7 cosas que podemos hacer al terminar la carrera
Terminar la carrera siempre es un shock, pero una vez pasada la impresión inicial hay muchas opciones interesantes. Te contamos 7 de ellas.
El fin de una larga etapa
Nos pasamos cuatro años (como mínimo) deseando tener nuestro eTítulo universitario y poder decir que ya nos hemos graduado, pero cuando llega el momento de terminar la carrera, solemos sentir cierto vértigo e indecisión. ¿Qué hago ahora? ¿Estoy preparado para entrar en el mercado laboral?
Los años de estudiar han llegado a su fin (si queremos) y eso significa cerrar una etapa muy trascendental. De hecho, hasta el momento lo normal es que no hayamos conocido otra cosa, dado que, si hemos seguido los cauces normales, llevaremos asistiendo a centros educativos desde que tenemos memoria. Ir a clase cada día ha sido nuestra rutina y nuestra obligación durante más o menos 20 años y, por muchas ganas que tuviésemos de terminar, lo que viene ahora es adentrarse en lo desconocido.
Lo que suele pasar al terminar la carrera es que, además de la lógica tristeza por dejar a nuestros compañeros y el miedo a lo que vendrá, también surgen muchas dudas sobré qué es lo que queremos/podemos/debemos hacer en los próximos años. Llega el momento de tomar decisiones y queremos ayudaros con estas 7 propuestas:
1. Seguir estudiando
Terminar la carrera, como ya sabéis, no significa dejar de estudiar. Una vez hecha la primera, podemos animarnos con la segunda, optar por hacer un máster, un doctorado…
Puede que pensemos que entrar en el mercado laboral con 26 o incluso con 30 años es retrasarlo mucho, pero si podemos permitirnos estudiar, no hay duda de que una persona con una carrera tendrá menos oportunidades que una con dos o que otra con carrera y máster. Los doctorados son, de hecho, las personas con más alta empleabilidad, así que si ese camino nos interesa, que el tiempo no sea un obstáculo.
2. Opositar
Preparar oposiciones no es una tarea sencilla, pero si acabamos de terminar la carrera con éxito y contamos con una buena academia o guía para ayudarnos en el proceso, podremos con ello de sobra. Opositar es una opción laboral que, a la larga, será muy estable, pero hasta que consigamos una plaza, podemos pasar mucho tiempo en bolsas de trabajo en las que nos muevan de un destino a otro. Si eso no nos importa, la opción de opositar y tener un buen trabajo el resto de nuestras vidas puede ser muy apetecible para las personas con un espíritu más autoconservador que aventurero.
3. ¿Te apetece emprender?
Lo contrario de ser autoconservador es emprender. Para hacer esto hay que ser capaces de asumir riesgos, pero trabajar por cuenta propia puede resultar muy gratificante. Si creemos que poseemos las cualidades necesarias para emprender y tenemos una buena idea que nos gustaría llevar a cabo, que no nos frene el hecho de que acabemos de terminar la carrera. Ya tendremos tiempo de ganar experiencia y cuanto antes empecemos, más tendremos.
4. Buscar trabajo nada más terminar la carrera
Trabajar por cuenta ajena es un punto intermedio entre las opciones anteriores. Sabemos que puede ser un trabajo para toda la vida o no, pero nos va a servir para aprender los entresijos de nuestra profesión y hacer un buen currículo. La falta de experiencia inicial puede ocasionarnos algún problema a la hora de la contratación, pero lo suplimos con una buena carta motivacional en el CV, una buena actitud en las entrevistas y muchas ganas de aprender y aportar nuestros propios conocimientos, seguro que no nos resulta tan difícil encontrar lo que buscamos.
Eso sí, no es recomendable que nos conformemos con cualquier puesto simplemente porque acabamos de terminar la carrera y no tenemos experiencia. Si hemos estudiado veterinaria, no pintamos nada en un puesto de perritos calientes. Es verdad que, a veces, la necesidad nos obliga a hacer esas cosas, pero si ese es el caso, que sea algo circunstancial y que en nuestros ratos libres no dejemos de mandar nuestros currículos a todas las clínicas veterinarias desde la puerta de nuestra casa a Tombuctú. No vamos a ganar nunca experiencia si nos acomodamos en un trabajo que no tiene relación con nuestros estudios.
5. Vivir una gran aventura viajando por el mundo
Para los que se lo puedan permitir, la opción de tomarse un año sabático es maravillosa. Y con lo de permitírselo, no hablamos de viajar de hotel en hotel, porque sabemos que eso solo es para menos del 1 % de la población, ese porcentaje que no tendrá problemas para elegir qué hacer al acabar la carrera puesto que su vida está solucionada. Hablamos de aquellas personas que tengan algún dinero ahorrado y que puedan pasar un año fuera. Si nos lo montamos bien, iremos trabajando en distintos países y volveremos incluso con más dinero del que llevamos y con una cantidad de experiencias y aprendizajes impagable. Las ONG y voluntariados, los trabajos de temporero, los contratos de aupair…; hay muchas formas de viajar y mantenerse hasta que sepamos con seguridad cómo queremos encauzar nuestra vida y dónde.
6. Trabajar en otro país
La diferencia con el punto anterior es que en él se trataba de viajar por distintos lugares trabajando el tiempo suficiente para pagar los billetes de avión y poco más. Es una experiencia diseñada para que sea temporal y sacar el máximo rendimiento a la vivencia. El típico viaje para vivir una aventura al terminar la carrera. En cambio, esta opción se toma con la perspectiva de algo más estable. Buscar un empleo en otro país que sea más próspero que el nuestro o que ofrezca más puestos de trabajo o mejores condiciones laborales es una gran opción si no tenemos cargas familiares (o sí las tenemos, pero podemos transportarlas). Buscar una vida mejor es un derecho humano.
7. Aprender un idioma o perfeccionar el que sabemos
Otra cosa que hacer al terminar la carrera es reservar un curso escolar para aprender un idioma nuevo o perfeccionar nuestra segunda lengua. Para aprobar el grado nos han pedido que tuviésemos un título de B1 en una lengua extranjera y ahora podemos aprovechar este año para llegar al C1. De ninguna manera esto será perder el tiempo y nos abrirá muchas puertas para que, al año siguiente, pongamos en marcha nuestra vida laboral o lo que hayamos decidido.
Hacerse mayor también tiene sus ventajas y terminar la carrera es una de esas pantallas que hay que pasarse para conseguirlo. ¡Enhorabuena!