El correo electrónico: Consejos para comunicarse correctamente
29 Oct 2023

El correo electrónico: Consejos para comunicarse correctamente

Si alguna vez te has quedado dudando si el tratamiento al escribir un correo electrónico era el adecuado, este post es para ti.

Los correos electrónicos son una herramienta fundamental en la comunicación. Tanto si somos estudiantes que van a sacar su eTítulo universitario como si somos trabajadores, saber redactar un correo electrónico de forma adecuada es esencial.

correo electrónico

Los usamos para todo: para escribir a la Administración pública, a un compañero de clase, a nuestro médico, a un compañero de trabajo, a un profesor, a nuestro jefe… Y, aunque pueda parecernos que el tratamiento que damos al receptor del correo no tiene importancia, la tiene y mucha. Un correo bien redactado y que usa el tratamiento correcto puede ser determinante para la imagen que damos de nosotros mismos a la persona receptora.

Veamos algunas recomendaciones para que nuestras comunicaciones por correo electrónico sean efectivas y dejen una impresión favorable.

El asunto del correo electrónico: nuestra carta de presentación

El asunto del correo es tremendamente importante si no queremos que nuestro mensaje pase inadvertido o que no se pueda volver a localizar. Por lo tanto, debe ser claro y reflejar el contenido del mensaje. Optemos por títulos específicos como «Consulta sobre el artículo de investigación – Juana Pérez», en lugar de títulos genéricos que podrían traspapelarse.

Saludos iniciales: la importancia de la cortesía

El saludo inicial es nuestro primer contacto y debe reflejar respeto y profesionalidad. Un «Estimada profesora [Apellido]» o «Estimado Sr. [Apellido]» es adecuado y formal. La cortesía nunca está de más, especialmente en primeros contactos.

Según el protocolo, la persona con mayor rango social (sí, esto puede sonar clasista) es la que debe establecer el tratamiento adecuado, así que cuando nos dirigimos a un docente, un profesional de la salud, una persona que tenga un rango superior en la empresa, etc., debemos hablar de usted y esperar a que esa persona, en su contestación, establezca cuál es el tratamiento que considera adecuado para nuestras futuras comunicaciones.

Por norma general, si no nos piden expresamente que no les tratemos de usted, debemos seguir haciéndolo.

La claridad y concisión en el mensaje

Un correo electrónico no es el lugar para extensas narrativas. Es preferible ser directos y presentar nuestras consultas de manera clara y ordenada, lo que facilitará la lectura y comprensión por parte del receptor.

Personalización y contexto: un toque humano

Un correo que muestra conocimiento previo sobre la persona y da contexto de nuestra relación o interacciones anteriores puede ayudar mucho a establecer una buena comunicación.

Algo tan simple como «Tal y como acordamos en nuestra conversación sobre X, me gustaría…» puede poner a la otra persona en contexto, refrescarle la memoria y, además mostrar respeto, ya que es poco considerado pensar que el otro no tiene más cosas que hacer que acordarse de nosotros y de lo que hemos hablado en otro momento.

Uso adecuado del lenguaje: profesionalidad, ante todo

Si no es un correo electrónico para un amigo o familiar, lo suyo es mantener un tono profesional y evitar lenguaje coloquial, emojis y abreviaturas. La corrección ortográfica y gramatical refleja nuestra seriedad y atención al detalle.

Cierre del correo electrónico: la despedida también cuenta

Un cierre cordial y un Atentamente o Cordialmente, seguido de nuestro nombre completo y otros datos relevantes (una firma adecuada), conforman un cierre profesional y respetuoso que da una imagen apropiada de nosotros en nuestras comunicaciones.

Revisión final: el último chequeo

Siempre que vayamos a enviar un correo electrónico hay que echar un vistazo al acabar para chequear que hayamos puesto bien la dirección del destinatario, los archivos adjuntos, la redacción y la ortografía antes de enviarlo. Una revisión final puede evitar errores embarazosos.

El seguimiento del correo electrónico: paciencia y persistencia

Si no hay respuesta, un correo de seguimiento es apropiado, pero sin caer en el acoso. Esperemos una semana antes de insistir, a menos que la situación requiera urgencia.

El correo electrónico es una extensión de nuestra imagen profesional. Siguiendo estas pautas, aseguramos una comunicación efectiva que contribuirá a establecer y mantener relaciones positivas en nuestra carrera universitaria y trayectoria profesional.

