Olvidemos los tediosos esquemas, el mapa mental es mucho más ameno de hacer y se memoriza mucho más rápido.
El idioma del cerebro
El lenguaje de nuestro cerebro está basado en imágenes, no en palabras. Cuando pensamos en una pera no repasamos eso de que la “p” con la “e” suena “pe”, etc., lo que “vemos” es en la imagen de una pera. Incluso si percibimos su color, su forma, su sabor, su textura o su olor sin tener la fruta delante, inevitablemente visualizaremos una pera. Es el idioma del cerebro, el modo en que recordamos, soñamos o pensamos y, para poder crear una imagen mental de cualquier cosa que recordemos, el cerebro ha tenido que transformar las palabras en imágenes y cuanto más llamativas hayan sido esas imágenes, mejor las habremos recordado. Por eso, estos mapas mentales le facilitan a nuestro cerebro el trabajo de “traducir”, evitando los tediosos listados y los esquemas llenos de texto.
Simplicidad
El mapa mental o conceptual nos facilita el trabajo dándole a nuestro cerebro una parte del estudio ya traducida a imágenes y otra ordenada de forma tan simple que sea muy fácil de recordar. Se trata de hacer una representación visual del tema que vayamos a estudiar, con círculos, flechas, dibujos rápidos, colores diferentes y palabras que nos recuerden conceptos más amplios, dejando muchos huecos blancos para que no quede abigarrado y tendiendo a simplificarlo todo al máximo. Es el mismo trabajo de síntesis que hemos hecho siempre con los esquemas, pero mucho más útil y vistoso.
Empecemos por el principio
Como siempre, lo primero es leer y comprender el tema que vamos a estudiar. Y volverlo a leer después subrayando las ideas principales y secundarias. Sí, hay cosas que no cambian. Es importante que comprendamos lo que leemos para que podamos discernir lo importante con claridad e incluirlo en nuestro mapa.
Material necesario
Si somos más de la vieja escuela, necesitaremos folios, lápiz y goma, bolígrafos y rotuladores o lápices de colores.
Si por el contrario nos va menos el tema manual y más el informático, lo único que necesitaremos es un ordenador con un buen programa, como Photoshop o InDesing en el que podamos hacer nuestros mapas. También puede bastarnos con una conexión a Internet para hacer los mapas mentales en páginas gratuitas. También tendremos que hacernos con un lugar donde imprimirlos después.
Ambos métodos tienen ventajas e inconvenientes, solo tenemos que encontrar el que más se adapte a nuestras técnicas de estudio.
“Mapeando”
Vamos a empezar: tras haber leído y subrayado, ahora toca hacer el mapa. Para que sea cómodo, cada mapa debe ocupar un folio. En el centro ponemos, dentro de un círculo, el título o la idea principal y a partir de ahí vamos sacando flechas de un color para marcar las ideas secundarias, y de otro color para conceptos de menos importancia. Así, haciendo dibujos o copiando y pegando imágenes con nuestro ordenador sabremos, de un solo vistazo, todo lo que se debe desarrollar de un tema completo, qué es lo más importante y cómo están relacionados todos los conceptos. Eso sí, estos mapas, aunque muy útiles, son totalmente personales e intransferibles: vamos a tener que olvidarnos de compartirlos con nuestros compañeros porque nadie salvo nosotros entenderá ni papa.
Más claro todavía
Y aplicando eso de “una imagen vale más que mil palabras”, aquí podemos ver un ejemplo: Mapa mental
Voy a empezar a estudiar un grado de psicología por la UNED y necesito un método de estudio eficaz
Pingback:Técnicas de Estudio en un mundo Digital | GlobalNet Solutions
me ayudo mucho con mi tarea