Aprende a leer más rápido este verano sin esfuerzo
28 Jul 2022

Aprende a leer más rápido este verano sin esfuerzo

Leer más rápido tiene muchas ventajas (como tardar la mitad de tiempo en preparar un examen) y en vacaciones podremos practicar sin esfuerzo.

leer más rápido

Lectores por defecto

Nos pasamos el día leyendo. Incluso aquellas personas que dicen que no les gusta leer, leen sin parar. Leemos los subtítulos de las películas, las vallas publicitarias, la letra de una canción. Leemos el prospecto de un medicamento y los consejos de una revista. Leemos los tuits de la gente a la que seguimos, los comentarios en Facebook y hasta leemos la etiqueta del champú.

Leer es algo que hacemos de forma natural y es imposible que no nos guste porque leemos sin darnos ni cuenta. Lo que quizá pasa es que no hemos encontrado algo que leer que nos motive o que nos enganche, pero eso tiene solución: solo hay que pensar en los géneros de las películas y series que nos gustan y buscar algo similar para leer.

¿Y para qué necesito leer más rápido?

Pues, básicamente, porque la vida es solo una cantidad limitada de tiempo y mejor si lo aprovechamos.

Si estudiamos una carrera, hay cientos de textos que leer, libros recomendados, apuntes y demás. Por eso, entrenar nuestra capacidad para leer más rápido nos va a resultar esencial para conseguir nuestro eTítulo universitario sin agobios.

Si trabajamos, tres cuartos de lo mismo. Hay informes, correos electrónicos, estudios o artículos académicos, etc., que también tendremos que leer y cuanto más rápido, mucho mejor.

Leer más rápido no solo nos ahorrará un montón de tiempo, sino que, además, nos va a ayudar a concentrarnos, a comprender y memorizar mejor lo leído.

Conseguirlo no es difícil, pero requiere de cierta disciplina y tiempo para trabajar una serie de ejercicios, por lo que aprovechar el tiempo libre que tenemos en el verano hará que podamos hacerlo sin apenas darnos cuenta y sin restarle tiempo a otras actividades. Con 20 minutos al día de práctica, triplicaremos nuestra velocidad de lectura en solo dos meses. ¿No es fantástico?

El punto de partida para leer más rápido

Lo primero que necesitamos saber es nuestra velocidad de lectura antes de empezar con los ejercicios. Así podremos ir calculando nuestros progresos según vayamos entrenando.

La forma más sencilla consiste en seleccionar un texto en Word u otro programa similar que nos diga cuántas palabras hay. Luego, marcamos un minuto con el cronómetro del móvil y leemos a velocidad normal.

Cuando pite el cronómetro, solo tenemos que parar y ver cuántas palabras hemos leído. No hay que esforzarse por ir más rápido de lo normal ni hay que leer por encima sin enterarnos de nada. Se trata de hacer un cálculo realista de nuestra velocidad, no de ganarnos a nosotros mismos.

Los adultos solemos leer a una velocidad media de 250 palabras por minuto, pero si a la primera no llegamos, no hay que desesperar, enseguida le cogeremos el tranquillo.

Aprendimos a medias

Nos han enseñado bien a leer, primero las letras y luego las palabras. Pero como nuestros pensamientos van mucho más rápido, leer cada palabra resulta agotador y terminamos por despistarnos y perder el hilo.

A todos nos ha pasado que tras un rato leyendo nos damos cuenta de que no nos hemos enterado de nada. Por eso deberían habernos enseñado el siguiente paso, que consiste en leer grupos de palabras a golpe de vista.

De un solo vistazo hay que abarcar cuatro o cinco palabras y no ir descifrando una a una. Si al principio nos cuesta un poco más enterarnos, pronto veremos que comprendemos el texto perfectamente.

El mejor ejercicio para leer más rápido es…

¡¡¡Redoble de tambor!!!

Pues obviamente, leer un poco cada día. Además, adquirir un hábito de lectura tiene muchísimos beneficios que van a sernos muy útiles a lo largo de nuestra vida, como tener más cultura general, mejor vocabulario, más empatía, mayor capacidad de concentración, menos estrés, etc.

