Pocas cosas hay más molestas que querer hacer un trabajo y ver cómo pasa el tiempo sin escribir una línea. Es el bloqueo del escritor y vamos a superarlo.
¿Qué es el bloqueo del escritor?
Todos hemos estado allí: sentados frente a un documento en blanco, con la mente tan vacía como la página que tenemos delante.
Ese molesto fenómeno es conocido como «bloqueo del escritor», y aunque puede parecer un monstruo imposible de vencer, hay formas de combatirlo y retomar el camino hacia la productividad.
En eTítulo también sabemos lo frustrante que puede ser, y por eso hemos reunido algunos consejos para ayudarnos a superarlo.
Identificar la causa del bloqueo del escritor
El primer paso para superar el bloqueo del escritor es entender por qué está ocurriendo. ¿Estamos cansados? ¿Estresados? ¿O simplemente desmotivados?
Una vez que identificamos la causa (o las causas), podemos abordarla y poner en marcha estrategias para superar semejante estado de improductividad.
Un buen descanso nocturno puede resolver el problema si estamos agotados, y una breve meditación puede ayudar a liberar la tensión si el estrés es la causa.
¿Y qué pasa cuando estamos desmotivados? Es verdad que recuperar la motivación no es tan sencillo como echarse una siestecita o sentarnos en posición de loto, pero también se puede conseguir. Hay que recordar nuestras metas, qué nos ha traído hasta aquí y qué queremos para nuestro futuro. Leer este post sobre motivación también nos va a ayudar.
Romper la tarea en partes más pequeñas
A veces, un trabajo universitario puede parecer una montaña inescalable. La dimensión del trabajo ya es suficiente para desanimarnos.
En estos casos, puede ser útil dividir la tarea en partes más pequeñas. Empezar por la introducción, luego pasar al primer punto, y así sucesivamente. Esto nos permite centrarnos en un segmento a la vez y puede hacer que el proyecto parezca menos abrumador.
Cambiar el entorno
Cambiar el entorno en el que estamos trabajando también puede ayudar a superar el bloqueo del escritor. Si solemos trabajar en nuestra habitación, podríamos probar con la biblioteca o un café local. Un nuevo entorno puede proporcionar una nueva perspectiva y ayudarnos a romper el estancamiento.
Establecer una rutina de escritura elimina el bloqueo del escritor
Establecer una rutina de escritura puede ser una excelente manera de combatir el bloqueo del escritor.
Comprometernos a escribir durante un cierto período de tiempo cada día, o a completar un número determinado de palabras puede ayudarnos a crear hábitos y convertir la escritura en una práctica constante. Si mantenemos un horario de escritura consistente, será menos probable que la página en blanco nos intimide.
Algo que puede funcionar es elegir un momento del día en el que nos sintamos más creativos y productivos, ya sea a primera hora de la mañana o a última hora de la noche. Lo importante es encontrar ese espacio de tiempo que se ajuste a nuestras necesidades y se convierta en un aliado en lugar de una barrera.
¿Pero cómo voy a escribir si tengo un bloqueo? Fácil, mientras nos salga nada sobre el tema del trabajo, escribiremos sobre otras cosas (incluso podemos escribir sobre el propio bloqueo del escritor que sentimos). Lo importante es adquirir el hábito para que poco a poco vayamos acostumbrándonos.
Alejarnos por un tiempo
A veces, la mejor manera de superar el bloqueo del escritor es simplemente alejarnos por un tiempo. No importa si decidimos dar un paseo al aire libre, hacer ejercicio o simplemente tomar un café mientras disfrutamos de una charla amena con amigos.
Cambiar de actividad puede refrescar nuestra mente y permitirnos retomar el trabajo con una nueva perspectiva. Es como presionar el botón de reinicio en nuestro cerebro, dándole la oportunidad de recargar y recoger nuevas ideas que podrían resolver el bloqueo.
Y lo más importante, no debemos sentirnos culpables por tomar este tiempo. Después de todo, para escribir de manera efectiva, necesitamos una mente clara y activa.
No temer a la página en blanco
El miedo a la página en blanco, ese temido enemigo que acecha en cada nuevo documento de Word vacío o en cada hoja de papel impecable. Es la representación visual de nuestra mente cuando parece que todas las ideas han decidido abandonarnos justo en el momento en el que más las necesitamos. Pero ¿por qué nos resulta tan paralizante?
Por un lado, la página en blanco nos confronta con nuestras propias expectativas. Cuando nos sentamos frente a ella, a menudo ya tenemos en mente una versión ideal de lo que queremos escribir, y nos asusta la idea de no poder plasmarla tal como la imaginamos.
Además, la página en blanco también es un recordatorio del compromiso que hemos adquirido. Una vez que empezamos a escribir, estamos comprometidos con nuestras ideas y con nuestro proyecto. Y, aunque parezca que la página en blanco es una oportunidad para empezar de cero, también puede verse como un recordatorio de todo el trabajo que aún nos queda por hacer.
Pero, a pesar de todo el miedo y la ansiedad que puede provocar, la página en blanco también ofrece una oportunidad única: es un espacio de posibilidades infinitas donde nuestras ideas pueden tomar cualquier forma que deseemos. Es un territorio inexplorado en el que somos libres de experimentar y crear.
Por tanto, aunque la página en blanco pueda parecer nuestro peor enemigo, también puede ser nuestro mejor aliado. En vez de temerla, deberíamos abrazarla y verla como lo que realmente es: un lienzo en blanco esperando ser llenado con nuestras palabras e ideas.
Y aquí es donde volvemos a la importancia de establecer una rutina de escritura. Al enfrentarnos a la página en blanco de manera regular, poco a poco iremos reduciendo ese miedo inicial y aprenderemos a apreciar las infinitas posibilidades que nos ofrece.
Así que la próxima vez que nos encontremos cara a cara con la página en blanco, en lugar de dejar que el miedo nos paralice, recordemos que cada gran trabajo empieza con una sola palabra.
Buscar inspiración
Si nos sentimos bloqueados, buscar inspiración puede ser una excelente manera de superar el estancamiento. Esto no significa que tengamos que buscar una solución mágica, sino abrir nuestra mente a nuevas posibilidades. Podemos leer un libro que nos guste, investigar sobre el tema en revistas académicas, blogs o cualquier fuente de confianza. Incluso ver una película o un documental relacionado con el tema puede ayudar a estimular nuestras ideas.
Hablar con amigos, mentores o profesores sobre el proyecto también puede ser una gran manera de encontrar inspiración. A veces, una conversación puede proporcionarnos una visión fresca o una perspectiva completamente diferente que no habíamos considerado.
Otra forma de buscar inspiración es mediante la escritura libre. Podemos tomar un cuaderno y escribir todo lo que se nos ocurra, sin preocuparnos por la gramática o la coherencia. El objetivo es dejar que las ideas fluyan, y podríamos sorprendernos de las conexiones y soluciones que surgen cuando nos permitimos pensar libremente.
En resumen, el bloqueo del escritor no es una señal de que nos hemos quedado sin ideas, sino una oportunidad para explorar nuevas formas de encontrarlas.