¿Eres un completo desastre incapaz de organizarte? ¿Vives envuelto en tu propio caos? Tranquilo, aprender a ser ordenado es más fácil de lo que parece.
1. Listas, notas y pizarras
Si tienes una tendencia al caos, no cuentes con tu cabeza para acordarte de todo lo que tienes que hacer, porque probablemente lo acabes recordando… pero cuando ya no sirva de nada. Apúntalo todo y consulta tus notas. Hacerse listas con lo que tenemos que hacer, escribir las fechas y citas que tenemos o usar una pizarra en la pared que nos recuerde lo más urgente, son trucos infalibles para que no se nos vaya el santo al cielo. En serio, el primer paso para organizarse es saber exactamente qué tenemos que hacer cada día y el segundo, hacerlo.
2. Tira cosas
Las personas caóticas tenemos tendencia a acumular trastos que acaban invadiendo nuestra casa y sumiéndonos en el desorden más agobiante. Quítate todo el lastre que puedas, y las cosas que no uses a menudo pero que no quieras tirar guárdalas en cajas y búscales un buen sitio donde no te molesten. Cuando te vuelva a tocar hacer limpieza, plantéate de nuevo si las cosas que guardaste las has necesitado realmente y si sigues queriendo mantenerlas. Cuanto menos acumulemos, más libres nos sentiremos y más fácilmente ordenaremos nuestro entorno.
3. El cajón de los papeles
¿Has visto todos esos folios, apuntes, revistas, libros, dibujos, etc. que viven sobre tu escritorio? Pues es hora de que les busques un nuevo hogar. Los que no vayan directos al contenedor azul, deberían instalarse en un fantástico cajón o caja que diseñes especialmente para ellos. De esa forma, todo lo que tienes normalmente sobre tu mesa y que hace que tu cuarto parezca un vertedero, tendrá un lugar adecuado y fuera de la vista, pero, además, el cajón tiene otra ventaja: cuando busques ese papel donde anotaste eso tan importante (sí, ese que suele llamarse dóndelechesestaráelmaldito o cosas peores), lo encontrarás enseguida porque sabrás exactamente dónde buscarlo. Lo único que tienes que hacer es acordarte de hacer es una limpieza semanal del cajón para que puedas tirar todo lo que no te sirve y no termine siendo la hemeroteca nacional. ¿Qué cómo haces para acordarte? Simple: apúntalo en la pizarra.
4. No procrastines
La semana pasada hablábamos de los 10 mejores trucos para no procrastinar, pero si aún no te ha quedado claro, el resumen es este: haz lo que tengas que hacer ahora, no mañana. Si tienes que tender, tiende; si te acabas de cambiar de ropa, echa la usada a lavar o guárdala en el armario; si tienes que presentar un trabajo la semana que viene, empieza ya para que luego no se te acumule para el último día. El concepto es sencillo, pero hace falta que le eches un poco de voluntad; seguro que lo consigues.
5. Multitarea
Cocinar está bien, pero si mientras cocinas vas fregando lo que ensucias, estará mucho mejor. Ducharse también mola, y si nada más salir pasamos la fregona, ya es la pera. Para aprovechar bien el tiempo es muy útil que vayamos haciendo y deshaciendo varias cosas a la vez. Si nos acostumbramos a trabajar así, nos organizaremos mejor y no tendremos el ataque monstruoso de pereza de tener que recoger al acabar si ya hemos ido adelantando el trabajo.
6. Rutinas
A pesar de que esta palabra suele usarse de forma despectiva o como sinónimo de aburrimiento, lo cierto es que desarrollar rutinas en nuestro día a día nos facilita enormemente la vida. Si nos acostumbramos a recoger la mesa al terminar de comer, a guardar la ropa cuando nos la quitemos, a meter los papeles en su cajón o a barrer la casa todas las tardes, en muy poco tiempo tendremos automatizadas esas rutinas y ya no nos costará trabajo hacerlas. La cuestión es que no vale con pegarse un palizón un día, dejar la casa tan limpia y ordenada que se podría comer en el suelo y luego olvidarse de todo hasta que nos coma la suciedad. Necesitamos hacer un poquito cada día y facilitarnos la tarea todo lo que podamos, así no nos dará pereza organizar, porque será tan poco lo que hay que recoger que lo solucionaremos en cinco minutos.
¡¡¡¡¡¡Qué buena lección!!!! Ya no se trata de los estudios, sino del día a día. De organizar nuestra vida para que sea más provechosa.