Pero como aquí se trata de conseguir leer más rápido, no solo hay que leer, también deberemos hacer una serie de ejercicios que nos harán ser auténticos bólidos de la lectura.

El puntero que ayuda a leer más rápido

Por supuesto, para leer más rápido hay que dejar fuera cualquier manía que tengamos, como mover los labios o murmurar (lo que, por cierto, es muy molesto para las personas que están a nuestro alrededor).

Una vez descartado lo de murmurar o vocalizar lo que leemos, lo que sí que nos va a ayudar a leer más rápido es crear un puntero con el dedo.

Este ejercicio debemos practicarlo durante unos 5 minutos, ir apuntando con el dedo los grupos de palabras que vayamos leyendo. El dedo debe apuntar, no subrayar, por lo que solo señala a saltos de vista.

Abarcar más palabras es leer más rápido

Según vayamos practicando lo de leer grupos de palabras, hay que ir ampliándolos para entrenar nuestra visión periférica. Para eso, podemos practicar fijando la vista en la punta de un bolígrafo que apoyemos sobre el texto y tratando de leer las palabras que lo rodean. Cuantas más abarquemos sin mover los ojos, mejor. Entrenar la visión periférica hará mucho más fácil el adquirir velocidad, pero además evitará que se nos canse tanto la vista y los molestos dolores de cabeza asociados al cansancio visual.

Tras una semana de práctica, volvamos a medir nuestra velocidad. Nos vamos a quedar asombrados de lo mucho que hemos avanzado en tan poco tiempo.

 

EBAU: Qué hacer para subir nota y otras dudas existenciales
21 Jul 2022

EBAU: Qué hacer para subir nota y otras dudas existenciales

Si las cosas no han salido tan bien como querríamos en la EBAU, no hay que desesperarse: existen formas de subir la nota y cursar la carrera de nuestros sueños.

 EBAU

Casi siempre sale bien, pero no siempre tan bien

Todos los años, miles de alumnos se enfrentan a la selectividad llenos de nervios, de dudas y de esperanzas. Y lo más normal es que la inmensa mayoría apruebe tal y como se refleja en las estadísticas.

Por lo tanto, el problema no suele ser si se aprueba o no, sino que la nota no sea la que queríamos, pero eso no significa que haya que rendirse y estudiar algo que no nos guste.

A pesar de que en esto de los estudios no todos los caminos llevan a Roma, sí hay unas cuantas calzadas romanas que podemos transitar para conseguir nuestra meta. Veamos cómo:

Si hemos suspendido la EBAU

Ahora, si suspendemos la primera convocatoria, la recuperación será en julio por lo que lo llevaremos fresco en la cabeza y solo habrá que repasar los exámenes que peor nos hayan salido.

Lo importante es que nos organicemos bien y nos pongamos un horario fijo de estudio diario para que a la segunda nos salga todo genial.

Si hemos estudiado mucho y aun así nuestras notas son bajas, podemos aprovechar para mejorar nuestras técnicas de estudio, que luego nos van a ser muy útiles cara a la carrera y con vistas a conseguir nuestro eTítulo universitario: unas técnicas de estudio eficientes nos harán el camino más fácil.

Hay que recordar que las universidades suben a internet todos los exámenes de años pasados y que hacer exámenes siempre es la mejor técnica de estudio que podemos usar.

¿Un año sabático tras la EBAU?

Si en julio tampoco nos ha salido bien y estamos barajando la idea de  esperar un año hasta presentarnos de nuevo, es importante que no sea un año perdido que pasemos en casa sin hacer nada útil.

Un año sabático tiene que aprovecharse para viajar y aprender nuevos idiomas o para adquirir conocimientos que nos ayuden a entrar en la carrera que queríamos cursar.

Lo mejor será que nos informemos de qué cursos pueden ayudarnos a entrar en la titulación que queremos y ponernos a trabajar en ello; no deberíamos perder un año de nuestra vida solo por no entrar a la primera; si vamos a esperar, que sirva de algo.

Si hemos aprobado la EBAU, pero queremos subir nota

Aunque hayamos aprobado la prueba de acceso, puede que la nota no sea suficiente para entrar en la carrera que nos gusta. He aquí, quizá, la situación que más quebraderos de cabeza puede crearnos.

