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Lectura crítica: cómo analizar y cuestionar el temario para mejorar tus trabajos

Lectura crítica: cómo analizar y cuestionar el temario para mejorar tus trabajos

Qué es la lectura crítica

La lectura crítica va más allá de la comprensión superficial de un texto. Implica analizar, evaluar y reflexionar sobre el contenido para identificar las ideas principales, los argumentos que sostienen ideas y las posibles contradicciones o limitaciones. Este enfoque nos permite no solo retener información, sino también desarrollar una comprensión profunda y crítica del material. Claro, obviamente esta no es una técnica de estudio para el día antes de un examen, pero sí resultará extremadamente valiosa para los repasos diarios y para hacer trabajos académicos.

Identificar las ideas principales

El primer paso en la lectura crítica es identificar las ideas principales del texto. Esos son los conceptos clave que el autor quiere transmitir. Para encontrarlas, podemos preguntarnos: ¿cuál es el propósito del texto? ¿Qué mensaje central quiere comunicar el autor o al autora?

Una técnica es diferente consiste en anotar las frases que resuman las ideas principales. También nos puede ayudar hacer un esquema o mapa mental para visualizar cómo se relacionan estas ideas entre sí.

Analizar los argumentos del autor

Una vez identificadas las ideas principales, es importante analizar los argumentos utilizados en el texto para respaldarlas. Preguntarse cómo el autor justifica sus afirmaciones o analizar qué herramientas utiliza para dotar de solidez a sus argumentos (¿cita otros estudios, estadísticas, autores, tablas…?).

Podemos buscar pruebas, ejemplos o datos que el autor presente (ya sabéis, las bibliografías siempre son una herramienta imprescindible). Si estos elementos son convincentes, el argumento ganará credibilidad. Si no, es posible que el texto tenga debilidades que debemos tener en cuenta para contraargumentar.

Cuestionar el contenido

La lectura crítica nos invita a cuestionar el material de estudio, no a aceptar lo que nos cuenten de manera pasiva. Esto significa que debemos preguntarnos si estamos de acuerdo con las ideas del texto, si los argumentos son lógicos y si las conclusiones son válidas.

Algunas preguntas que podemos hacernos son: ¿El texto presenta todos los puntos de vista relevantes? ¿Hay sesgos en el texto? ¿Las conclusiones se deducen de los resultados presentados? Este proceso de cuestionamiento nos ayuda a desarrollar un pensamiento crítico y formar nuestras propias opiniones.

Identificar posibles contradicciones

En muchos textos, especialmente en aquellos que tratan temas complejos, pueden existir contradicciones o inconsistencias. Identificarlas es una parte importante de la lectura crítica.

Por ejemplo, el autor puede presentar datos que no coincidan con sus conclusiones o hacer afirmaciones que contradicen otras partes del texto. Detectar estas inconsistencias nos permite evaluar, por un lado, la calidad del material y decidir si es fiable y, por otro lado, hacer un trabajo brillante o mejorar nuestras intervenciones en clase (lo que siempre es útil si queremos sacar buenas notas y destacar).

Relacionar el texto con otros conocimientos

La lectura crítica no se limita al texto en sí. También implica relacionar el contenido con otros conocimientos que ya tenemos. Cuando estudiamos una misma materia, es común que las ideas de un texto se conecten con otro o con lo que se ha visto en clase o, incluso, con lo estudiado en otras materias del grado. Buscar esas relaciones y comparar va a ampliar nuestros conocimientos y nos hará tener un conocimiento más amplio y significativo.

Por ejemplo, si estamos leyendo un artículo sobre economía, podemos relacionarlo con conceptos de historia o sociología que hayamos estudiado. El hecho de que, a veces las materias parezcan islas de conocimiento no implica que no puedan tenderse puentes.

Tomar notas de forma activa

Durante la lectura crítica, es fundamental tomar notas de forma activa. Esto no significa copiar fragmentos del texto, sino resumir las ideas principales, anotar nuestras ideas, lo que nos sugiere el texto y señalar las preguntas que nos surjan.

Estas notas nos sirven como guía para repasar el material más tarde y para participar en discusiones o debates sobre el tema.

Practicar la lectura crítica en grupo

La lectura crítica no tiene que ser una actividad individual. Discutir el texto con compañeros puede enriquecer nuestra comprensión y ayudarnos a ver perspectivas diferentes y conexiones que no hemos hecho.

En estas discusiones podemos compartir nuestras interpretaciones, debatir los argumentos del autor y resolver dudas juntos. Este enfoque colaborativo ayuda al aprendizaje, motiva y fomenta el pensamiento crítico y el trabajo en equipo, una habilidad importantísima para el mercado laboral.

Aplicar la lectura crítica en diferentes contextos

La lectura crítica no se limita a los textos académicos. Podemos aplicarla en otros contextos, como la lectura de noticias, artículos científicos o incluso libros de ficción. En cada caso, el objetivo es el mismo: cuestionar, analizar y reflexionar sobre el contenido.

Por ejemplo, al leer una noticia, podemos preguntarnos si la fuente es fiable, si la información está respaldada por datos y si hay otros puntos de vistas que no se están considerando, etc. La cantidad de bulos y la información sesgada que cada día llegan a nosotros a través de nuestros móviles es enorme y la única herramienta útil para que no nos engañen es desarrollar un pensamiento crítico y tener herramientas para buscar la información correcta.

La lectura crítica es una habilidad que se desarrolla con la práctica. Cuanto más la usemos, más fácil nos resultará y más sencillo será cuestionar el material de estudio de forma efectiva.