Como mantener la concentración al estudiar
Mantener la concentración al preparar los exámenes es complicado. Os contamos algunas técnicas que os ayudarán a entrenar vuestra capacidad de estudio.
Advertencia
Para la mayoría de las personas, lo más difícil a la hora de preparar los exámenes es mantener la concentración durante las horas de estudio. Es lógico, vivimos rodeados de estímulos y en muy pocas cosas nos enfocamos tanto tiempo seguido como pretendemos hacerlo cuando nos sentamos a estudiar para sacar nuestro eTítulo universitario.
Hay diversas técnicas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra concentración cuando nos sentamos a estudiar y las vamos a ver a continuación, pero antes de nada, queremos aclarar dos cosas:
La primera es que estas técnicas no son un hechizo mágico ni dan resultados inmediatos. Se parecen más a un entrenamiento físico; hasta que no llevamos un tiempo haciendo deporte, no empezamos a notar los cambios visibles en nuestro cuerpo. Con las técnicas para mejorar la concentración pasa lo mismo; debemos aplicarlas cada vez que estudiemos y poco a poco iremos viendo cómo mejora nuestra concentración al estudiar y, de paso, nuestras calificaciones.
La segunda es que hay momentos en los que concentrarse es prácticamente imposible. Si hay algo que nos está afectando emocionalmente o tenemos la ansiedad por las nubes, es posible que conseguir un mínimo de concentración sea una tarea titánica. En estas situaciones lo ideal sería que nos dejasen en paz, pero como la vida no funciona así, vamos a tener que hacer lo que podamos. Si estamos pasando por una situación difícil, lo único que podemos hacer es saber que vamos a necesitar más tiempo del habitual, así que habrá que empezar antes a estudiar.
Mismo lugar, misma rutina
La concentración es un estado mental en el que nos enfocamos plenamente en la tarea que estamos realizando y, cuando hay que preparar exámenes, alcanzar ese estado es un poco como tocar el nirvana, porque perdemos la noción del tiempo (en vez de sufrirlo) y cada cosa que leemos parece encajar en su lugar.
El problema, generalmente, no es alcanzar ese estado, sino mantenerlo y por eso es importante que ayudemos a nuestro cerebro lo máximo posible. Una buena forma de hacerlo es tener un espacio únicamente para estudiar. Si podemos tener un lugar de estudio tranquilo en el que podamos crear un espacio personal de trabajo, pronto nuestro cerebro asociará que ahí se va a estudiar y punto. Se trata de crearnos un condicionamiento que nos conecte desde el principio con el estado mental necesario y así será más sencillo llegar a él.
Abraza tu lado neurótico
El orden previo es esencial. Tener organizadas todas las materias, saber qué debemos estudiar de cada una, tener todo escrito en la agenda… Todo lo que podamos organizar antes, son distracciones que nos quitaremos después. Da lo mismo cómo seamos de ordenados en el resto de cosas, pero si queremos tener la suficiente concentración para estudiar, más vale que en esto sí seamos disciplinados.
Picoteo
Como decíamos, vivimos rodeados de estímulos y nos estamos acostumbrando a adquirir nuestros conocimientos «picando» de aquí y de allá. Cuando llega la hora de enfrentarnos a un gran texto, es normal que no sepamos cómo mantener nuestra concentración tanto tiempo en la misma cosa. Bien, pues si llevamos intentándolo un rato y no lo conseguimos, dejémoslo por ahora. Poder mantener la concentración durante largo rato en una misma tarea es a lo que debemos aspirar, pero no todo se consigue a la primera. Podemos ir aumentando el tiempo poco a poco y, cuando veamos que nuestros pensamientos empiezan a tener vida propia, cambiemos de tercio. Bien de asignatura o de tema, pero si nos funciona mejor picotear de varias cosas, hagámoslo hasta que dejemos de necesitarlo.
En el momento en el que veamos que hemos perdido la concentración, marcamos el punto en el que lo dejamos y pasamos a otra cosa. El cambio de tema produce un estímulo nuevo y el cerebro vuelve a centrarse para entender qué ha variado. Aprovechemos ese impulso y a seguir.
Saca las malas compañías de tu habitación
Sí, hace falta fuerza de voluntad, pero si queremos mantener nuestra concentración no podemos tener al lado un teléfono mandándonos notificaciones cada 30 segundos. El teléfono debe quedarse fuera de nuestro lugar de estudio y el portátil no debe tener abierto nada que no sea para estudiar. La vida del estudiante es dura, pero la del trabajador no cualificado lo es mucho más.
Quema energía
Tras un par de horas de estudio necesitamos descansar y, como llevamos sentados unas cuantas horas lo mejor es que nos vayamos a correr, que saltemos a la comba o que hagamos algo de cardio que nos permita liberar el estrés acumulado. La sensación que se nos quedará tras 20 minutos de ejercicio bastará para que mantengamos la concentración a tope al menos otras dos horas.
Cambia de técnica
Todo el mundo pierde la concentración tras varias horas leyendo y subrayando. La concentración, el interés y las ganas de vivir, porque si estudiar ya es monótono, hacerlo así es el aburrimiento absoluto. Hay que cambiar de técnicas.
Podemos leer cinco páginas, subrayar y hacer un mapa mental, un resumen o unas fichas. También podemos leer y subrayar un apartado y hacer una regla mnemotécnica para recordarlo y después un pequeño resumen.
Se trata de estimular nuestra concentración haciendo distintas cosas que son útiles para aprender, no de cumplir una penitencia cada vez que estamos de exámenes. Hacer del estudio algo divertido y eficiente depende de nosotros.
Cuídate
Para mantener la concentración hay que cuidarse. Comer bien, dormir las horas necesarias, hacer ejercicio, tener un rato de ocio cada día, protegernos de los malos pensamientos, etc.
Depende de nosotros que la temporada de exámenes sea una tortura o una oportunidad para mejorar, crecer y aprender. Estamos seguros de que preferís la segunda opción, así que…, ¡ánimo y a por ello!