Lo primero es que nos informemos bien de las notas de corte de todas las universidades de las distintas comunidades autónomas y que nos aseguremos de que realmente nuestra nota debe subirse.

Si no hay manera y necesitamos más puntos, podemos subir la nota en julio. Podremos realizar de nuevo la fase general, la específica o ambas, e incluso cambiar asignaturas, pero no elegir asignaturas sueltas de la fase general. Y además, es imposible que bajemos la nota, porque siempre se guardará la del examen que obtuvo mayor puntuación.

La estupenda opción de los ciclos superiores

Si optamos por hacernos un ciclo de formación profesional para acceder a la carrera, una vez que obtengamos el título, la nota de acceso será la nota media del ciclo, así que esta también es una opción que plantearse porque habrá incluso asignaturas que podamos convalidar y ganaremos en experiencia técnica a nuestros compañeros que hayan accedido directamente. Además, si vemos que la media del ciclo superior no nos alcanza, podemos hacer la parte específica de la EBAU para subirla.

Convocatorias infinitas de EBAU

Antes teníamos cuatro convocatorias para acceder a la universidad, pero ahora se ha eliminado ese límite, así que estemos tranquilos porque podremos presentarnos tantas veces como queramos.

Lo importante es poder elegir la carrera que más nos guste para que luego no nos encontremos frustrados cursando unos estudios que no nos apasionan y teniendo que decidir si cambiamos a mitad de curso.

Estudiar la carrera de nuestros sueños es lo más gratificante que hay; así que no te rindas, estudia mucho y sigue nuestros consejos en el blog para que podamos ayudarte.

¡Mucha suerte!

 

7 razones por las que deberías empezar a escribir
14 Jul 2022

7 razones por las que deberías empezar a escribir

Ahora que el verano nos da un respiro de las clases, es el mejor momento para empezar a escribir. Te contamos cuáles son sus beneficios.

escribir

La marca de la casa

Escribir es una actividad muy de ser un humano, es decir, que ya sea con un ordenador, un lápiz y un papel o con un palo quemado en una pared de piedra, lo de ponernos a escribir es exactamente nuestro rollo.

Hablar y tener un lenguaje complejo se les da bien también a otras muchas especies (aunque nosotros no las entendamos), la música tampoco es solo nuestra y mucho menos el baile, pero lo de escribir (y leer, claro), eso es solo cosa nuestra. Eso nos diferencia y, de alguna forma, nos conecta.

Por eso da igual si somos Doris Lessing o Dorita García, escribir bien o mal tiene múltiples beneficios para todos los humanos y aprovechar el verano para empezar a tener un hábito de escritura es una gran idea de la que no nos vamos a arrepentir.

El tema no importa y la forma tampoco

Lo que importa es escribir, por eso da igual si nos decantamos por la poesía, la novela, el ensayo, un blog o un diario, lo que va a suponer una diferencia en nuestras vidas es que lo hagamos con regularidad.

Si no tenemos experiencia, lo más sencillo es empezar por una agenda/diario en donde, además de apuntar lo que tenemos que hacer, apuntemos también qué tal nos ha ido haciéndolo.

Si un día nos sentimos creativos, podemos intentarlo con un cuento o un relato corto para empezar ( y por cierto, hay muchos concursos a los que podemos presentarnos con nuestro relato y quizá ganarlos). Si ya sabemos que escribir nos gusta, también podemos aventurarnos con una novela o decidirnos a escribir las memorias de nuestra abuela.

La decisión es nuestra, pero aquí van 7 razones que deberíamos sopesar:

1. Escribir potencia la creatividad

No hace falta que estemos escribiendo ficción; contar lo que nos ha ocurrido en un diario ya nos permite analizar nuestra realidad desde distintas perspectivas y eso nos va a dar nuevas ideas. Además, si lo llevamos encima (el soporte puede ser en papel, pero también en el ordenador, la tableta o el móvil), podremos dibujar y anotar ideas en el momento, pero simplemente con prestar atención a la cuestión estética de la narración ya estamos potenciando mucho nuestra creatividad.