La comunicación por correo electrónico con diferentes interlocutores

El tono y estilo de nuestro correo electrónico puede y debe variar dependiendo del destinatario. Aquí algunos consejos para adaptar nuestra comunicación según el interlocutor:

Interactuar con profesores por correo electrónico

La comunicación con los profesores debe reflejar respeto y seriedad académica. Aunque la relación sea más cercana, evitemos la informalidad excesiva y centrémonos en ser claros y respetuosos en nuestras solicitudes o comentarios.

La fórmula más común del encabezado es la de «Estimado profesor/a [nombre o apellido]:»

¿Cómo dirigirse a un médico?

Con los médicos, es esencial ser respetuosos y precisos. Podemos empezar con un «Apreciado Dr./Dra. [Apellido]». Describamos nuestra consulta de manera clara y concisa, evitando detalles innecesarios que no estén relacionados con la consulta médica.

Escribir a nuestros jefes

Cuando escribimos a nuestro jefe, es crucial ser profesionales y respetuosos. Usemos un tono formal pero cordial y asegurémonos de que nuestro correo sea directo y al punto, especialmente si estamos hablando de temas laborales importantes.

Comunicación con compañeros de trabajo

Con los compañeros de trabajo, podemos ser menos formales, pero sin perder la profesionalidad. Un «Hola [Nombre]» puede ser suficiente, y es importante mantener un tono colaborativo y de equipo.

Cada correo electrónico que enviamos contribuye a construir nuestra reputación académica, profesional y personal. Al considerar cuidadosamente cómo nos comunicamos en cada situación, estamos invirtiendo en relaciones a largo plazo y en nuestra propia imagen pública.

 

 

Cómo evitar problemas de postura al estudiar
22 Oct 2023

Cómo evitar problemas de postura al estudiar

Los universitarios nos pegamos jornadas eternas de estudio y se nos olvida cuidar la postura. Os contamos cómo mejorar nuestro hábitos posturales.

postura

Entre trabajo, ocio y estudios para conseguir nuestro eTítulo, pasamos más horas sentados delante de dispositivos electrónicos que nunca. Este cambio en nuestras rutinas ha traído consigo un incremento en los problemas posturales y por eso es tan importante que aprendamos una serie de pautas para que no cojamos vicios posturales dañinos o que corrijamos los que ya tenemos

La importancia de la postura al estudiar

Cuando nos sumergimos en horas de estudio, a menudo olvidamos la importancia de mantener una postura adecuada. Nos enfrascamos en el temario y olvidamos que, según pasan las horas, vamos encorvándonos o alejando las lumbares del respaldo cada vez más.

Una postura incorrecta no solo lleva a problemas posturales a largo plazo, sino que también puede afectar nuestra concentración y rendimiento. Una mala postura no favorece la circulación sanguínea que oxigena el cerebro, lo que perjudica el proceso de aprendizaje. Por el contrario, mantener una postura adecuada mejora nuestra salud, nuestra musculatura e, incluso, nuestro estado de ánimo.

Características de un espacio ergonómico

Para lograr un estudio efectivo y libre de problemas posturales, es esencial crear un ambiente ergonómico. Esto implica:

Seleccionar una silla adecuada: Debe tener un respaldo que ofrezca soporte lumbar y ser ajustable en altura. Así podemos garantizar que nuestros pies toquen el suelo y que las rodillas formen un ángulo de 90 grados. Cruzar las piernas es un vicio que hay que quitarse cuanto antes.

Ubicación del monitor: La pantalla de la computadora o el dispositivo que usemos debe estar al nivel de los ojos y a una distancia de aproximadamente un brazo.

Uso del teclado y el ratón: Ambos deben estar a una altura que permita que nuestros brazos formen un ángulo recto. Además, el uso de soportes para muñeca puede ayudar a prevenir lesiones por esfuerzos repetitivos.

Ejercicios para aliviar la tensión

No todo se reduce al mobiliario o a la disposición de nuestros equipos. Es esencial incorporar pausas activas durante nuestras jornadas de estudio. Estos son algunos ejercicios útiles:

Estiramiento de cuello: inclinar suavemente la cabeza hacia un lado, mantener durante unos segundos y luego cambiar de lado.

