¿Mala memoria? Aprende a mejorarla en poco tiempo.
Todos los expertos están de acuerdo: un cerebro entrenado rinde mucho más que uno que no lo está. No se trata de tener un cociente intelectual de 190, sino de conseguir que nuestras neuronas se comuniquen, es decir, que realicen sinapsis para que podamos aprender y memorizar.
El deporte de antes
Según numerosos estudios, hacer unos 30 minutos de ejercicio antes de estudiar, prepara el cerebro para enfrentarse al aprendizaje y ayuda a retener mejor lo estudiado.
Dulces sueños
Dormir bien es importante para cualquier cosa, pero también para nuestra memoria, porque durante el sueño el cerebro se dedica a “procesar” y “archivar” lo que hemos estudiado, de manera que se retiene mejor la información si tras estudiar dormimos las horas necesarias (mínimo 7).
Un rato cada día
Como decíamos, la memoria debe entrenarse y es tan sencillo como dedicar unos minutos al día a hacer ejercicios. Podremos encontrar páginas en Internet que nos ayuden, libros y videojuegos, pero básicamente se trata de realizar diferentes rutinas de memorización e ir viendo cómo día a día somos capaces de retener más palabras o números.
Leer siempre es bueno
¡Qué suerte! ¡Miremos el estudio que miremos siempre nos recomiendan la lectura! Cuando leemos, ponemos a funcionar muchas áreas de nuestro cerebro que no usamos de otras maneras, esto ayuda a que se mantengan en forma e incluso a que ampliemos nuestro potencial. Pero no solo vale con leer, hay que esforzarse por hacer lecturas comprensivas: tras un número concreto de líneas, debemos parar y preguntarnos: «¿qué he leído?». Poner en nuestras propias palabras ese resumen hará que lo memoricemos mucho mejor y será un buen entrenamiento para cuando lleguen los exámenes.
Estudia un idioma
Aprender una nueva lengua es el triatlón de las neuronas. Si quieres poner tu cerebro a trabajar, esta será una de las maneras más eficaces de hacerlo y, además, resulta mucho más útil y gratificante que memorizar una lista de cuarenta palabras en tu propio idioma.