2. ¿Qué tal va esa memoria?

Seamos elefantes o peces, escribir ayuda a mejorar la memoria (sobre todo a mano) y, si aun escribiendo lo que hemos hecho y lo que vamos a hacer cada día, seguimos sin recordarlo, siempre podemos consultar lo que hemos escrito para que nos lo recuerde.

Crear un archivo de recuerdos contados por nosotros es mucho mejor que un álbum de fotos para recordar, pero incluso podemos unir ambas cosas.

3. Escribir nos ayuda a conocernos realmente

Escribir con regularidad lo que hacemos y sentimos nos ayuda a organizar los pensamientos y a entender nuestras emociones. Por decirlo de alguna manera, al escribirlo sacamos más, lo pensamos más y después lo repensamos. Esto ayuda a ser más reflexivos y a entendernos a nosotros mismos con mayor profundidad. Escribir hace que nos conozcamos mejor.

4. Ayuda a tomar decisiones

Hay personas para las que tomar decisiones es un calvario. Incluso las más sencillas se les hacen cuesta arriba. Otras, sin embargo, tienen un don para eso y lo hacen sin demasiado problema. Seamos como seamos, lo normal es que al menos las decisiones importantes nos cuesten al menos un rato de mirar al techo sin dormir.

Escribir los pros y contras de una decisión y cómo nos sentimos al respecto va a facilitarnos muchísimo la tarea de decidir.

5. Constancia, qué bonito nombre tienes

No es difícil escribir un día, lo que es difícil es escribir todos los días y tener un compromiso; esto es, crear un hábito.

Pero si ponemos voluntad, pronto veremos que lo necesitamos, que nos ayuda en tantas cosas que no podemos pasar sin ello. Escribir se convierte pronto en algo adictivo y tener constancia en eso nos ayuda a tenerla también con otras cosas, por ejemplo, con los estudios, lo que obviamente es imprescindible para completar nuestra formación y obtener el eTítulo universitario.

6. Escribir reduce nuestro estrés

Tanto por ser una actividad habitual, un ritual íntimo y diario (con lo relajante que eso resulta) como por ser una forma única y profunda de exteriorizar nuestras emociones y ordenar los pensamientos, escribir reduce nuestro estrés y hace que nos enfrentemos mejor a las situaciones que nos alteran.

7. Mejora nuestra capacidad comunicativa

Escribir es comunicar. Aunque sea a nosotros mismos. Nos permite saber de antemano qué pensamos sobre algo (porque ya hemos escrito sobre ello y está, por lo tanto, ordenado en nuestra cabeza). Nos ayuda a, como decíamos, conocernos mejor y a excavar en nuestra psique; por eso, luego nos expresaremos mejor ante los demás, y sabremos defender mejor nuestros puntos de vista.

También nos ayudará a redactar y exponer mejor los trabajos de clase.

¿A qué esperas para empezar?

 

 

Los mejores planes de verano para universitarios
7 Jul 2022

Los mejores planes de verano para universitarios

¿Aún sin planes de verano? Aquí van unas cuantas sugerencias divertidas que además nos pueden aportar valiosos conocimientos para nuestros estudios.

planes de verano

Pasa volando

Ya llegan las vacaciones y de pronto tenemos un montón de tiempo libre para disfrutar de la libertad y el buen tiempo, pero corremos el riesgo de dejarnos llevar por la pereza y de anclarnos al sofá y al ventilador para dedicarnos a no hacer nada práctico.

El problema es que así tampoco vamos a disfrutar demasiado del verano y mejor si nos activamos y buscamos cosas que nos diviertan, nos refresquen y nos aporten algo valioso.

Si aún no tenemos un plan estupendo a la vista, aquí proponemos unos cuantos planes de verano divertidos y que nos permitan aprovechar el tiempo:

Barranquismo, escalada, rutas por el campo…

Si amamos la naturaleza, estudiamos Geografía, Biología o INEF o si simplemente nos apetece hacer una actividad distinta, solo tenemos que juntar a unos cuantos amigos y dejar atrás el soporífero calor de las ciudades en verano. En todas partes hay zonas maravillosas que visitar, solo hay que preguntarle a san Google por la que más nos interese.