Rotación de hombros: hacer círculos hacia adelante y hacia atrás con los hombros.

Extensión de espalda: estirar los brazos hacia el techo mientras tomamos una respiración profunda.

Estiramientos: Hacer algún ejercicio básico de estiramiento de todo el cuerpo (como el saludo al sol de yoga) cada hora más o menos hará que se active nuestra circulación y que mejore nuestra postura y concentración.

Cambiar de postura frecuentemente

Cambiar de postura cada cierto tiempo puede marcar la diferencia. Si bien mantener una postura ergonómica es fundamental, moverse y variar la posición puede ayudar a evitar la fatiga muscular y mejorar la circulación.

La importancia de los descansos

Estudiar puede ser intenso y, a veces, olvidamos la importancia de tomarnos un respiro (sobre todo cuando nos pegamos esas jornadas maratonianas de 16 horas por haber dejado lo de preparar el examen para el último momento). Hay que hacer descansos cortos cada 45 minutos para estirarnos, cambiar de postura y movernos.

Aunque no queramos interrumpir nuestra concentración, si vamos haciendo pausas de pocos minutos para mover el cuerpo, seremos capaces de rendir mucho más. Movernos y descansar no solo ayuda a prevenir problemas posturales, sino que refresca la mente y nos hace más productivos durante más tiempo.

La postura y el uso del teléfono móvil

No solo adoptamos malas posturas durante las horas de estudio o en el trabajo. Vivimos pegados a los móviles. ¿Quién no ha pasado horas con el cuello inclinado mirando redes sociales? Lo ideal es no usar tanto estos dispositivos y estar más presentes en el mundo real, pero, por si las moscas, aquí van algunos consejos para evitar problemas posturales derivados del uso inadecuado de los smartphones:

Nivelar el teléfono: En lugar de inclinar la cabeza hacia abajo, trata de llevar el teléfono al nivel de los ojos.

Usar ambas manos: Cambiar de mano regularmente o usar ambas manos puede ayudar a evitar sobrecargar un lado del cuerpo.

Usar un soporte: Cuando estemos usando el teléfono en casa, es mejor que usemos un soporte que sitúe el aparato al nivel de nuestros ojos y a la distancia apropiada para no dañarnos la vista.

Limitar el tiempo: Si bien es difícil, tratar de limitar el tiempo continuo que pasamos con el móvil puede hacer maravillas por nuestra postura.

La ergonomía es una herramienta fundamental. Mantener una postura correcta y crear un espacio adecuado para el estudio no solo nos ayudará a evitar problemas posturales, sino que también potenciará nuestro rendimiento y bienestar durante las horas de estudio.

 

 

Manejo de conflictos: cómo aprender a sacar lo positivo
15 Oct 2023

Manejo de conflictos: cómo aprender a sacar lo positivo

El manejo de conflictos es un conjunto de herramientas que tenemos que empezar a dominar desde ya, porque huir de los enfrentamientos es imposible (e insano).

 

manejo de conflictos

Fuera miedos

Durante nuestra vida personal, académica y profesional va a ser inevitable que tengamos desacuerdos y tensiones con otras personas. Ya sea con otro estudiante que tiene una visión diferente para un proyecto, con un profesor cuya metodología no nos gusta, con un compañero de trabajo o con un jefe, los conflictos son más habituales de lo que nos gustaría.

De hecho, lo que de verdad nos gustaría es no tener ninguno, pero «el roce hace el conflicto» (o así debería ser el refrán) y no va a ser posible —ni sano— que tratemos de evitarlos a toda costa.

Hay algo que tenemos que meternos en la cabeza: el conflicto en sí no es malo. Nos ayuda a, entre otras cosas, mejorar la comunicación con los demás, explorar otros puntos de vista, mejorar nuestras habilidades blandas o conocernos mejor a nosotros mismos, pero eso sí: siempre que lo gestionemos bien. De lo contrario, un conflicto puede ser altamente destructivo.

¿Y qué podemos hacer para sacar el lado bueno de los (inevitables) conflictos? Pues aprender técnicas de manejo de conflictos y entrenarlas con regularidad.

