Cómo prepararse para el mercado laboral tras la universidad
Dejar atrás nuestra etapa estudiantil y entrar en el mercado laboral puede darnos vértigo, pero si nos preparamos bien, nos lloverán las ofertas.
El fin de una etapa
Ha llegado el momento: hemos acabado con la etapa estudiantil, ya tenemos nuestro eTítulo y ahora nos encontramos a las puertas de ese gran desconocido que es el mercado laboral. Puede darnos miedo o puede que tengamos muchísimas ganas de empezar.
Probablemente, ambas cosas se nos pasen por la cabeza en algún momento, pero si no preparamos bien esta etapa intermedia, es posible que se alargue más de lo deseado y terminemos por añadir a esos sentimientos iniciales altas dosis de ansiedad, frustración y sensación de falta de valía.
Estamos, por lo tanto, en un momento crucial en el que necesitamos una buena estrategia para empezar con buen pie en el mercado laboral y asegurarnos un buen futuro. Veamos cómo hacerlo:
Investigación de oportunidades y empresas
El primer paso consiste en hacer una buena investigación acerca de qué oportunidades nos puede ofrecer el mercado laboral basándonos en, por una parte, nuestro perfil e intereses y, por otra, la demanda de las empresas.
Es bueno abordar esta investigación desde diferentes frentes que pueden incluir hacer una búsqueda exhaustiva de ofertas en internet, acudir a ferias de empleo y hacer networking contactando con profesionales del sector que quieran orientarnos o facilitarnos nuevos contactos.
Una vez que hemos identificado las empresas que más nos interesan y las vacantes que suelen estar disponibles, hay que revisar los requisitos para asegurarnos de que cumplimos todos ellos.
A veces es mejor dar un paso atrás y hacer algún curso de formación que redondee nuestro perfil laboral que pasarnos meses echando solicitudes que no prosperan.
Crear una buena marca personal
La marca personal es la forma en la que nos presentamos ante el mercado laboral en general y ante nuestros futuros empleadores en particular y, al igual que las marcas comerciales, debe resultar atractiva y confiable.
Para ello, hay que crear un buen currículo que incluya solo las cuestiones relevantes para el puesto al que se opta y que hable bien de nosotros sin que parezca que nos estamos vendiendo de más. Por supuesto, siempre se debe redactar una carta de presentación específicamente orientada a la empresa y al puesto al que optamos.
La marca personal también incluye tener una presencia online profesional para compartir y crear contenido relevante en nuestro sector a través de blogs, sitios web personales y un activo y completo perfil en LinkedIn.
Perfeccionar las habilidades necesarias para el mercado laboral
Durante este tiempo, nos convendría mucho trabajar las llamadas soft skills que tanto se demandan en la actualidad y, al mismo tiempo, ensayar entrevistas de trabajo para que, en el momento en el que empecemos a tenerlas, sepamos qué decir y qué no, cómo comportarnos, qué ponernos, etc.
Además, es importante mejorar nuestra capacidad de negociación aprendiendo técnicas útiles para que podamos pedir un sueldo digno, pactar una cantidad de vacaciones, seguros y otras cuestiones similares con profesionalidad.
Por cierto, el hecho de que hagamos entrevistas simuladas no significa que luego no tengamos que prepararnos concienzudamente antes de una de verdad, pero la preparación entonces estará orientada a saber todo lo necesario sobre nuestros posibles contratadores y a preparar las preguntas relevantes que vamos a hacer.
El problema de la experiencia y cómo sortearlo
Sabemos que muchos contratadores se ponen absurdamente exigentes con este tema. Buscan personas de veintitantos años con grado y posgrado universitarios, que hablen 4 idiomas y que, además tengan 15 años de experiencia laboral demostrable en el sector, sin cargas familiares y buena salud. Alguien debería explicarles que los cuentos de hadas no son reales.
Dicho esto, la experiencia es un factor que va a sumar muchos puntos a nuestras candidaturas y, aunque el hecho de no tener experiencia hace que no nos contraten y, por lo tanto, que no podamos tener experiencia en una especie de ciclo infinito sin sentido, lo cierto es que algo sí podemos hacer: prácticas profesionales en empresas, voluntariado, participar en proyectos de investigación o proyectos empresariales.
Otra cosa que va a atenuar nuestra falta de experiencia y puede hacernos atractivos para el mercado laboral son los ya mencionados cursos.
Estamos en una etapa crucial en la que tenemos que orientar todos nuestros esfuerzos en crear un buen perfil profesional y no debemos temer mirar la oferta de formación online y mejorar en aquellas cuestiones que puedan hacernos destacar por encima de la competencia.
¡Muchísima suerte!