Cómo hacer una entrevista de trabajo en otro idioma

Hay gente con la fortuna de ser bilingüe, pero para los que no somos tan afortunados, aprender otros idiomas es un trabajo duro aunque gratificante que puede ampliar nuestras expectativas laborales.
La vida no está como para perder buenas oportunidades laborales por no sentirnos seguros haciendo una entrevista en nuestro segundo idioma. Es más, tener esta posibilidad nos da la oportunidad de practicar y de superarnos, así que no debemos dejarlo pasar por miedo.
Práctica previa del idioma
Antes de nada, nos toca practicar el idioma si no estamos acostumbrados a usarlo en nuestro día a día. Podemos buscar en internet y emular las conversaciones que veamos, practicar una presentación, hablar de nuestra experiencia o explicar nuestras fortalezas y debilidades.
Lo más importante, a no ser que hablemos a la perfección el idioma en el que nos van a entrevistar, es que nos preparemos bien para que nos sintamos lo más relajados posible y las preguntas no nos pillen poniendo cara de pez.
Las herramientas como aplicaciones de idiomas, intercambios o clases particulares pueden ser de gran ayuda en estos momentos.
Grabarse y verse para mejorar en los puntos en los que estemos más flojos nos va a ayudar mucho.
Preparar la entrevista
Para empezar, hay que tener nuestro currículo listo y traducido al idioma en el que nos van a entrevistar. Nuestro eTítulo listo e investigar sobre la empresa. Tal y como haríamos en una entrevista en español, debemos conocer su historia, valores y proyectos, lo que nos permitirá responder con seguridad y formular preguntas interesantes.
Suele ocurrir que nuestro nivel hablado del idioma extranjero que hemos estudiado nos permite llevar, sin problemas, una conversación trivial, pero es difícil que conozcamos todas las palabras técnicas que rodean el ambiente laboral en el que nos vamos a desenvolver, por eso, parte de nuestra preparación debe consistir en enterarnos bien de las funciones que realizaríamos en el puesto de trabajo al que optamos y de los términos adecuados en el idioma que vamos a emplear en la entrevista.
Hay que tener en cuenta que querrán saber cosas sobre nosotros, como el nivel de estudios, nuestra experiencia laboral previa, los planes de futuro, nuestras fortalezas o debilidades, lo que sabemos sobre el trabajo que vamos a desempeñar, etc. por lo que nos va a ser muy útil tener todo eso preparado de antemano. Por lo tanto, es útil ensayar respuestas a preguntas frecuentes, como «Háblanos de ti» o «¿Por qué quieres este puesto?» «¿Qué asignaturas te gustaron más durante la carrera?». Podemos escribirlas y luego practicarlas en voz alta.
Otras cosas que ayudan son:
Preparar una carta de presentación y CV en el idioma: Asegurándonos, claro, de que no haya errores gramaticales o de estilo.
Conocer las costumbres del país: En algunos países se valoran respuestas concisas, mientras que en otros prefieren explicaciones más detalladas. Por suerte tenemos Google para ayudarnos con eso.
Tomar el control: Presentarnos a la entrevista de manera pasiva no dice nada especial sobre nosotros. Es bueno que nos preparemos una serie de preguntas para hacer nosotros a la persona responsable de la entrevista. Es fundamental que mostremos interés por la empresa y por el puesto. Podemos hacer preguntas como «¿Cuáles son los principales desafíos del equipo?» o «¿Cuál es la filosofía de la empresa sobre x tema?».
Ensayos generales
Si tenemos a alguien con quien hablar o podemos acudir a una reunión de intercambio de idiomas para charlar con un nativo y que podamos practicar, sería fantástico. Las inteligencias artificiales también pueden ser grandes aliadas en esto.
Alguien que controle mejor el idioma nos puede asesorar y darnos buenos consejos sobre cómo expresar correctamente aquello que queremos decir. Además, haber practicado previamente, en plan role playing nos va a permitir ganar confianza.
Hay que recordar que, para que un idioma resulte fluido, no solo debe tener el vocabulario adecuado, sino la pronunciación correcta. Evidentemente, no es necesario parecer nativos, pero sí que hay que prestar atención a la pronunciación. Para eso, podemos practicar lo siguiente:
Realizar una prueba previa: Si la entrevista es online, revisa la conexión, el micrófono y la cámara antes de la cita.
Escuchar y repetir: Escuchar entrevistas en el idioma objetivo y repetir frases nos ayudará con la pronunciación y la entonación.
Hablar con nativos o compañeros: Practicar con alguien que domine el idioma nos dará más confianza. También podemos usar aplicaciones de intercambio de idiomas.
Controlar el ritmo: Hablar despacio y con claridad es mejor que apresurarse y cometer errores.
Controlar los nervios
Si normalmente nos ponemos algo nerviosos con una entrevista normal, hacer una en un idioma que no sea nuestra lengua materna, puede hacer que nos subamos por las paredes.
Necesitamos calmarnos y dar una buena impresión y, para eso, nos vamos a servir de varias cosas: la primera, ya la hemos hecho. Llevar la entrevista bien preparada habiendo ampliado nuestro vocabulario técnico y sabiendo de antemano lo que nos pueden preguntar. Todo esto va a hacer que estemos mucho más tranquilos al enfrentarnos a la entrevista que si no tuviéramos ni idea de lo que vamos a hablar. Haber practicado con un nativo también nos habrá venido de perlas para ganar seguridad.
Hay que usar técnicas de relajación antes y durante la entrevista para tener la mente concentrada en lo que estamos haciendo, respirar pausadamente y si los nervios nos pueden, comentarlo con el entrevistador sin problema. Cuando las cosas se hablan con naturalidad, se normalizan y nos damos cuenta de que no son tan importantes como nos parecían en un principio. Por eso, si decimos: «Perdona, estoy algo nervioso porque es mi primera entrevista en chino mandarín», el entrevistador hará lo posible para que el ambiente sea más distendido y podamos tranquilizarnos.
Demostrar confianza
Hemos estudiado y, seguramente, nuestro nivel de conocimiento del idioma sea mayor del que pensamos. Debemos confiar en nuestras capacidades y quitar peso a la entrevista. Además, con cierto nivel de estrés (no mucho), el cerebro se pone a funcionar de maravilla, por lo que, seguramente, utilicemos términos que creíamos olvidados o construcciones más complejas de las que pensábamos que podíamos utilizar.
Hay que pensar que si trasmitimos la suficiente confianza e interaccionamos con simpatía con la persona que nos entreviste, los errores que podamos cometer parecerán menos graves. Algunas técnicas que debemos utilizar son:
Pedir aclaraciones si es necesario: No hay que tener miedo de pedir que nos repitan una pregunta si no la hemos entendido bien.
Utilizar frases de apoyo: Expresiones como Let me think for a moment (Déjame pensar un momento) o Could you rephrase the question? (¿Podrías reformular la pregunta?) pueden ser útiles. Cada idioma tiene las suyas, así que es buena idea preparase unas cuantas de estas para ganar confianza y que el pánico no nos deje callados.
Demostrar seguridad: Mantener contacto visual y una postura relajada transmitirá confianza (la sintamos o no).
Con práctica y preparación, afrontar una entrevista en otro idioma será mucho más fácil. ¡Mucho éxito!