Pensar antes de reaccionar

Qué fácil es decirlo y qué difícil hacerlo, ¿verdad? Cuando algo nos afecta, la reacción emocional es muy poderosa y cuesta controlarla, pero ¡bienvenidos a la vida adulta! Igual que aprendimos a no echarnos a suelo pataleando en medio del súper cada vez que nuestros padres nos decían que no a algo, tenemos que aprender a controlar nuestras emociones cuando algo nos afecta para así poder llevarnos la emoción a casa, tener una reunión con ella, analizarla tranquilamente y elegir cuáles van a ser las medidas que queremos tomar.

¿Por qué sentimos lo que sentimos? ¿Estamos realmente en desacuerdo con la idea propuesta o es más una cuestión personal? ¿Es posible que la visión de la otra persona sea también acertada? ¿En qué puedo ceder y en qué no? Al entender nuestras propias emociones podemos actuar de forma más constructiva.

Escucha activa

Una de las herramientas más poderosas en el manejo de conflictos es la escucha activa. Esto significa no solo oír lo que la otra persona dice o lo que nosotros queremos escuchar, sino prestar atención de verdad y tratar de comprender su punto de vista con la mente abierta.

No se trata solo de prestar atención, sino que requiere que pongamos en práctica una serie de acciones (que nos describen aquí) encaminadas a conseguir una comunicación eficaz.

La escucha activa es una forma de mostrar respeto por nuestro interlocutor y sus ideas y puede abrir la puerta a soluciones mutuamente beneficiosas.

Expresión asertiva

Una vez que hayamos entendido nuestro punto de vista y el de la otra persona, es el momento de expresarnos. Es esencial hacerlo de manera asertiva, comunicando nuestras ideas y sentimientos sin atacar o menospreciar a la otra persona.

La asertividad es una habilidad importantísima y que nos va a ayudar en cada ámbito de nuestra vida. Si aún no la hemos trabajado, es el momento de empezar, y si puede ser antes de tener el eTítulo universitario y entrar en el mercado laboral, muchísimo mejor.

Búsqueda de soluciones colaborativas

El verdadero arte del manejo de conflictos radica en encontrar una solución que beneficie a ambas partes (win-win que le llaman). Esto puede requerir un poco de creatividad y compromiso, pero al final, una solución colaborativa fortalecerá la relación y evitará tensiones futuras.

Es lógico que queramos imponer nuestro criterio o que pensemos que nuestro punto de vista es el mejor, pero así no llegaremos más que al despotismo y a tener conflictos enquistados con los que nos rodean. Hay que aprender que hay cosas en la vida en las que nos conviene más dar un poco nuestro brazo a torcer que tener razón.

Si es necesario, contemos con los mediadores

A veces, un conflicto puede volverse demasiado complicado o emocional para manejarlo solo. En estos casos, puede ser útil contar con un mediador, ya sea un consejero escolar, un profesor de confianza o un colega, que pueda ayudar a ambas partes a comunicarse y encontrar una solución. No olvidemos que las cosas desde fuera, siempre se ven con más claridad.

Reflexión postconflicto

Después de que el conflicto haya sido resuelto, es valioso tomarse un momento para reflexionar sobre lo que sucedió. ¿Qué aprendimos? ¿Cómo podemos evitar situaciones similares en el futuro o cómo debemos afrontar las que lleguen? ¿Qué herramientas nos han funcionado mejor? ¿En qué debemos mejorar? Estas y otras reflexiones nos ayudarán a crecer y a mejorar nuestras habilidades para el manejo de conflictos.

En conclusión, el manejo de conflictos trata de entender, comunicar y colaborar para encontrar soluciones que beneficien a todos. Al cultivar estas habilidades, no solo mejoraremos nuestras relaciones en el ámbito académico, sino también en todas las áreas de nuestra vida.

 

 

De la vida universitaria al mundo laboral: cómo afrontar el cambio
8 Oct 2023

De la vida universitaria al mundo laboral: cómo afrontar el cambio

Dejar atrás la etapa estudiantil y entrar de pleno en el mundo laboral es un shock. Te contamos qué cosas nos pueden ayudar para hacer una transición fluida y rápida.

mundo laboral

Preparándonos para el salto

La vida universitaria es una burbuja. Estamos rodeados de compañeros que comparten nuestros horarios, nuestras inquietudes y, en muchos casos, nuestra visión del mundo. Pero, cuando esa burbuja estalla y nos encontramos ante la inmensidad del mundo laboral, la transición puede ser abrumadora.

