Aunque parezca pronto para hablar de exámenes, no lo es. Febrero está a la vuelta de la esquina y si queremos tener buenos resultados más nos vale que nos pongamos las pilas ya mismo.
Malas noticias, procastinadores
Si esperamos a la última semana para empezar a estudiar van a pasar dos cosas: en primer lugar, esa semana va a ser un auténtico infierno de estrés, agobios, inseguridades, etc. Y en segundo lugar, todos esos sentimientos angustiosos nos los llevaremos con nosotros al examen y tendremos problemas de concentración y de nervios. Además, independientemente de la nota que saquemos, siempre vamos a preguntarnos cuál habría sido si hubiéramos estudiado con más tiempo.
Bien, ahora que ya estamos todos de acuerdo en que ha llegado el momento de ponerse a trabajar, empecemos.
Optimismo navideño
Como vamos a tener 20 días de vacaciones en Navidad, es normal que nos dé por pensar que durante las fiestas nos va a dar tiempo a todo. No es cierto. Además de que gracias a Bolonia y a la educación continua vamos a tener que entregar millones de trabajos para enero, durante estas fiestas tendremos un montón de compromisos familiares, visitas, celebraciones moderadas y fiestones inmoderados a los que hacer frente. Entre unas cosas y otras podremos sacar algún hueco, pero no tantos como parece en un principio. Vamos a necesitar un plan.
El plan
Desde hoy, vamos a empezar a descartar las actividades en las que perdemos un montón de tiempo y que no nos sirven para nada, por ejemplo, pasar los apuntes a limpio para usar toda la colección de bolis de colores. Ahora, hay que ir seleccionando aquello en lo que nuestros profesores han hecho hincapié y que, si hemos tomado buenos apuntes tendremos subrayado o marcado para encontrarlo rápidamente, y vamos a dedicarnos a organizarlo todo por asignaturas, temas, importancia y orden de estudio, y una vez tengamos claro el verdadero volumen que tiene el tocho que tenemos que estudiar, vamos a reducirlo.
Esquematizando, que es gerundio
Hacer esquemas es lo más. Eso nos tiene que entrar en la cabeza si queremos ganar tiempo.
Una vez que hemos separado, clasificado y leído todo lo que tenemos que estudiar, toca empezar con los esquemas. De cada tema vamos a ir resumiendo todo lo importante hasta que se nos quede en una pequeña información que podamos incorporar a nuestro esquema que, solo con leerlo, nos recordará todo el desarrollo del tema. Además nos servirán para repasar de forma sencilla pero eficaz.
Repartirse el tiempo
Es común que dediquemos más tiempo a las asignaturas que más nos gustan o a las que más miedo nos dan y descuidemos otras. Es cierto que algunas materias tienen más temario que otras o nos resultan más difíciles, pero no por eso podemos olvidarnos del resto. Es útil programar unas horas diarias de estudio y repartirlas como necesitemos, eso sí, cumpliendo a rajatabla el horario que nos ponemos. Un ejemplo: si durante las fiestas queremos estudiar 4 horas al día de lunes a viernes quitando los días de fiesta, podemos ponernos la alarma cada hora e ir cambiando de tema o dedicar dos horas a las asignaturas más difíciles y una a las demás. Si somos constantes y metódicos, nos habremos quitado un montón de temario para cuando retomemos las clases.
Hacer equipo
Si tenemos ya controlado y esquematizado todo el temario, podemos reservar unos días antes del final para quedar con un compañero y repasar todo. La oportunidad de poder preguntar y ser preguntado, de decir en voz alta las lecciones y que otro nos pueda evaluar, nos va a dar mucha confianza y sobre todo nos ayudará a conectar todo lo que hemos leído y a retenerlo por más tiempo. Eso sí, no vale pasarse las horas de charleta con el amigo y perder el tiempo, eso hay que dejarlo para después.
Últimos días
Ahora viene el apretón, pero gracias a que hemos preparado esto con antelación y tenemos esquemas de todo, nuestro sprint final no será ni parecido en agobio, en insomnio ni en nervios a lo que sería si hubiéramos esperado todo este tiempo para empezar a estudiar. Ahora podremos permitirnos dormir bien, comer adecuadamente para no ponernos como bolas cuando llegan los exámenes, y estar seguros de que nos enfrentaremos a la prueba con mucha más calma y seguridad. En estos días solo tendremos que repasar lo que ya hemos estudiado, usar los esquemas e insistir en aquellas cosas que nos den más problemas. Haciéndolo siempre así, sacar buenas notas será coser y cantar.