacidad de atención y de asimilación de conceptos, sino que además, pasadas unas horas, estaremos tan doloridos que no podremos seguir estudiando, por lo que habremos desaprovechado más el tiempo.
Llevar una vida sedentaria
Hacer deporte es bueno para la salud física (como todo el mundo sabe) pero también para nuestra mente: reduce el estrés y aumenta la concentración. Si llevamos una vida activa, tendremos menos vicios posturales y menos dolores de espalda. Ir a nadar tres veces por semana, correr un rato cada día, ir andando a los sitios a buen ritmo… puedes hacer lo que te apetezca, pero debes hacer algo, porque pasarte el día tumbado o sentado frente al ordenador, dañará tu cuerpo y tu mente.
Qué hacer
La posición correcta
Nuestra silla de estudio debe tener un respaldo que nos permita tener la espalda recta. Y no puede ser muy alta porque los pies deben apoyar en el suelo. La altura de la mesa debe ser la adecuada para que podamos apoyar cómodamente los codos o brazos a unos 90 grados sin tener que encorvarnos. Si estudiamos con el ordenador delante, la pantalla no debe estar ni muy alta ni muy baja, sino a la altura ideal para mirarla cómodamente sin tener que forzar la postura del cuello.
Entendemos que todo esto queda muy bien en papel, pero que en la realidad, no mucha gente puede comprarse un mobiliario nuevo para estudiar mejor y tiene que adaptarse con lo que tiene. Pero eso no significa que no podamos “customizarlo” para mejorar nuestro espacio lo máximo posible: Las sillas y las mesas se pueden subir de altura añadiendo unas tablas bajo las patas. Si los pies nos cuelgan, podemos usar una caja de zapatos o un par de ladrillos para apoyarlos. Si el ordenador o el teclado nos quedan bajos, Un par de libros los subirán. Usa tu imaginación para no tener que tirar de cartera o de dolor de espalda.
Descansos
Cada 45 minutos, más o menos, tenemos que parar, descansar unos 10 minutos y seguir. El cuerpo necesita cambiar de postura y la mente necesita despejarse, así que no creas que saltarte los descansos te hará ganar tiempo de estudio; de hecho pasará todo lo contrario porque tras unas horas, estarás tan hecho polvo que no rendirás.
Estiramientos
Lo ideal es que en ese tiempo breve de descanso, además de asaltar la nevera o ir al baño, también aprovechemos para estirarnos. Rotar el cuello con movimientos lentos, estirar y flexionar brazos y manos, flexionar la espalda con las piernas semidobladas… nada de cosas bruscas, solo para relajar. Si no sabes hacer unos buenos estiramientos, mira un manual de pilates o yoga para inspirarte. Si te acostumbras a esta rutina durante los descansos, volverás a ponerte a estudiar mucho más fresco y con la mente más despejada.
Ejercicio
Insistimos: Haz deporte. Lo que sea, lo que más te guste o menos te disguste, pero muévete. Nuestro cuerpo está diseñado para el movimiento, y atrofiarlo prematuramente por falta de ejercicio nos asegura una vejez muy muy dolorosa.
Médico
Si tenemos mucho dolor o una molestia persistente, debemos acudir al médico para que nos examine. La columna es una zona importantísima que debemos cuidar, no la dejemos de lado simplemente por no ser una emergencia.
Planificación
Otra manera (un tanto utópica para la mayoría) de no destrozarnos la espalda estudiando, es no dejarlo todo para el último momento. Si llevamos una buena rutina diaria de estudio durante el curso, nuestros apuntes bien organizados y el temario comprendido, en vez de echar 12 horas al día en época de exámenes, nos bastaría con repasar un par de horitas al día y listo. ¿Molaría no? Pues ya sabes, a aplicarse el cuento para el año que viene.