Aquí van algunas estrategias para suavizar esa transición y adaptarnos con éxito a la nueva realidad.

La importancia de las soft skills

Mientras que en la universidad nos concentramos principalmente en adquirir habilidades técnicas y conocimientos específicos, el mundo laboral valora que, además del conocimiento, tengamos un buen repertorio de habilidades blandas.

Por lo tanto, si queremos ir preparándonos con tiempo para evitar el vértigo que produce el cambio, es positivo que vayamos trabajando herramientas como la comunicación efectiva, la asertividad, el trabajo en equipo, la empatía y la adaptabilidad. Fomentar estas habilidades antes de nuestro primer trabajo nos posicionará de manera ventajosa en cualquier entorno profesional.

Redes y conexiones: el pasaporte al mundo exterior

La universidad nos da la oportunidad de construir una red de contactos (networking) que será de un valor incalculable cuando nos queramos adentrar en el mundo laboral. Mantenerse en contacto con profesores, excompañeros y profesionales del sector es crucial. Estas conexiones pueden ser nuestra puerta de entrada a oportunidades laborales, recomendaciones y consejos sobre el sector que hemos elegido.

Pero además de la indiscutible utilidad de los contactos para acceder a un puesto de trabajo, también hay otra ventaja que debemos tener en cuenta en esta transición: ir de la mano de alguien conocido que nos guíe o acompañe en nuestros inicios, va a hacernos el camino mucho más llevadero.

La adaptabilidad es la clave

No solo vamos a enfrentar un gran cambio dejando de ir a clase por primera vez en nuestra vida. También deberemos tener en cuenta que mundo laboral es dinámico y, en muchos casos, impredecible.

Las empresas cambian, las industrias evolucionan y las tareas que realizamos hoy pueden no ser relevantes mañana. Cultivar una mente abierta, entender que hay que seguir formándose cada día y entrenar nuestra resiliencia nos ayudará a enfrentar con éxito los desafíos y cambios que seguramente encontraremos.

Prepararse para el choque cultural

Cada empresa tiene su propia cultura, y puede ser muy diferente de lo que hemos experimentado en la universidad. Desde la forma en que se llevan a cabo las reuniones hasta las expectativas en cuanto a vestimenta y horarios, debemos estar preparados para adaptarnos a una nueva norma cultural; a una nueva realidad.

Cuanto más investiguemos sobre nuestro sector, más empresas visitemos y con más trabajadores hablemos, mejor preparados vamos a estar y menos acusaremos el cambio.

Priorizar siempre la salud mental

La presión del mundo laboral puede ser intensa, especialmente al principio. Es fundamental reconocer la importancia de cuidar nuestra salud mental, buscar apoyo cuando sea necesario y establecer límites para garantizar un equilibrio entre vida laboral y personal.

Si el cambio nos provoca una ansiedad excesiva, es una gran idea buscar a una persona profesional de la psicología que pueda asesorarnos y acompañarnos en los inicios de este proceso.

eTítulo: Una herramienta esencial para la transición al mundo laboral

Al finalizar nuestra vida universitaria, uno de los aspectos más relevantes es poder demostrar nuestra formación académica ante futuros empleadores de manera eficiente y confiable. Aquí es donde entra en juego eTítulo, una innovadora solución propuesta por Signe.

¿Qué es eTítulo y por qué es fundamental para los recién graduados?

eTítulo es un servicio desarrollado por Signe, una firma especializada en la impresión de documentos de seguridad y en tecnologías basadas en firma electrónica y blockchain.

Con más de 40 años de experiencia, Signe ofrece a través de eTítulo la posibilidad de que universidades y centros de formación superior proporcionen a sus egresados una copia electrónica de su titulación. Este documento en formato PDF viene firmado con el sello electrónico de la institución educativa y un sello de tiempo que autentifican la titulación, garantizando así su integridad.

Lo más notable es que este documento electrónico tiene la misma validez legal que el documento original físico. Esto facilita enormemente a los recién graduados el compartir y presentar sus credenciales académicas a posibles empleadores o instituciones.

Además, gracias a la incorporación de la tecnología blockchain, se garantiza la trazabilidad e inmutabilidad de este título, añadiendo un nivel adicional de seguridad y confianza.