El contacto con la naturaleza nos hace sentir bien, nos aleja del estrés que hemos acumulado durante el curso y nos permite desconectar y respirar aire puro. Además, el deporte de aventura nos permitirá vivir nuevas experiencias y fortalecer nuestro cuerpo.

Buceo, kayak, surf…

Si somos más de los que pasan los meses de calor a remojo, y el mar siempre entra en nuestros planes de verano, es un buen momento para ponernos en forma mientras nos divertimos.

Además, si nos apetece bucear (que es una actividad apasionante y muy segura) y estudiamos Biología Marina o Ciencias del Mar, veremos cómo aumentan los créditos universitarios necesarios para obtener nuestro eTítulo mientras disfrutamos de impresionantes paisajes marinos.

En España, los mejores lugares de buceo están en Cabo de Palos (Murcia), en las Islas Canarias (donde también podremos practicar cualquiera de las modalidades de surf), en Cabo de Gata (Almería), en La Herradura (Granada) y, para los que no teman el agua fresquita, en Aigues Blaves (Girona).

Granjas escuela y campamentos

Los que estudien Educación Infantil o Magisterio disfrutarán muchísimo trabajando de monitores en un campamento donde podrán poner en práctica todos lo conocimientos adquiridos durante el curso y ganar experiencia para el futuro.

Si somos creativos, activos, nos gustan los niños y las actividades grupales, puede que aquí pasemos unos meses de verano estupendos e incluso nos llevemos un dinerillo extra.

Voluntariado

Hacer voluntariado es maravilloso en todos los sentidos: trabajamos por el bien común, conocemos gente de todo tipo, hacemos prácticas útiles, es beneficioso para nuestro currículo, aprendemos cosas nuevas y valiosas…

Si queremos hacer algo bueno y distinto este verano, no hay que pensárselo: lo que más nos va a aportar es hacernos voluntarios. Además, seguro que hay alguna ONG o entidad sin ánimo de lucro que trate temas relacionados con nuestro campo de estudio.

Ser voluntario no es solo trabajar en un comedor social o recoger basura, hay decenas de ámbitos diferentes donde podremos encontrar nuestro hueco: voluntariado social, deportivo, ambiental, cultural, sociosanitario…

En esta página hay mucha información sobre los tipos de voluntariado que existen y de algunas de las entidades que solicitan voluntarios.

Viajes al extranjero

Tenemos un verano por delante para llenarlo de cosas y los viajes no pueden no estar en nuestra agenda por falta de recursos o pereza. Conocer nuevos lugares y, sobre todo, nuevos idiomas, será esencial para nuestra formación académica y vital.

Los que se han decantado para sus estudios por Traducción e Interpretación, Relaciones Internacionales, Estudios Ingleses, Turismo u otros del estilo, no pueden dejar pasar el verano sin hacer un poco de inmersión lingüística y cultural.

Si no hay medios económicos suficientes, siempre podemos buscar trabajo de au pair, tratar de conseguir unas prácticas remuneradas o buscar un contrato basura en algún restaurante de comida rápida. ¡Querer es poder!

Divertirse y aprender al mismo tiempo es posible en verano. Durante el curso, la pauta la marca el plan de estudios, pero ahora la elegimos nosotros. ¿Por qué no aportar a nuestros estudios actividades útiles, vocacionales y divertidas? De aquí a que tengamos nuestro eTítulo la vida puede ser maravillosa.

 

Cuando los padres quieren elegir nuestra carrera
29 Jun 2022

Cuando los padres quieren elegir nuestra carrera

A veces nuestros padres tienen mucho que decir acerca del grado que escogemos y no siempre nos ponemos todos de acuerdo. ¿Qué hacemos?

padres

Ya no somos niños

De hecho, probablemente seamos mayores de edad o estemos a punto de serlo: ¿por qué nuestros padres creen que pueden elegir por nosotros la carrera que tenemos que hacer y el eTítulo universitario que debemos tener? ¿Hasta qué punto pueden controlar nuestro futuro?

Siendo realistas, su capacidad de controlarnos es directamente proporcional a la dependencia económica que tengamos de ellos. Esto es así y hay que asumirlo, pero, ya que somos mayores, vamos a intentar analizar lo que está pasando con cierta madurez y a buscar soluciones.