Ventajas para los egresados

Para quienes están a punto de entrar al mundo laboral, contar con una herramienta como eTítulo tiene múltiples ventajas:

Rapidez y facilidad de acceso: No es necesario depender de un documento físico. Con eTítulo, los egresados tienen su titulación a mano en cualquier momento y lugar, lista para ser compartida.

Verificación sencilla para empleadores: Las empresas y organismos pueden verificar online la validez de la titulación con plenas garantías, lo que agiliza los procesos de selección y contratación.

Evita trámites burocráticos: Ya no es necesario realizar copias compulsadas ante notario cada vez que se quiere optar a un puesto de trabajo, lo cual ahorra tiempo y dinero.

Reconocimiento internacional: El título electrónico eTítulo tiene validez en todo el mundo, pero además, hay más de 50 centros educativos, tanto nacionales como internacionales, están integrados en eTítulo. Esto facilita la movilidad laboral de los egresados a nivel global.

En conclusión, en un mundo cada vez más digitalizado, herramientas como eTítulo representan un avance significativo para facilitar la inserción laboral de los egresados universitarios. Es una muestra de cómo la tecnología puede ser una aliada en la transición de la vida académica al mundo laboral, brindando soluciones prácticas y eficientes para los retos actuales.

Mejora fácilmente tus habilidades de comunicación oral y escrita
28 Sep 2023

Mejora fácilmente tus habilidades de comunicación oral y escrita

Tener unas buenas habilidades de comunicación es importantísimo para tener éxito en nuestros estudios, en nuestra profesión y también en sociedad. Veamos cómo mejorar estas habilidades.

habilidades de comunicación

Bienvenidos a la universidad

No es lo mismo exponer un trabajo de clase delante de nuestros compañeros de toda la vida, que hacerlo ante un aula repleta de cientos de desconocidos en la universidad.

Tampoco es lo mismo entregar un trabajo a nuestra queridísima Puri (que lleva dándonos clase desde que aprendimos a leer), que entregárselo a la muy respetada y reconocida catedrática de Física Teórica que nos da clase ahora.

Está claro que llegar a la universidad es emocionante, pero también supone un desafío para nuestras habilidades de comunicación.

De nosotros se espera que sepamos expresarnos con claridad y eficacia, tanto de forma oral como escrita, en diversas situaciones académicas y sociales. Se espera que podamos argumentar y exponer nuestras ideas con lógica y, aunque pueda sonar un poco intimidante al principio, no hay por qué agobiarse: todos nuestros compañeros están igual, todos estamos ajustándonos y aprendiendo.

La buena noticia es que la universidad ofrece un entorno magnífico para mejorar estas habilidades cada día y tenemos, al menos, cuatro años de práctica hasta obtener nuestro eTítulo, ¡vamos a empezar!

Consejos para mejorar las habilidades de comunicación oral

Hablar en público puede ser aterrador. Para la mayoría de los seres humanos, incluso para aquellos que lo hacen a menudo, ponerse delante de un montón de gente y hablar de lo que sea es, como poco, estresante. Lo bueno es que los nervios se acaban pasando según transcurren los primeros minutos y, con un poco de experiencia, puede que acabemos viviendo el momento de enfrentarnos a una audiencia como una descarga de adrenalina totalmente adictiva.

Todos hemos sentido mariposas en el estómago (o buitres leonados) antes de una presentación, pero con algunos trucos, iremos mejorando nuestra oratoria y cada vez nos sentiremos más confiados:

  1. Practicar, practicar y practicar: Sí, será un cliché, pero la práctica hace al maestro. Cuanto más ensayemos una intervención, mejor preparada la llevaremos, menos posibilidades tendremos de quedarnos en blanco y menos nervios sentiremos. Hay que grabarse en audio y escucharse cuando estemos haciendo otras cosas. Hay que grabarse en vídeo y ver cómo nos expresamos. Y hay que hacer ambas cosas todas las veces que haga falta para que nos salga perfecto y estemos contentos con el resultado.
  2. Participar en clases y debates: La universidad nos brinda múltiples oportunidades para expresarnos y mejorar nuestras habilidades de comunicación oral. Participar en debates y exponer nuestras ideas en clase nos va a ayudar a ganar confianza y a mejorar la improvisación y la capacidad argumentativa.
  3. Pedir retroalimentación: A todos nos da un poco de vergüenza, pero pedir comentarios a profesores y compañeros es esencial. Cada crítica constructiva nos va a permitir mejorar y adaptar nuestra forma de comunicar.
  4. Conocer el tema a fondo: Si sabemos de lo que hablamos, la confianza se notará en nuestra voz. Investigar y entender completamente nuestro tema es esencial para tener una buena oratoria. Además, nos prepara para posibles preguntas y nos permite debatir con solidez.
  5. Relajarse y respirar: Antes de hablar, es bueno tomarse un momento para respirar profundamente y calmarnos. Controlar la respiración nos ayuda a gestionar los nervios y a hablar con más claridad y confianza. Si vemos que nos aturullamos y empezamos a divagar o a acelerar el ritmo, es bueno parar, beber agua, respirar y seguir.
  6. Usar el lenguaje corporal a nuestro favor: La comunicación no verbal cuenta mucho. Debemos asegurarnos de mantener una postura abierta y confiada, y de hacer contacto visual. Esto no solo mejora nuestra presentación, sino que también nos hace sentir más seguros.

Cómo trabajar la comunicación escrita

Adentrarnos en el universo de la escritura académica puede parecer un desafío enorme, especialmente cuando nos enfrentamos a los estándares universitarios. Nos hallamos en un contexto donde cada coma cuenta y cada argumento debe estar respaldado. Pero ¿acaso no es esto lo que nos prepara para el futuro?

Aquí, los ensayos, las disertaciones y los informes se convierten en nuestro pan de cada día. Y hay que ver cada documento como una nueva oportunidad para pulir nuestras habilidades de comunicación escrita y para aprender a transmitir nuestras ideas de forma clara, coherente (e incluso bella, si fuera posible). Veamos cómo:

  1. Atención a la estructura: Elaborar un esquema previo nos ayuda a organizar nuestras ideas y a construir argumentos sólidos. Asegurémonos de tener una introducción que atraiga, un cuerpo que profundice, pero que no se haga pesado y una conclusión que deje huella.
  2. Revisión, revisión y más revisión: No hay nada más útil que revisar nuestro trabajo varias veces. Cada revisión nos da la oportunidad de pulir detalles y perfeccionar nuestro estilo. No es admisible entregar un texto con errores ortográficos o mal redactado; la lectura debe ser sencilla y seguir un esquema que no resulte enrevesado. Lo ideal es que tengamos unos cuantos amigos o familiares que puedan hacernos de conejillos de indias para que lean nuestro escrito y nos digan qué les ha parecido, si lo han entendido bien, etc. Seamos receptivos a las críticas y, lo más importante, aprendamos de ellas.
  3. Aprovechar los recursos disponibles: La universidad está repleta de recursos para mejorar nuestra escritura. Desde talleres y tutorías hasta herramientas en línea. No dejemos pasar esta gran oportunidad que nos brinda el ser estudiantes universitarios.
  4. Leer es clave: No se puede escribir bien si no se lee. Es imposible. Sumergirnos en la lectura nos expone a diferentes estilos, enriquece nuestro vocabulario y nos ayuda a redactar correctamente. Es como una gimnasia mental para fortalecer nuestras habilidades de escritura, pero cuidado, leer siempre lo mismo sería como entrenar solamente los brazos (y ya sabemos todos lo mal que queda eso). Hay que leer ensayos, novelas, revistas, blogs, periódicos y hasta campañas publicitarias. Eso sí es un entrenamiento completo.
  5. Practicar Regularmente: Al igual que cualquier habilidad, la escritura mejora con la práctica siempre que apliquemos lo que vayamos aprendiendo. Es decir, de nada sirve escribir mucho si nunca rectificamos los errores que comentemos. Dediquemos tiempo a escribir regularmente, exploremos diferentes estilos y no tengamos miedo de experimentar. La escritura es una forma de comunicación, pero también es una forma de arte, que no se nos olvide.

Relájate y disfruta del proceso

Sí, aprender a mejorar nuestras habilidades de comunicación es un viaje con sus altibajos. Habrá errores, correcciones y momentos incómodos, pero cada paso nos va a ayudar a crecer y a ser comunicadores mucho más efectivos. Hay que disfrutar todo lo que se pueda del proceso, aprender de cada experiencia y celebrar cada pequeño logro.