Mis padres quieren hundirme

No. Vamos a pensar con calma. Por muy enfadados que estemos, debemos ser racionales (sobre todo si queremos salirnos con la nuestra). No hay nadie en el mundo que desee mantener económicamente a su hijo durante cuatro años para ver cómo estudia algo que le hace tremendamente infeliz y disfrutar con su dolor.

Aunque ahora mismo veamos todo muy negro, sabemos que nuestros padres siempre quieren lo mejor para nosotros, por lo que si están eligiendo los estudios que debemos hacer sin tener en cuenta lo que nosotros queremos, será porque piensan que es la mejor opción y que más adelante se lo agradeceremos.

Un tiempo para pensar

Lo primero que deberíamos hacer es considerar su opinión. Una vez descartada la intrínseca maldad de nuestros padres, solo nos queda asumir una serie de cuestiones:

  1. Nuestros padres nos conocen mejor de lo que pensamos.
  2. Tienen más años de experiencia que nosotros.
  3. Sus consejos merecen ser escuchados y tenidos en cuenta.
  4. Igualmente, nuestro futuro nos pertenece.

Una vez asumido esto, lo ideal es que nos tomemos un tiempo para meditar nuestras decisiones. ¿Por qué nuestros padres quieren que estudiemos ese grado y no el que nosotros queremos? ¿Son sus argumentos erróneos? ¿Hasta qué punto nos disgusta el grado que ellos han escogido y hasta qué punto nos gusta el que hemos escogido nosotros? ¿Podríamos hacer un doble grado?

Ahora que hemos encontrado las respuestas a estas preguntas, hay que prepararse para negociar con nuestros padres, pero de forma asertiva y calmada. Los gritos y portazos no se consideran diálogo constructivo en ninguna parte del mundo.

¿Y qué hacemos para negociar con ellos?

Lo primero es presentarnos con las ideas claras, pero con humildad. Si nuestra decisión es firme acerca de lo que queremos estudiar y no vamos a aceptar su propuesta, entonces habrá que exponer nuestras razones de forma que mostremos que nuestra opción ha sido meditada, sus ideas consideradas y que tenemos unos argumentos mejores que los de «es que todos mis amigos van a estudiar eso».

Lo primero que podríamos decir es algo como esto: «He estado pensando mucho en lo que me habéis aconsejado estudiar y he llegado a una serie de conclusiones que me gustaría que escuchaseis».

Una vez que tengamos su atención, podemos usar la técnica sándwich para que la noticia no se reciba con demasiada hostilidad.

Empezaríamos elogiando su idea: «Es verdad que el grado que me proponéis tiene muchas salidas y podría darme un excelente trabajo en el futuro».

Ahora viene la mala noticia: «Sin embargo, tras leer bien toda la programación didáctica, veo que es un grado que no me gustaría estudiar, por lo que mi expediente se resentiría, y tampoco es una profesión futura que me apetecería ejercer, así que haciendo este grado pasaría mucho tiempo de mi vida sufriendo. Por otra parte, el grado que a mí me gusta también tiene salidas y llegaría a trabajar de lo que es mi vocación; así que, aunque vuestra opinión es muy valiosa para mí y sé que solo buscáis favorecerme y hacerme la vida más fácil, creo de verdad que debo ceñirme a mi decisión»

Y la guinda: «Quiero que sepáis que sé que solo buscáis lo mejor para mí y que he tenido muy en cuenta vuestra propuesta. Os quiero mucho y estoy seguro de que cuando veáis los buenos resultados que obtengo en mis estudios, vais a estar más tranquilos y orgullosos».

Y listo. Un poco de mano izquierda, un poco de peloteo y otro poco de chantaje emocional y es muy probable que todo vaya bien, pero si no es el caso y se ponen muy cabezotas, podemos intentar llegar a un acuerdo como el de cambiar de carrera si suspendemos o estudiar dos grados en vez de un grado y un máster.

Nosotros conocemos a nuestros padres, seguro que sabremos cómo encontrar la mejor manera de que todos salgamos contentos en la negociación.